Energías alternativas
Por Adriana Sylvia Narvaja.
En una presentación más que interesante, el programa “Aventura Científica” mostró los adelantos que se están llevando a cabo en nuestro país con la investigación y el uso de las energías que aprovechan la luz solar, el viento y otros elementos de la Naturaleza. Para conocer y difundir.
El programa “Aventura Científica”, de la señal TLX, mostró los avances que se están haciendo en nuestro país en materia de energías alternativas. Digamos primero que se entiende como “energías alternativas” a todas aquellas que se consideran opciones al uso de combustibles fósiles, llámese petróleo, leña o carbón. A esta altura de la Historia, es de público conocimiento que la quema de combustibles derivados del carbón ha destruido la capa de ozono, y contribuye al calentamiento del Planeta debido a las emanaciones de gases de efecto invernadero, como el monóxido y el dióxido de carbono.
Y aunque los debates entre los científicos continúan, y se discute si el aumento de la temperatura se debe al “factor antropogénico” o no, entendiendo al “factor antropogénico” como la irresponsable actitud del ser humano de perjudicarse a sí mismo y al ambiente utilizando todavía este tipo de combustibles, debemos decir que es vital para la continuidad de la existencia sobre este Planeta el tomar conciencia de la urgente necesidad de cambiar nuestra energía por una fuerza limpia, barata y accesible a todos los pueblos del mundo.
El programa emitido nos muestra algunos ejemplos de este cambio de conciencia, y cómo se llevaron a la práctica con excelentes resultados. Tomemos el caso de Pico Truncado, en el norte de la provincia de Santa Cruz. Allí, el 25% de la energía que la ciudad necesita para moverse, proviene de los molinos de viento que se han instalado en esa localidad, y que se completa con una estación de acumulación de hidrógeno, que también se utiliza como combustible.
Oscar Fanesi, Secretario de Medio Ambiente y Obras Públicas de Pico Truncado, explica que se ha realizado un convenio eólico con Alemania, mediante el cual este país aporta un 70% del capital necesario y la ciudad santacruceña, el 30% restante. Con este 25% que los molinos proveen para la energía que necesita la ciudad, ya se ha reducido la emisión de gases de efecto invernadero. Los molinos, explica, son parte de una cadena completa que utiliza el sol, el agua, el viento, la biomasa. Estos elementos, en este caso el viento, tan potente en nuestra Patagonia, vincula a la Naturaleza en origen, por un lado, y la demanda del Hombre, por el otro, sea para el confort del hogar o la actividad industrial o comercial. Limpia, segura, sólo necesita el aporte del capital y el seguimiento y atención de parte de los técnicos que cuidan los molinos y la central. Contaminación: cero.
A su vez se ha realizado, entre la Municipalidad de Pico Truncado y el Instituto del Hidrógeno, un convenio para aprovechar también esta forma de energía. Recordemos que el hidrógeno es un gas incoloro e inodoro que se puede almacenar y luego utilizar como energía. Se capta el hidrógeno y se guarda como gas a presión. Y hay que saber que es un elemento que no es tóxico, no contamina, no es radioactivo. Sí es muy inflamable, por eso se lo almacena en forma gaseosa, o bien en forma de aleaciones, como hidruros, que lo almacenan como esponjas y permiten utilizarlo cuando se necesite. Estos hidruros permiten guardarlo en forma de aleaciones, a la manera de una batería o una pila.
Estos emprendimientos permiten aportar muchos conocimientos nuevos, de los cuales hay muchos en el mundo. Pero no sirve dejarlos archivados, sino llevarlos a la práctica para solucionar los problemas que el mundo nos plantea en cuanto al manejo de energía. Pico Truncado avanza así hacia una etapa comercial, todavía pre-competitiva pero muy promisoria.
También se localizó allí una villa eólica en 1996, también entendida como una villa sustentable. Se realizaron estudios, hubo que analizar cómo generar y acumular los voltios, cuántos y gracias a qué máquinas y a cuáles molinos. Todas las piezas de este rompecabezas se fueron armando, y finalmente la villa se concretó.
Una villa similar se encuentra en Navarro, en la Provincia de Buenos Aires, y lleva el nombre de aquello que defiende: “Gaia”, que es el nombre de nuestro Planeta Tierra, entendiéndolo como un todo, como un ente viviente. Gaia genera sus propia energía, limpia y que no altera el Planeta. Aquí hubo que estudiar los cambios del viento y cómo lograr que los molinos se adapten a estos cambios. Para ello se utilizan equipos con “cola” que, a la manera de una veleta, buscan el viento y siguen su dirección. Claro que son molinos sofisticados, con muchas revoluciones por minuto para mantener esta adaptación. Del molino bajan cables que van a una sala de máquinas y acumulan la energía allí para los días en que hay poco viento.
Mientras tanto, los 220 voltios es algo con lo que se puede contar, ya que hay un inversor que transforma los 48 voltios con los que baja la electricidad del molino para transformarlos en los benditos 220 que se necesitan. Y sigue en 220 hacia cada una de las construcciones de la villa, y dentro de las casas, se reparte entre la heladera, la video, el taller de carpintería, la máquina de cortar el pasto, la bomba de agua. ¿Cómo podríamos vivir sin contar con todos estos imprescindibles elementos? De este modo, los fundadores de la eco-villa buscan hacer un pacto con la Naturaleza, y lo han logrado.
