Hermann Hesse (1877-1962).
Ahora yace tu amigo despierto en la noche templada,
tibio de ti todavía, lleno de tu aroma todavía,
de tu mirada y de tu pelo y de tu beso, ¡oh medianoche,
oh luna y estrella, y aire azulado de neblina!
A ti, amada, asciende mi sueño
hondamente, como dentro del mar, el monte y el abismo,
salpicado en la rompiente y desvanecido en espuma.
Es sol, bestia, raíz,
sólo en torno a ti,
para estar cerca de ti.
Saturno gira lejos, y la luna, no los veo,
sólo tu rostro veo como pálida flor,
y río en silencio y extasiado lloro,
ya no hay más dicha, no más sufrimiento,
sólo estás tú, sólo nosotros, sumergidos
en el profundo todo, en el profundo mar,
allí estamos perdidos,
allí morimos y para renacer volvemos.
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