¡Corre, corre!
Te sigue a ti/ decide por mí/
No te ofendas,
no me ofendo
puede que nos haga sufrir//
Te enseña,
y yo aprendo/
Te humilla/
y yo me ahínco/
finjo, finjimos serle fiel, mas decidimos/
¿acaso derrochará nuestros vuelos?
¿acaso detonará con misiles nuestros deseos más íntimos?
¡Fuerte respóndele! Grita si pretende no oírte/
Está allí omnipresente queriendo hacer de ti y de mí lo que le plazca/
pero si nuestros brazos se abrazan se olvidará de destruirnos//
Ni por casualidad le obsequies tus segundos transcurridos (yo no lo hago)/
Aúllale cuando se disfrace de cordero y mánchale sus vestiduras con tus pasiones/ Yo haré el resto con mis éxitos//
De fracasos ya conoce bastante,
de tertulias de quienes flaquean agiganta su nombre/
te aconsejo, me aconsejo,
hacerle viento en nuestros silencios/
para que la soledad lo acompañe/
para que opte por pisar otras huellas/
ni las tuyas ni las mías/
Hemos llegado ya a un acuerdo [...] ¿nos oyes?
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