Bajo los truenos de las superficie,
en las grietas del mar abismal,
el Kraken duerme su antiguo sueño sin sueños.
Pálidos reflejos se agitan alrededor de su oscura forma;
vastas esponjas de milenario crecimiento y altura
se inflan sobre él, y en lo profundo de la luz enfermiza,
pulpos innumerables y desmedidos baten
con brazos gigantescos
la verdosa inmovilidad,
desde secretas celdas y grutas maravillosas.
Yace ahí desde siglos, y yacerá,
cebándose dormido de inmensos gusanos marinos
hasta que el fuego del Juicio Final consuma la hondura.
Entonces, para ser visto una sola vez por hombres y por ángeles,
rugiendo surgirá y morirá en la superficie.
Lord Alfred Tennyson (1809-1892)
Pero volvamos al tema. ¿Nos encontraremos con el Kraken, si atravesamos el Océano Atlántico?
"El kraken es una enorme criatura marina de la mitología escandinava descrita comúnmente como un tipo de pulpo o calamar gigante o medusa que, emergiendo de las profundidades, atacaba barcos y devoraba a los marineros. El mito puede realmente haberse originado de avistamientos de calamares gigantes reales que estimadamente tendrían de 33 a 45 metros de largo, incluyendo los 8 tentáculos. Se podría decir que es aún más grande que el Megalodon.
Kraken es la forma en artículo definido de krake, una palabra escandinava que designa un animal enfermizo, o algo retorcido. En el alemán moderno, Krake (singular y declinado en plural: Kraken) significa pulpo, pero puede también referirse al legendario Kraken.
El nombre de Kraken suele asociarse popularmente a la especie de calamar gigante Architeuthis dux, de la cual hoy en día poco se sabe, debido a la gran profundidad a la que habita".
Fuente: Del sitio Wikipedia - Kraken.
https://es.wikipedia.org/wiki/Kraken
Del sitio Monstruopedia, https://monstruopedia.com/monstruos-marinos/kraken/ |
El Kraken, un ser mitológico
"El kraken es un enorme monstruo submarino que se encuentra en océanos y aguas profundas.Su tamaño tan solo es comparable al de ciertos dragones rojos y dorados, siendo en muchos casos mayor al de éstos. Puede medir unos 90 metros de alto por término medio. Cuando se acerca a la superficie y permanece quieto se puede confundir con una isla.
Su aspecto se asemeja al de un pulpo gigante con numerosos tentáculos y unos enormes ojos rojos con los que controla cualquier movimiento de otras criaturas, tanto dentro como fuera de las aguas. Sus tentáculos tienen unas ventosas de unos 2 metros de diámetro. Tiene también dos tentáculos especiales, recubiertos de lengüetas afiladas, que usa para atacar.
Como cualquier cefalópodo, el kraken es capaz de expulsar tinta negra para escapar de sus enemigos, aunque cuesta pensar que un ser como éste necesite escapar, excepto de otro kraken furioso. Ni el mismísimo leviatán es comparable en fuerza o en tamaño.
Los avistamientos de krakens se llevan produciendo desde hace siglos y han sido más frecuentes en las costas del Atlántico Norte y de Noruega. De hecho, un obispo noruego describió en 1752 al kraken, y afirmó que el negro de las aguas de Noruega se debía al mecanismo de defensa del animal.
Los marineros de barcos de vela temían más que nada la aparición de este terrible ser, y vigilaban con nerviosismo las aguas profundas con la esperanza de no ver ningún burbujeo abundante, señal de que el kraken estaba ya demasiado cerca.
Cuando el kraken aparece o emerge alguno de sus tentáculos ya no es necesario correr. Una vez ha divisado a sus víctimas se lanza al ataque, las golpea y las envuelve con sus tentáculos mientras las arrastra a sus terribles fauces.
Hay rumores sobre islas tropicales que han quedado absolutamente vacías, tanto de animales como de humanos, tras el paso del malvado animal.
Sus guaridas se encuentran a varios miles de metros bajo el mar y son verdaderos complejos de cavernas en los que deposita los restos de cadáveres que no ha devorado, así puede conservarlos hasta que se vuelva a despertar su apetito".
