"Se dice que el Lord Germaine ha recibido un expreso, despachado por el Congreso General (de América), con proposiciones de conciliación; y añaden que las Colonias empiezan a temer a vista de los inmensos preparativos que hace la Inglaterra. Sin embargo, no se advierte que la Corte haya disminuido la actividad con que ejecuta sus armamentos, ni que las colonias hayan hecho cosa alguna de que pueda inferirse que quieren someterse al yugo que se las pretenda imponer; pues por el contrario, las disposiciones de las Colonias, según las noticias que tenemos, dan a entender, que están resueltas a hacerse República independiente.
Informado el Congreso de que el Gobierno de Inglaterra había prohibido la extracción de armas, y municiones de guerra para la América, y de que a más de esto tomaba ciertas medidas para impedir a los Extranjeros la introducción de dichas armas, y municiones en las Colonias, ha expedido un Decreto por el cual permite a los que las introduzcan tomar en cambio toda suerte de producciones del País, sin embargo de cualesquiera prohibiciones anteriores hechas por el Congreso. Los que sostienen que las Colonias solicitan la independencia, dicen que en adelante mantendrán un Ejército de 500 hombres en tiempo de paz, y de 1000 en el de la guerra.
El ejército Americano del mando del General Washington ha recibido en el mes de Diciembre del próximo pasado un refuerzo de 50 hombres.
El Congreso Provincial de la Carolina Septentrional ha escrito a los habitantes de la Gran Bretaña la Carta siguiente:
Amigos y Conciudadanos
“La sangrienta contestación que reina actualmente entre las Colonias Americanas, y los Ministros que al presente gobiernan la Inglaterra, será una de las Épocas más importantes de que harán memoria los Anales de la Gran Bretaña. Las Naciones Extranjeras esperan sus resultas con inquieta curiosidad, y ven con admiración la ciega y obstinada política con que el Gobierno actual quiere poner por obra el plan que se formó de subyugar las Colonias, y hacerlas pasar de la clase de Vasallos fieles y útiles, a la de la más despreciable esclavitud: como si los descendientes de aquellos grandes hombres que derramaron arroyos de sangre, y emplearon tan inmensos tesoros para levantar el edificio de la Constitución Británica sobre sólidos y durables cimientos, mirasen con envidia el estado feliz y pacífico de esta Región, y procurasen exterminar las virtudes que ya resplandecían en ella con un brillo que igualaba, y parecía debía eclipsar en breve a la Metrópoli.Las únicas gracias que pedimos, son: poder gozar de los frutos de nuestra industria: poder llamar hacienda nuestra lo que adquirimos con el trabajo de nuestras manos, y el sudor de nuestra frente; y tener derecho de reglar nuestro gobierno interior, en que tenemos un interés que ellos no tienen. Con esto esto, la respuesta que se da a nuestras súplicas, llenas de respeto y moderación, es llamarnos Traidores y Rebeldes, aplicándonos otros mil epítetos injuriosos, que sólo el odio puede dictar. Acusásenos de que aspiramos a la independencia, y de que procuramos romper todos los vínculos que nos unen a la Metrópoli. ¿Puede darse acusación más injusta y cruel? ¿Todas nuestras palabras, todas nuestras acciones no prueban uniformemente lo contrario?
En presencia de Dios todo Poderoso, que registra los senos más ocultos del corazón humano, y conoce nuestras más secretas intenciones, y tomando por testigo al mismo Señor, declaramos de nuevo, que todos nuestros deseos, y súplicas no se dirigen sino a vernos restablecidos con las demás Colonias unidas en el estado en que nos hallábamos, ellas y nosotros antes de la Época del año de 1763; y que estamos dispuestos a someternos a todos los demás Reglamentos que la Gran Bretaña hizo antes de dicho tiempo, sin embargo, de parecernos muchos de ellos injuriosos y opresivos, esperando a que algún día se interesará con bondad por su Colonias, y nos evitará todo motivo de queja.
