Su nombre era Manuel

por  Adriana Sylvia Narvaja

Su nombre era Manuel

            Hace un poquito más de 200 años, moría un hombre, con esa costumbre de morir que sabe tener la gente, diría Jorge Luis Borges. Su nombre era Manuel, estaba enfermo, murió pobre. Se cuenta siempre la historia: en el final de sus días, allá por 1820, ya no tenía dinero para pagarle a su médico, y por eso le dio su reloj, que era lo único que le quedaba.

            Hizo mucho y no recibió nada: la Patria se estaba haciendo y no había tiempo, ni había con qué.

            Él peleó batallas que no sabía pelear, porque era abogado, y no General.

            Él dio de su tiempo y de su esfuerzo. Dio su salud, sus hijos y su familia. Donó sueldos para que se hagan escuelas (una de esas escuelas tardó 194 años en hacerse). Sufrió y la Patria tardó en reconocer su obra. Su magnífica obra de Libertad. Y dentro de esa obra, la Bandera. Nuestra hermosa bandera celeste y blanca, la más bella bandera del mundo.

            Murió pobre, como dijimos. El reloj, que estaba en el Museo Histórico Nacional, fue robado. Hay quien dice que lo tiene un coleccionista, con esa costumbre de algunos que se dicen argentinos, pero se quedan con lo que es de todos.

            Pero él supo lo que algunos todavía no quieren entender: que la Patria se hace día a día. A cada momento. Todos los días, cada uno desde su lugar. Y eso te hace argentino. Hacer la Patria todos los días, estudiando y trabajando, por uno mismo y por los demás.

            Porque hay un día para conmemorar la creación de la Bandera, que es el 20 de junio, que es el día del fallecimiento del Dr. Manuel Belgrano, un 20 de junio de 1820. 

            Porque hay un día de alegría para levantarla bien en alto, como en un Mundial.

            Porque hay un día para llorarla, cuando nos acordamos de Malvinas (y siempre nos acordamos de Malvinas…).

            Porque hay un día para lamentarnos, cuando vemos noticias por la televisión.

            Pero el resto de los días  tenemos que seguir levantando la Patria que es de todos los argentinos verdaderos, los que queremos estar juntos para levantar la Patria. Trabajando para uno mismo y para todos.

            Muchos vienen aquí, a la escuela, para ir ensayando ese asunto de saber lo que es la Patria, y lo que nuestros padres, como Manuel Belgrano, hicieron por ella. Así se va haciendo un argentino también, poco a poco, desde chiquito. Y cuando sale de aquí, de la escuela, tiene un secreto que no todos saben: la Patria la hacemos entre todos, cada día, día a día.

            Así lo hizo Manuel. Y no es casualidad que el gran Crucero se llamara General Belgrano, que peleó su batalla pero no pudo ganar: otros más arteros lo hundieron fuera de la zona de exclusión. Y por eso, en nombre de Manuel, y de tantos, y de los que iban en el Crucero, nosotros tenemos que seguir adelante.

            Muchas veces nos hemos preguntado, con fastidio: “¿Para qué tenía que venir a nacer yo en este país?”. Te lo respondo rápidamente: la Patria necesita gente valiente. Y valiosa. Justo lo que vos sos: valiente y valioso. Quizá no te lo hayan dicho. Ahora lo sabés. La Patria lo sabe. Los que dieron su vida, como Manuel, lo sacrificaron todo para gente como vos. Y los demás, los del Crucero General Belgrano, y todos los que no conocemos, pero están en nuestra alma de argentinos, también. 

            Y cada día, mientras el recuerdo de ellos esté vivo, estarán vivas sus luchas. Y cada día, mientras tengamos los mismos objetivos, ellos estarán junto a nosotros.

            Y la Patria, señores, la Patria jamás morirá. 

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