Fuente: Del sitio Seres Mitológicos.
https://www.seresmitologicos.net/acuaticos/kraken/
Kraken vs seres mitológicos. Imagen de Jarrod Owen |
Sección Científica
El Kraken
"De todos los animales monstruosos cuyos testimonios innumerables y hasta cierto punto auténticos constarán la existencia y y cuya existencia está sin embargo contestada, el formidable Kraken es quizá el más extraordinario, por sus proporciones colosales. Según ciertas tradiciones que hacen ley desde hace siglos en los mares polares, el Kraken, cuando se extiende sobre la superficie de las aguas, se parece á una isla mucho mas que á un pescado, y cuando se duerme en el fondo, el agua falta á los navíos en el mismo sitio en que antes podían apenas encontrar el fondo con la sonda. Según las mismas tradiciones, el Kraken debe vivir hasta la fin del mundo, porque ninguna potencia puede destruir semejante masa; pero también la previsión divina no le ha dado la facultad de reproducirse, porque la mar no hubiera bastado para mantener ni contener esa raza de gigantes. El número de los Kraken queda, pues, invariablemente el mismo desde la creación del mundo. Si esas maravillosas narraciones no tuvieran por apoyo más que los testimonios de los pescadores, se pudieran considerar como fábulas; pero tenemos de ello pruebas auténticas.
A fines del siglo XVIII, un Kraken vino á morir en las costas de Noruega; su cuerpo cubría una inmensa superficie de agua, y las exhalaciones que salían de él hicieron temer que la peste se extendiera en el país. Un obispo de Noruega refiere que. habiendo visto surgir una isla de la mar, quiso ir a celebrar la misma en ella. Hizo, pues, transportar un altar y ofició; pero apenas hubo concluido, la isla sufrió un sacudimiento y desapareció, dándose á conocer por un Kraken. A estas y otras narraciones que no mencionamos, debemos añadir otras más simples y más positivas, que merecen más crédito. Un capitán de navío, navegando en los parages de la isla de Santa Elena, dijo que fué atacado por un Kraken, quien lanzando sus brazos gigantescos sobre el navío, enlazó algunos hombres y se llevó dos de ellos bajo las aguas, á pesar de los esfuerzos que se hicieron para librarlos. La tripulación logró á hachazos, y á sablazos cortar uno de los brazos del monstruo; á pesar de haber quedado en su poder sólo una pequeña parte del brazo, porque el cuerpo del Kraken no se había dejado apercibir, ese fragmento tenía treinta pies de largo.
Grueso como el cuerpo de un hombre en su parte más voluminosa, se terminaba en forma puntiaguda, y estaba armado en su superficie interna con unas ventosas del tamaño de un cucharón. Una aventura semejante sucedió á unos marineros de Saint Malo, como lo prueba un cuadro dedicado como exvoto en la capilla de Santo Tomás.
Un Kraken los atacó en la costa de Angola, y echando sus brazos sobre los palos y la cubierta, hizo esfuerzos para engullir el barco, lo cual hubiera logrado si los marinos no le hubiesen cortado algunos brazos. En las narraciones modernas están enteramente conformes con una descripción que encontramos en Plinio de un pescado, quien, muerto en las costas de España, pesaba setecientas libras, y cuyos brazos, muy largos y tan gruesos que un hombre podía apenas abrazar, estaban armados de chupadores anchos y profundos como unas palanganas.
La perfecta similitud que ofrecen estas narraciones no permiten dudar de la existencia del Kraken, y prueba al mismo tiempo que ese monstruo marino pertenece á la familia de los pólipos, especie de moluscos cuya realidad está fuera de cuestión, y cuya historia y figura están bastante conocidas. ¿Puede haber una gran exageración por parte de los narradores? Este es el sólo punto sobre el cual se puede entablar una discusión. Es probable que el terror inspirado á los marineros por la vista de tan imponentes medios de destrucción, les haya oscurecido la vista y el juicio; sin embargo, está reconocido que la mar encierra secretos hasta hoy desconocidos, y la aparición reciente y difícil de contestar de la serpiente de mar con cabeza y crin de caballo y con ojos chispeantes, es un argumento casi victorioso á favor del Kraken noruego".