Todas las veces que se han vulnerado respecto de nosotros, los principios de la Constitución establecida, nuestra propia seguridad, y la conservación de nuestras vidas y haciendas nos han prescrito estos medios de defensa; y si en algún modo nos hemos arrogado facultades que la Ley ha colocado en manos de los Soberanos, o de sus Representantes, no lo habemos hecho sino para defender nuestras personas, nuestros bienes y los derechos que Dios y la Constitución nos han dado; pero, en el instante en que no subsistan los justos motivos de nuestros temores, y de nuestras quejas, las veremos volver, con sumo gozo nuestro, a su legítimo origen; y estas Confederaciones, que la sola necesidad ha formado, cesarán con el motivo a quien deben su existencia.
Estas protestas son efecto de un amor y obediencia casi sin límites a la sucesión de la Casa de Hanover, en los términos en que fue establecida por la Ley, y conforme a los votos de unos Vasallos que miran esta Ley como un momento que hace honor a la naturaleza humana, y como un monumento muy oportuno para dar a entender a los Reyes cuán glorioso es reinar sobre un Pueblo libre: son también efusión de nuestros corazones, y hacer ver que somos Vasallos que querríamos derramar hasta la última gota de nuestra sangre, y sacrificar todo nuestro patrimonio, siempre que legalmente fuésemos llamados a defender la sucesión de S.M. Jorge III, su Corona y su Dignidad; y que somos hombres que deseamos con ardor que su Reinado pase a los Siglos futuros, como Época de la común y perfecta felicidad de todo su Pueblo. ¡Que no puedan estas sinceras y cordiales expresiones llegar hasta su Trono! Seguramente nuestro Soberano impedirá que los horrores de la guerra, y la desolación universal penetrasen en esta Región, antes de ahora pacífica y afortunada, y evitaría el diluvio de sangre humana que va a inundar esta Colonia; sangre demasiado preciosa, para verterse por otro fin, que el de la defensa de la Causa común contra los enemigos de la Gran Bretaña y de sus hijos.
Queremos que esta declaración se mire como testimonio auténtico de la fidelidad que profesamos a nuestro Soberano, y de nuestro amor a la Metrópoli, en fin, como prenda segura de nuestras presentes y futuras intenciones; y esperamos que servirá para para destruir las impresiones que en perjuicio de esta Colonia han dado muchas personas corrompidas y perversas, que procuran hacer sospechosa la sinceridad de nuestros designios, y sembrar la sedición, confusión y anarquía en toda esta fiel Provincia.
Hemos desempeñado nuestra obligación respecto del Mundo, de nosotros mismos, y de la posteridad. Dígnese Dios todo Poderoso de coronar con un feliz éxito los medios de que nos servimos, los cuales sólo se dirigen a objetos justos, legítimos y buenos, como lo son la paz y felicidad de todo el Imperio Británico.”.
Diario Mercurio, Histórico y Político, “Que contiene el estado presente de la Europa, lo sucedido en las Cortes, los intereses de los Príncipes, y generalmente todo lo más curioso, perteneciente al mes de Mayo de 1776, con reflexiones políticas sobre cada Estado”, Tomo Segundo, en Madrid, en la Imprenta Real de la Gazeta.
http://hemerotecadigital.bne.es/issue.vmid=0012206113&page=54&search=independencia+de+las+colonias+de+inglaterra&lang=es
La imagen de portada pertenece al cuadro "The Birth of Old Glory" del artista Percy Moran.
https://www.loc.gov/item/today-in-history/june-14/?loclr=twloc
Las imágenes de la lucha de los pueblos para declarar su independencia fueron publicadas por el sitio National Geographic en su sección Historia, donde explica el tema.
https://historia.nationalgeographic.com.es/a/guerra-independencia-estados-unidos-paso-a-paso_11686
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