Cuando la imagen vale por mil palabras


Museo de Artes Visuales Víctor Roverano 

Por Adriana Sylvia Narvaja.

Hasta el 21 de agosto se podrá visitar la muestra que el maestro quilmeño Pedro Costa presenta en el Museo de Artes Visuales de esta localidad. Con un fuerte acento en la expresividad de líneas y colores, Costa nos muestra una realidad que se impone para que la veamos, pero donde a veces es preciso callar. Lo que se calla, de todos modos, se escapa por las líneas de los grabados, impacta por el camino de los colores, llega por la vía de lo que se quiere decir, y se dice con el dibujo. Pero que nunca  se calla.

Cuando una imagen vale por mil palabras, llega rápido y como una ráfaga al que la mira. Cuando una imagen vale por mil palabras, no se detiene y ni permite que la detengamos. Llega y empuja. Llega y golpea, y golpea porque es muy fuerte lo que tiene por decir.

Es el caso de la exposición que el maestro Pedro Costa está presentando en el Museo de Artes Visuales Víctor Roverano, que fuera inaugurada el pasado 27 de julio y permanecerá abierta hasta el día 21 de este mes. Este último dato es fundamental: todavía están a tiempo de disfrutarla no sólo los amantes del arte y del grabado, sino que es una puesta que debe y debería ser disfrutada por todos los quilmeños.

Líneas contundentes, colores impactantes, Costa nos presenta una serie de dibujos y xilografías que, como dice el famoso dicho, valen por mil palabras. Porque aquí la cosa es mirar, y saber ver lo que se dice sin decirlo. Es más, ya el título nos da la razón: “Del mirar y esas cosas” nos invita a mirar, pero desde aquí les recomendamos que también se preparen para sentir. “El secreto está en tener la posibilidad de encontrar unos ojos y, a partir de ellos, comprender todo lo demás”, dice la tarjeta redactada por el mismo Costa. Y esos ojos, los pintados y los nuestros, se contactan. Los pintados nos hablan, los nuestros miran esta realidad que está pintada pero también es la que vivimos.

Pero esta realidad se ve fragmentada, y necesariamente, para que los ojos la comprendan, hay que unirla. Entonces viene el dibujo, entonces viene la xilografía, a efectuar el trabajo “de emergencia”. Cosida, suturada, apenas atada, esta realidad entra en el cuadro, pero así “unida”, nos dice mucho más, porque nos marca la angustia, la espera, la vergüenza, la tristeza, la fortaleza, la vigilancia. Todos son realidades de la misma realidad que miramos, dentro de esta cultura que seguramente es la más visual de todas las culturas de la Historia.

Así tenemos la valentía de mirar para atrás, en “Primeras miradas hacia atrás”.  El dolor imposible de describir si no fuera con colmillos que desgarran, en “Dolor de Pecho”. Una “Sutura” que cose como puede una realidad que se desfleca todo el tiempo. Una “Última Mirada”, un poco cansada, pero jamás vencida. Luego, ese espacio en suspenso que se abre cuando uno “No sabe qué decir”. La expresividad que se quiere hacer oír “Desde el Escenario”, cuando se tienen tantas cosas para transmitir, con o sin palabras. Los ojos atentos de la “Guardia de Infantería China”. Las conexiones de “Bypass”, con dibujo que tiene un toque de cómic, y nos da esa impresión del cómic mismo en donde uno no cree del todo lo que está sucediendo. Porque es cómic, o tal vez realidad. Tal vez “Bypass” sea la que más nos gustó: hay conexiones o suturas o cables o cuerdas que nos son impuestas para ver, ya que mantienen el ojo abierto, pero a la vez cierran la boca para que nos callemos y no digamos todo lo que hemos visto.

En un “Profundo y hondo silencio” todo está cosido, no hay lugar para decir, ni aun callando. La tristeza de la “Sala de Espera”, que es tristeza y agonía. El momento justo “Antes de Salir”, donde se muestra la angustia de no saber qué esperar al llegar a la calle, no saber qué nos espera, ni tampoco qué va a pasar.

Impacta la malévola mirada de “Vicevigilancia”, que es el ojo incansable del que vigila desde el Mal, y que atiende y espera que ese Mal camine y prospere en esta tierra. Y por fin, dentro del mural de sentimientos, no podía faltar la “Vergüenza”, en un apropiado color rojo, temeroso de la mirada ajena, pero potente.

“Algo Especial Protagonista del Presente” cree que una imagen vale por mil palabras cuando alguien, un maestro, le pone forma y figura a los sentimientos que se escapan por todos los costados de los cuadros. A todos esos sentimientos, esta sociedad les ha negado la palabra, les ha negado la forma, y por eso muchas veces se transforman en violencia. Pedro Costa los ha capturado y los ha encerrado en sus marcos. Nos miran ellos a nosotros desde allí. Nos espejan.

Todos miran.
Muchos callan.
Alguien tiene que decir la verdad. Pedro la dice.
Para no perdérsela.

¡Compártelo!

No hay comentarios:

Publicar un comentario