Enrique Lascover
Diario El Nuevo Siglo Ilustrado, Madrid, 28 de marzo de 1869. Año III, Número 4. Director D. F. Costa.
Fuente: Del sitio de la Hemeroteca Digital de la Biblioteca Nacional de España.
http://hemerotecadigital.bne.es/issue.vm?id=0003752876&page=1&search=kraken&lang=es—¿Y vos habéis visto ese lindo animal? -preguntó Trabuco irónicamente.
—No, contestó con franqueza el piloto, debo confesar que no la he visto jamás; pero personas dignas de fe la han observado perfectamente , y en Noruega ha habido un sabio Obispo que ha hecho la descripción de ella.
—Quisiera dar con una, dijo Trabuco, y lanzarle mi arpón á la cabeza, luego iría enseñando su esqueleto de pueblo en pueblo, con lo cual me haría una bonita renta.
—Otros valientes marinos, dijo Lax, han tenido la misma idea que vos; á la vista de semejante monstruo les ha faltado el valor, y no han pensado sino en remar con todas sus fuerzas para alejarse de él, más que de prisa. También, los peces huyen de aquel gigante á quien temen tanto las aves acuáticas. Por muy espantoso que sea no lo es tanto, sin embargo, como otro animal que se deja ver de vez en cuando en los mares septentrionales, llamado el kraken. Este es de tal dimensiones que aunque se le pusiera una ballena encima del espinazo, no llamaría más la atención de lo que la llama una mosca sobre el de un buey; cuando se sumerge de pronto en las aguas, desgraciadas las embarcaciones que estuvieran cerca dé aquel sitio, correrían gran riesgo de irse á pique en el abismo que sé abre al zambullirse el coloso, y cuando este sale á flor de agua engaña á los marinos más expertos. Sí; ha habido capitanes de buque que al verle han creído descubrir una isla desconocida , han determinado sus contornos, fijado suposición y la han anotado muy contentos en su carta. Esta isla, que después llamó la atención de los geógrafos, era sencillamente el kraken. Al poco tiempo algunos curiosos se embarcaban para explorar aquella tierra nueva, y se volvían á sus casas cabizbajos; la isla había desaparecido, y el monstruo se había sumergido en el fondo del mar. Ha habido marinos que lo han visto bastante dé cerca para reconocer su verdadera estructura, y se han apresurado á huir á toda vela del terrible animal, y encomendándose á Dios para que los salvara de aquel peligro".
Diario La Esperanza, periódico monárquico, miércoles 23 de marzo de 1859. Año decimoquinto, número 4427.
http://hemerotecadigital.bne.es/issue.vm?id=0002346410&page=1&search=kraken&lang=es
"Verdad es que los Pulpos y Calamares alcanzan á veces proporciones colosales; pero es de suponer que habla mucha exageración en los relatos de ciertos naturalistas y marinos que han creído ver algunos individuos bastante grandes, para compararlos con Ballenas ú otros enormes cetáceos. Plinio habla de un monstruo que tenía la costumbre de recorrer las costas cercanas á Castria, en España, cuyos estanques y lagunas devastaba, devorando en ellos todos los peces. Este animal pesaba, al decir del naturalista latino, 350 kilogramos; sus brazos y chupadores viscosos eran largos de 10 metros; su cabeza era gruesa como un tonel; ofrecía la capacidad de quince ánforas (1), y fué enviado al procónsul L. Luculo. Olao Magno refiere las hazañas de un Cefalópodo colosal que tenía al menos «una milla de largo», y cuya aparición en el seno de las aguas parecía más bien la de una isla que la de un animal (similioreminsulcequam bestice). Refiere Bartholin, que el obispo de Nidaros descubrió á uno de estos animales gigantescos, que dormía tranquilamente al sol y lo tomó por una inmensa roca; hizo levantar un altar sobre su espalda en el que celebró misa. Durante toda la ceremonia, añade el cándido escritor, el Kraken, nombre dado al terrible Molusco, permaneció inmóvil, mas apenas hubo terminado aquella, el monstruo despertó y se zambulló en el mar. Para colmo de maravillas, añádase que los excrementos de aquel espantoso animal esparcían un perfume tan suave, que los peces de los alrededores acudían apresuradamente para apacentarse con ellos. Entonces el implacable Gargantúa abría su espantosa gola, «parecida á un golfo ó á un estrecho de mar» (instar sinus aut fretí), y engullía á todos los infelices, grandes y pequeños, que se hallaban á su alcance.
