por Rudyard Kipling,
escritor británico nacido en Bombay, (1845-1936)
Canción con que arrullan las focas a sus pequeñuelos
¡Duérmete, mi niño! La noche ha llegado,
y negra es el agua que verde brillaba;
la luna, al alzarse por entre las olas,
nos mira en su seno dormir recostadas.
Donde chocan unas con otras, revueltas,
pon allí tu lecho, ve y allí descansa,
revuélcate a gusto, la cola torciendo;
no ha de despertarte la tormenta airada;
No hará en tí su presa tiburón osado;
¡duérmete, mi niño! ¡duérmete en el agua!
¡duérmete al arrullo del mar que te mece!
¡duérmete en los brazos de las olas mansas!
si no quieres hundirte sin remedio;
tormentas estivales y cetáceos
son un peligro cierto.
Son peligrosos, ratoncillo mío,
muy peligrosos para el que es pequeño;
pero báñate, y crece, y hazte fuerte...
y no tengas ya miedo,
y atrévete ya entonces,
¡hijo del mar inmenso!
Rudyard Kipling,
"La foca blanca",
Biblioteca 100x100,
Ediciones Nuevo Siglo S.A.,
Buenos Aires,
año 1997
Fuente: Del sitio informativo de Animales Asombrosos REM en Youtube.
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