Un caballo como el viento

por Horacio Quiroga,

escritor uruguayo (1878-1937) 

Era un caballo, un joven potro de corazón ardiente, que llegó del desierto a la ciudad, a vivir del espectáculo de su velocidad. 

Ver correr aquel animal era, en efecto, un espectáculo considerable. Corría con la crin al viento, y el viento en sus dilatadas narices. Corría, se estiraba; y se estiraba más aún, y el redoble de sus cascos en la tierra no se podía medir. Corría sin reglas ni medida, en cualquier dirección del desierto y a cualquier hora del día. No existían pistas para la libertad de su carrera, ni normas para el despliegue de su energía. Poseía extraordinaria velocidad y un ardiente deseo de correr. De modo que se daba todo entero en sus disparadas salvajes –y ésta era la fuerza de aquel caballo. 

Horacio Quiroga,

del libro “El desierto”,

Editorial Losada

año 1991



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