Lo que admira en esta fabulosa historia, no es que Pontoppídan, obispo de Bergen, le diese fe en su tiempo y otros escritores mal avisados la reprodujeran con visos de probabilidad; lo que nos maravilla es que Linneo, en la primera edición de su Sistema de la naturaleza, admita la existencia de aquel monstruo imaginario , designándolo con el nombre de Sepia microcosmos; verdad es que más tarde lo borró de la lista de los animales vivientes; pero Sonnini, seducido sin duda por los atractivos del quimérico animal, se atrevió á representar en sus Apéndices á Buffon, á este gigante de los Cefalópodos, enlazando en sus desmesurados brazos á un navío de alto bordo que trataba de engullir. Otros autores formales han tenido igual osadía , entre ellos Pernetti, que habla de un monstruo del mismo tamaño que logró hacer zozobrar una gran nave!
La existencia de estos y parecidos monstruos no la admite hoy la ciencia; y sus descripciones son relegadas á la categoría de meras fábulas. Si estas relaciones exageradas pudieron un día cautivar la atención y hasta deleitar con su lectura á la generalidad de las personas amantes de la historia natural, pero faltas de medios de estudio y examen, ya no sucede hoy lo mismo: el caudal de nuestros conocimientos es mucho mayor y ya no nos hallamos en aquellos tiempos en que, como dice Frédol, «se creía en animales marinos tan voluminosos que les hubiera sido imposible pasar por el estrecho de Gibraltar». No obstante, añaden el citado autor y otros modernos naturalistas: «está demostrado al presente que se hallan no sólo en el Océano, sino también en el Mediterráneo, Cefalópodos realmente enormes, no, con todo de las dimensiones de una nave, de una ballena, de una isla, ó más anchos que un estrecho, pero de un tamaño bastante extraordinario para merecer el nombre de gigantes». Aristóteles habla de un gran Calamar del Mediterráneo, que tenía cinco codos de largo.
El famoso buzo Piscinola, que bajó en el estrecho de Mesina, á excitación del emperador Federico II, vio con espanto en su fondo enormes pulpos adheridos á las rocas y cuyos miembros, de muchas varas de largo, eran más que suficientes para ahogar á un hombre. Este testimonio no ha llamado bastante la atención de los naturalistas de nuestros tiempos, por más que se haya
hablado de Cefalópodos de gran talla. M. Verany menciona un Calamar que tenía 1 metro 655 de largo y que pesaba 12 kilogramos. Se pescó cerca de Niza á otro individuo que pesaba 15 kilogramos. Existe en el museo de Trieste el cuerpo de un animal análogo, hallado en Dalmacia, arrojado por el mar. Un Calamar de grandísima corpulencia (1 metro 820) fué pescado en las costas de Provenza, y forma parte actualmente de las colecciones de la Facultad de Ciencias de Montpellier; créese que es el Ommastrephes pteropus de Steenstrup. El viajero Perón halló cerca de la tierra de Van Diemen una Jibia «tan grande como un barril» rodando lentamente por las olas, y cuyos robustos brazos tenían hasta 2 metros 33 de longitud y una veintena de centímetros de diámetro en su base. Aquellos brazos se extendían y retorcían como repugnantes serpientes.
Quoy y Gaimard recogieron en el Océano atlántico, cerca del Ecuador, durante un tiempo enteramente calmoso, los restos de un enorme Molusco de la misma familia, cuyo peso fué evaluado en más de 50 kilogramos; sólo había la mitad del cuerpo sin los brazos. Rang descubrió en las mismas aguas un Cefalópodo de color rojo, cuyo cuerpo ofrecía el volumen de un tonel. Pennant da la medida de una Jibia cuyo cuerpo tenía 12 pies ingleses de diámetro y sus brazos presentaban 54; Swediaur refiere que unos balleneros retiraron de la gola de un tiburón fragmentos de otra Jibia que tenía 25 pies de largo. Se conserva en el Colegio de Cirujanos de Londres una mandíbula de Cefalópodo que parece ser procedente de los mares del Norte, que es mayor que la mano. M. Steenstrup, de Copenhague, ha publicado observaciones muy interesantes sobre un Cefalópodo gigantesco (Archileutis dux, de Steenstrup), arrojado en la playa de Jutlandia. El cuerpo de aquel animal, cortado á trozos por los pescadores, llenó varios barquichuelos y por su gola podía pasar la cabeza de un niño. El mismo naturalista ha dado á conocer otro Molusco colosal (Dosidicus Eschrichtil, de Steens.), que se supone traído de Saint-Thomas, cuyos brazos tenían aproximadamente el grosor de una pierna humana.
