Dios creó al mundo: el hombre, la tierra, los animales y las plantas, alumbrados por el Sol, la Luna y las estrellas. Los colores y las propiedades de las cosas las dejó para lo último, y por error eligió al Zorro para que transmitiera su voluntad a todo aquello que había sido creado. Atokk el Zorro tuvo la culpa de las imperfecciones de este mundo, como se verá.
Desde lo alto del cielo, Dios ordenó:
- Los hombres no necesitarán vestidos, que vivan desnudos. Para eso les daré plumas que les cubran de la cintura hasta cerca de las rodillas.
Los hombres, que por algo que no se explica no escuchaban la Voz Divina, preguntaron al Zorro, que vino a ser mensajero de Dios:
- ¿Qué dice Dios?
El muy mentiroso aclaró:
- Dice que las mujeres fabricarán vestidos con trabajo: hilando, tejiendo… hasta que se les hinchen las yemas de los dedos y les duelan los pulmones.
Y así quedaron las cosas en este mundo, por la mentira de Atokk.
Dios volvió a ordenar:
- No necesitarán sembrar cosa alguna en los campos. Árboles y toda planta darán sabrosos frutos para tomarlos fácilmente. Sobre las mazorcas de maíz crecerán las espigas de trigo.
Los hombres interrogaron nuevamente al Zorro:
- ¿Qué mandó Dios?
- Dice que los hombres siembren las tierras y se sustenten con su trabajo, que los vegetales los dejen para alimento de los animales, sus verdaderos hijos.
Y así quedaron las cosas en este mundo, por la mentira de Atokk.
Dios habló nuevamente:
- La gente se alimentará una vez al día.
Preguntaron los hombres, y Atokk el Zorro aclaró:
- Dice que coman tres veces al día. La primera comida se llamará almuerzo, servida por la mañana. La segunda se llamará merienda, al mediodía, y sin falta. Y la tercera, dada por la noche, se denominará cena. Que retengan esto bien los hombres y las mañosas mujeres sobre todo…
Luego habló Dios:
- Las lanas de las ovejas sean azules, rojas, verdes, blancas, negras, amarillas y de todo color, como el arco iris, para que las mujeres o los hombres que quieran adornarse con hermosos vestidos no tengan necesidad de “polvos” para teñirlas.
Y los hombres preguntaron:
- ¿Qué ordena Dios ahora?
El ladino del Zorro Atokk aclaró:
- Dice que las lanas de las ovejas serán blancas, negras y cafés, y que si quieren teñirlas de otros colores que se compren anilinas con su propio dinero.
A cada afirmación del Zorro, las cosas salieron según su humor.
Los hombres y las mujeres, descontentos con las órdenes del Supremo Hacedor, quisieron preguntar por lo menos sobre un asunto y por intermedio del Zorro lo hicieron.
Entonces Atokk, en nombre de los hombres, preguntó a Dios:
- Dicen los pobres indios que cómo hilarán y tejerán sus vestidos.
Dios repuso con bondad:
- Diles mis hijos que sus mujeres pondrán sus husos y un poco de lana dentro de un cántaro, y yo convertiré todo eso en hermosas telas y fascinantes hebras.
Preguntó la gente al Zorro lo que había respondido Dios, y Atokk dijo burlón:
- Dios dice que las mujeres durante toda su vida trabajarán hilando y tejiendo, que lo que piden es imposible.
Creado el mundo, obra de la burla del Zorro Atokk, los hombres acataron con tristeza la voluntad divina.
“Creación del Mundo” (mito boliviano)
Recopilado por Costa Arguedas de un indígena yampara del Departamento de Chuquisaca, en Bolivia. Del libro “Leyendas y Cuentos Foklóricos” Biblioteca Básica Universal, Editorial Centro Editor, Año 1981.
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