Invasión, una película de ciencia ficción argentina que hoy ya es de culto

        “Invasión es la leyenda de una ciudad, imaginaria o real, sitiada por fuertes enemigos y defendida por unos pocos hombres, que acaso no son héroes. Lucharán hasta el fin, sin sospechar que su batalla es infinita”.

Jorge Luis Borges

        Quizá por su atmósfera opresiva y espectral, Invasión no tuvo en Argentina el éxito cosechado en París en 1969. Porque es la misma atmósfera que Adolfo Bioy Casares le impone a sus cuentos, esa sensación de amenaza permanente, esa inquietud que provoca, y es verdad... muchos argentinos no han leído a Bioy Casares. Y tampoco a Borges. Y son estos dos enormes escritores quienes realizaron el guión de esta película que está y estará entre las mejores películas argentinas. 

        Dirigida por Hugo Santiago Muchnik, quien había sido discípulo de Robert Besson en París, vino a filmarla aquí, a Buenos Aires, que en el film tiene el nombre de Aquilea. Aquilea, deben saberlo ya quienes vayan a mirar esta obra maestra, está siendo invadida pero nadie sabe por quién. Sólo se ven hombres de traje claro, armados, que atacan a los que quieren defender la ciudad. Y que son bien pocos, y están derrotados de antemano. Así parece. Toda la defensa está organizada por Don Porfirio, y llevada adelante por un grupo pequeño liderado por Herrera. Irene, la pareja de Herrera, también participará, pero él no lo sabe.

Dibujo de Aquilea, escenario del film

        Las escenografías de la película, que se traslada por varios barrios, por la Costanera, por el Delta, y fundamentalmente, por la Bombonera (la cancha de Boca) nos muestra unas tomas impresionantes, amén del fondo de bandoneón que une la película, mostrándonos barrios y costumbres de la vieja Buenos Aires, antes de que arrasaran con ella y dejara de ser "La Reina del Plata", como sucedió en la realidad. Pero lo que más impacta, y que no se ve en otros films, es el uso del espacio auditivo: toda la película está marcada por sonidos, que le dan relieve a la cinta. Hay pájaros casi continuamente, gritos, voces de niños jugando al fútbol, aviones que no se ven pero pasan, golpes, pasos, siempre pasos. No hay espacios de silencio, todo está ocupado y va marcando el ritmo de la obra. Una idea genial.

        Pero nada comparable a las escenas finales, que no contaremos, pero no nos explicamos cómo se filmaron, con camiones, caballos, aviones. Tendrá que verla el lector para creernos. Hay referencias a muchas cosas que vendrían después, como el secuestro, la picana eléctrica, y fue por estas escenas que el General Onganía, presidente en aquellos años, prohibió la película, y el Proceso de Reorganización Nacional hizo el resto, "desapareciendo" varias bobinas de negativos, como explica en francés el autor en el inicio de la película.

        Todo se pudo reparar en el año 2008, cuando se volvió a editar completa como la verán ahora, con sus excelentes actores: Lautaro Murúa, Olga Zubarry, Juan Carlos Paz, un jovencísimo Lito Cruz, María de los Ángeles Medrano, Aldo Barbero, Cacho Espíndola, Juan Carlos Galván, y Claudia Sánchez, entre otros. 

        Muy claramente habla la película de que los "invasores" convencerán a la gente común, y de hecho pasan inadvertidos entre las muchedumbres. Quizá sea la eterna batalla del Bien y el Mal, en donde la gente común, simplemente... hace lo que puede. Con ellos y con sus vidas. Pero hay otros que sí conocen esta guerra, y participan. Los buenos puede ser que participen siempre, que nunca se cansen, porque sus valores morales se lo piden. Los malos... los malos intentarán ganar o ganarán por épocas. Pero no se detendrán.

    Como dice Borges, "sin sospechar que su batalla es infinita"

Fuente: Del sitio Primo Terium de Youtube

https://www.youtube.com/watch?v=7ccUgWFXgYY

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