Todas estas observaciones, según M. Edwards, se aplican evidentemente á varias especies de Cefalópodos afines á las Jibias, á los Calamares y á los Pulpos , cuyo tamaño sobrepuja en mucho al de todos los invertebrados conocidos".
Santiago A. Saura
(1) Medida de capacidad para los líquidos, entre griegos y romano,
que contenía unos treinta y ocho de nuestros litros.
Diario El Mundo Ilustrado, Historia, Viajes, Ciencia, Artes, Literatura. España, año 1880, cuaderno 47.Fuente: Del sitio de la Hemeroteca Digital de la Biblioteca Nacional de España.
http://hemerotecadigital.bne.es/issue.vm?id=0004871874&page=20&search=kraken&lang=es
Libro de monstruos mitológicos, página 223, de la Biblioteca Digital Mundial. En una caja se puede ver al kraken |
https://www.antena3.com/programas/tu-tiempo/reportajes/graban-por-primera-vez-el-kraken-de-el-hierro_201907045d1e17270cf222ba9ed2c66b.html
Crónica de Curiosidades
LA SERPIENTE DE MAR
"Apariciones intermitentes.—Los que la han visto. —Las formas de ese monstruo marino . — Impresiones.— Últimos representantes de las especie s aparecidas.— Animales prehistóricos en el siglo XX.—La leyenda confirmada por la ciencia. La han visto no hace mucho ¿a quién? A la serpiente de mar. Dos pasajeros, M. Meade Walde y M. Nicoll la han apercibido por los mares del Brasil; tenía 20 metros de largo y era color verde; sólo su cuello tenía 2 metros y 50 y se terminaba por una enorme cabeza de tortuga. Los navegantes de todas las épocas no han dejado de afirmar su existencia.
En 1555 el viajero noruego Olaüs Magnos, Obispo de Upsal, vio a ese reptil monstruoso en aguas escandinavas. «Se parecía—dice—más a una isla que a un animal. Le llamaban el kraken» Un día, cierto Obispo, encontrándose en el mar, descubrió el kraken que dormía tranquilamente al sol, y lo tomó por una roca. Hizo colocar sobre su lomo, que estaba completamente cubierto de algas y de plantas marinas, un altar para decir la Misa. El animal se mantuvo tranquilo, tanto como duró, la ceremonia; pero apenas el Obispo había ganado su navío se sumergió, con gran asombro del Prelado y de los que le acompañaban.
En 1746 fué visto en la costa de Noruega, por el capitán Laurente de Ferry; era de color gris, con una larga melena; su cabeza se elevaba a 70 centímetros sobre las olas. El 15 de Mayo de 1833, oficiales ingleses la apercibieron también en pleno mar. En 1877 se vio también en el Golfo de Aden y en los parajes del Cabo de Vito, en Sicilia. Una de las observaciones más acertadas, es la que hizo en 1898 M. Lagresille, comandante del navío francés Avalanche. «Lo que caracterizaba a esos animales—dice M. Lagrisille—, es que su cuerpo no era rígido como él de los cetáceos; tenía movimientos ondulatorios análogos a los de las serpientes, pero en sentido vertical. Su largo era de 20 metros y su diámetro de dos á tres metros; su color gris y negro; su cabeza parecida a la de una foca; en fin su lomo estaba cubierto de una especie de dientes de sierra, lo que les saca todo parecido con los cetáceos; revelan su presencia por un silbido muy penetrante».