Otras maneras de aprovechar la energía el consultar con el viejo Sol, que jamás nos ha abandonado, y que lo que sabe lo sabe por viejo. En Salta, debido a la baja densidad de población y a las grandes distancias, se están utilizando hornos solares, que cocinan en dos horas aún los alimentos más duros, como el sagrado maíz. Si se empieza con tiempo, para el mediodía la comida estará servida. En estas alejadas zonas, la garrafa es cara o inexistente, jamás llega y si lo hace, no está al alcance de los pobladores más humildes. Pero lo que abunda en todo el año en Tilcara es el Sol. Y así, Mercedes Sosa, vecina de la zona, explica cómo usa el horno y el resultado positivo que le da. Ilusión de muchas amas de casa atareadas, Mercedes ha logrado lo que todas querían: el horno cocina solo y evita preocupaciones a las cocinas nada expertas, ya que no quema la comida
El responsable de esta maravilla solar es Armando Álvarez, productor de hornos que viajan a ocupar su tarea en algún lugar de la Puna. Sus hornos usan pantallas que refractan los rayos solares que toma el “captor”. Este captor es el que va levantando temperatura, y en medio del mediomundo plateado, hay un soporte donde va la cacerola con su riquísimo contenido. Trabaja con un sistema fotovoltaico que capta la energía solar y la transforma en electricidad. Gracias a ese captor los hornos se denominan “cocinas solares de fondo fijo”, pues los rayos golpean el mediomundo de aluminio y se concentran en ese captor fijo.
En el Norte de nuestro país, el instituto INENCO, que depende de la Universidad Nacional de Salta, estudia el desarrollo de todas estas alternativas. Entienden lo que todos hemos entendido ya: que el petróleo se va acabando, que el Sol y el Viento son renovables y son fuente inagotable de energía para ser utilizado a escala humana.
El Sol allí abunda, nadie lo duda. Y hay muy pocos días nublados durante al año, tan pocos que ni siquiera los imaginamos desde Buenos Aires. Por eso Luis Saravia Mathon, de INENCO, explica cómo se utilizan hornos que calientan la comida al vapor, ya que éste se obtiene a los 100º y esta temperatura nos basta para esta operación. Claro que el asado y otras cocciones requieren levantar la temperatura a 200ºC, para lo cual se cambia la forma de utilizarlo.
Saravia no cree en cambios automáticos ni mucho menos mágicos. Sostiene que para el uso de estas nuevas técnicas, se necesita un cambio tecnológico y a la vez un cambio de costumbres. Hay que explicarle a la gente cómo funcionan y entenderlos para que a su vez los vecinos entiendan las ventajas de estos hornos nuevos. Es difícil que se haga de un día para el otro, pero poco a poco se puede conseguir mucho. En la zona, dice, se van acabando los tolares, la planta autóctona sometida a un uso excesivo para leña, y de los cuales cada vez quedan menos. Pero hay que hablar mucho con la gente para cambiar la mentalidad de uso por una percepción más clara de la situación de los pobladores. Si no hay tola, y no hay hornos, no habrá nada. Lisa y llanamente, los vecinos se verán obligados a abandonar las tierras. La opción es hoy, o tal vez nunca.
Así lo entendieron las autoridades escolares, ya que se instalaron hornos en las cocinas de 15 escuelas de la zona. Estas escuelas están a grandes distancias de los hogares de los niños, y dan albergue a muchos alumnos que no pueden volver a su hogar. Comer allí es el imperativo para la zona. Las cocinas solares, gracias a la ola inacabable de luz solar, vienen a resolver un grave problema energético, ya que al sacar la tola, ese cactus que nos muestran las fotografías de la zona, todo el ambiente se desertifica. Las fotos clásicas serán, de este modo, día a día más escasas. Pero gracias a la enorme provisión de Sol, se puede proveer energía a estas escuelas que son vitales en estos lugares alejados.
Pero no teoricemos más y demos un ejemplo concreto. La Escuela “El Rosal”, a 3.000 metros de altura, ya tiene tres cocinas solares. La primera fue instalada en 2001, y luego fueron llegando las demás. Al principio, la experiencia no era muy grande, y al parecer, las caras de extrañeza no se hicieron esperar. Poco a poco los chicos y la cocinera se fueron interesando, e incluso hubo algunos ceños fruncidos y los comentarios no se hicieron esperar: “la comida no tiene el mismo gusto que antes”. El tiempo, que todo lo cura, arregló los sabores y los ceños fruncidos se distendieron. Hoy todos aceptan la nueva comida que el nuevo horno provee con abundancia, y la escuela se está ahorrando el gasto enorme del antiguo consumo del gas.
Adaptarse no es fácil, pero es la obligación de esta hora. Mejor de a poco, parece ser la consigna, pero empezando cuando antes. Si el beneficio es visible para muchos, las nuevas energías limpias y eficientes nos darán grandes satisfacciones. Y más que nada, porque representan la que tal vez podamos considerar la mejor parte del ser humano: la inteligencia y la capacitación. Es el triunfo del conocimiento. Y el cuidado por el Planeta y por los demás seres humanos.
Mejor que eso no conocemos, y por eso damos la bienvenida a las nuevas tecnologías.
Gracias a Dios, llegaron para quedarse.
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