Su nombre era Manuel
Hace un poquito más de 200 años,
moría un hombre, con esa costumbre de morir que sabe tener la gente, diría
Jorge Luis Borges. Su nombre era Manuel, estaba enfermo, murió pobre. Se cuenta
siempre la historia: en el final de sus días, allá por 1820, ya no tenía
dinero para pagarle a su médico, y por eso le dio su reloj, que era lo único
que le quedaba.
Hizo mucho y no recibió nada: la
Patria se estaba haciendo y no había tiempo, ni había con qué.
Él peleó batallas que no sabía
pelear, porque era abogado, y no General.
Él dio de su tiempo y de su
esfuerzo. Dio su salud, sus hijos y su familia. Donó sueldos para que se hagan
escuelas (una de esas escuelas tardó 194 años en hacerse). Sufrió y la Patria
tardó en reconocer su obra. Su magnífica obra de Libertad. Y dentro de esa
obra, la Bandera. Nuestra hermosa bandera celeste y blanca, la más bella
bandera del mundo.
Murió pobre, como dijimos. El reloj,
que estaba en el Museo Histórico Nacional, fue robado. Hay quien dice que lo
tiene un coleccionista, con esa costumbre de algunos que se dicen argentinos,
pero se quedan con lo que es de todos.
Pero él supo lo que algunos todavía
no quieren entender: que la Patria se hace día a día. A cada momento. Todos los
días, cada uno desde su lugar. Y eso te hace argentino. Hacer la Patria todos
los días, estudiando y trabajando, por uno mismo y por los demás.
Porque hay un día para conmemorar la
creación de la Bandera, que es el 20 de junio, que es el día del fallecimiento del Dr. Manuel Belgrano, un 20 de junio de 1820.
Porque hay un día de alegría para
levantarla bien en alto, como en un Mundial.
Porque hay un día para llorarla,
cuando nos acordamos de Malvinas (y siempre nos acordamos de Malvinas…).
Porque hay un día para lamentarnos,
cuando vemos noticias por la televisión.
Pero el resto de los días tenemos
que seguir levantando la Patria que es de todos los argentinos verdaderos, los
que queremos estar juntos para levantar la Patria. Trabajando para uno mismo y
para todos.
Muchos vienen aquí, a la escuela,
para ir ensayando ese asunto de saber lo que es la Patria, y lo que nuestros
padres, como Manuel Belgrano, hicieron por ella. Así se va haciendo un
argentino también, poco a poco, desde chiquito. Y cuando sale de aquí, de la
escuela, tiene un secreto que no todos saben: la Patria la hacemos entre todos,
cada día, día a día.
Así lo hizo Manuel. Y no es
casualidad que el gran Crucero se llamara General Belgrano, que peleó su
batalla pero no pudo ganar: otros más arteros lo hundieron fuera de la zona de
exclusión. Y por eso, en nombre de Manuel, y de tantos, y de los que iban en el
Crucero, nosotros tenemos que seguir adelante.
Muchas veces nos hemos preguntado,
con fastidio: “¿Para qué tenía que venir a nacer yo en este país?”. Te lo
respondo rápidamente: la Patria necesita gente valiente. Y valiosa. Justo lo
que vos sos: valiente y valioso. Quizá no te lo hayan dicho. Ahora lo sabés. La
Patria lo sabe. Los que dieron su vida, como Manuel, lo sacrificaron todo para
gente como vos. Y los demás, los del Crucero General Belgrano, y todos los que
no conocemos, pero están en nuestra alma de argentinos, también.
Y cada día, mientras el recuerdo de
ellos esté vivo, estarán vivas sus luchas. Y cada día, mientras tengamos los
mismos objetivos, ellos estarán junto a nosotros.
Y la Patria, señores, la Patria jamás morirá.
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