He aquí otra observación digna de fe del comandante de la cañonera Decidée, que vio en 1904 á la serpiente de mar: «Apercibí primero el lomo del animal a 300 metros de distancia, bajo la forma de una masa negruzca y redonda. Luego vi a esa masa que se alargaba y elevaba con la apariencia de una serpiente de 30 metros de largo y cuatro ó cinco de ancho. Su piel era negra y con manchas amarillas. Su cabeza era color de roca amarillenta. La piel parecía rugosa. El diámetro de la parte más ancha de la cabeza era de 0 80 metros, más ó menos. La cabeza echaba chorros de agua vaporizados. No se distinguía que tuviera aletas.»
De todo esto se desprende que es un animal extraño, que no se ha visto más que de tiempo en tiempo, y del que se tienen nociones vagas, pero que en realidad habita el fondo de los mares. No se puede negar que existen actualmente otros representantes de especies, además de la serpiente de mar, y que se creían desaparecidos después de loa tiempos geológicos.
El primero de esos aparecidos es el Ceratorus, singular animal, mitad pescado, mitad salamandra, provisto de dientes, de escamas, sin cola, ni aleta dorsal, provisto de patas. Este singular pescado vive todavía, habiendo persistido al través de las edades en los mares y ríos de Australia, oculto en sus retiros, profundos. El punto característico de esos fósiles vivos, es no ser nunca completamente lo que son. Como el okapi que se parece a la vez a una cebra a causa de las rayas de su piel, a un antílope, por su talla, a la jirafa por la forma de la cabeza y por el modo de caminar. El singular mamífero viene del Congo".
Diario El Siglo Futuro, Diario Católico, Segunda época, Madrid, sábado 18 de julio de 1908, Año II, Número 297.
Fuente: Del sitio de la Hemeroteca Digital de la Biblioteca Nacional de España.
http://hemerotecadigital.bne.es/issue.vm?id=0000275420&page=2&search=kraken&lang=es
Del sitio Mundo Mórbido, https://mundomorbido.com/monstruos-colosales-el-kraken/ |
Historia Natural
Los Animales
"Entre los cefalópodos gigantescos que se han capturado, uno de ellos lo fué en las costas del Labrador; su cuerpo tenía unos cuatro metros de largo y más de diez los tentáculos. Otro que abandonó la marea en una cala de Terranova era de cuerpo más corpulento, pues medíaseis metros, pero los tentáculos no eran más largos que los del anterior.
Las proporciones verdaderamente desmesuradas que alcanzan esos animales hicieron que durante mucho tiempo los marinos y los pescadores de los países del Norte creyeran en la existencia del "kraken", cefalópodo gigantesco del que se contaban las cosas más inverosímiles.
Así, por ejemplo, Pontoppidan, escritor danés, que fué en sus últimos años obispo de Bergen, describió en 1750 al kraken como un animal cuya espalda medía una milla de largo y media de ancho. Era muy posible, por lo tanto, tomarlo por una isla; y los que desembarcaban en ella,
si se les ocurría, por ejemplo, cavar un agujero, se encontraban con la desagradadable sorpresa de que la isla se iba hundiendo paulatinamente.
Otras veces, cuando era provocado o cuando tenía hambre, el animal sacaba los enormes y retorcidos tentáculos y agarraba con ellos las embarcaciones que estaban a su alcance. Al sumergirse el kraken producíase un fuerte remolino, que arrastraba asimismo a las embarcaciones próximas; en muchas millas a la redonda las aguas estaban enturbiadas, y bandadas de peces pueden compararse ni de lejos con los verdaderamente grandes de los mares tropicales y menos todavía con los monstruos que reptan por las profundidades oceánicas.
Sin embargo, no tiene nada de agradable encontrarse con un brazo o una pierna apresados por sus tenaces tentáculos".
Publicación Algo, semanario ilustrado , enciclopédico y de buen humor. Barcelona y Madrid, 27 de junio de 193l. Año III, Número 113. 50 céntimos.
http://hemerotecadigital.bne.es/issue.vm?id=0004915238&page=4&search=kraken&lang=es
Del sitio Mundo Mórbido, https://mundomorbido.com/monstruos-colosales-el-kraken/ |
https://www.seresmitologicos.net/acuaticos/kraken/
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