The Way, la película que nos permite saber cuál es el camino

“Mis estrategias se inspiran en esta Tierra y no quiero refugiarme
en el Cielo porque me gusta estar aquí, me gusta vagar por el planeta 
en busca de lugares serenos. Sobre todo, me gusta viajar al interior
del hombre, por su mente que sabe a infinito aunque esté 
hecha de carne que piensa también su propio límite”
Vittorino Andreoli,
psiquiatra italiano. 
        “Nadie llega al Camino por casualidad” dice uno de los personajes de “The Way”, la película del Director Emilio Estévez y que fuera filmada en el año 2009 en España. Es probable: el famoso Camino de Santiago, que recorre el norte de España, es un camino que se recorre hace mil años con la fe profunda de encontrar la Catedral donde están los restos del Apóstol Santiago, que habría llegado hasta ese apartado lugar del Imperio Romano predicando la Palabra de Cristo. Si es verdad o no, no lo sabemos, y a los peregrinos no les preocupa. Salen desde los Montes Pirineos y recorren el norte de los Países Vascos, y luego las provincias de España hasta llegar a Santiago de Compostela
        Mientras tanto, tendrán un “pasaporte” o “boleto” que se les irá sellando para acreditar que lo han recorrido en su totalidad, es decir, más de 800 kilómetros a pie. En el trayecto, tendrán posada y comida, pero aun así, no será fácil. Los peregrinos se encuentran, y a veces, se desencuentran, como vemos en esta maravillosa película donde, claro, Emilio Estévez tiene la mejor carta: el protagonismo de su padre, Martin Sheen, que da el perfil justo para el papel, el de Tom Avery. Odontólogo americano, viudo, jugador de golf, discute con su hijo Daniel porque éste quiere conocer el mundo y no terminar la tesis que le falta para recibirse. Quiere investigar, conocer, saber. Y su padre Tom no está de acuerdo, tanto que durante el film dirá que su hijo “era listo, seguro, cabezota, me sacaba de quicio”.
        Pero ahora, ya no lo desquiciará más. Daniel acaba de morir al pie de los Pirineos, y el padre deberá ir a realizar los trámites para repatriarlo. Pero, en el marco de un dolor indescriptible, encuentra el “pasaporte” del Camino de Santiago, que Daniel pensaba recorrer. Y movido por ese mismo dolor, decide hacerlo en el nombre del hijo que perdió.
        Una pregunta que suena en nuestros oídos y que hace uno de los protagonistas de la cinta es “¿Qué hace falta para convertirse en un peregrino en el Camino?”. Quizá mucha paciencia, mucha perseverancia, mucha convicción. Es lo que Tom Avery tiene. Pero también solidaridad, unión con los otros, respeto al grupo. Ahí es donde el pobre Tom falla: como buen americano, es individualista y no está convencido de la compañía ajena. Es cosa de recorrer el trecho y sanseacabó. Pero poco a poco esto cambiará. Aprenderá a compartir, y en medio de su dolor (que es también el de los otros), aprenderá a disfrutar de la vida. Y querrá también investigar, conocer y saber sobre personas, lugares, vivencias. Tanto que a la visión de su hijo la va encontrando por el Camino, donde va dejando sus cenizas, hasta que alguien le aconseja que lo lleve al mar…
“El camino de Santiago
es muy largo de recorrer,
el camino de Santiago,
mucha gente por conocer…”
        Así van cantando los peregrinos, apoyándose los unos a los otros en tan largo viaje, quizá como hace mil años. Porque como dice el film, “un peregrino es pobre y debe sufrir”. Y está bien dicho, porque aquí el dinero no vale, ya que lo importante no se compra no dinero. “Las cosas importantes de la vida no son cosas”, dice el dicho, y nada más aplicable a esta historia, cuyo guión pertenece al propio Emilio Estévez, la música a Tyler Bates y la fotografía a Juanmi Azpiroz. En el reparto encontramos a Martin Sheen como Thomas "Tom" Avery, Deborah Kara Unger como Sarah, James Nesbitt como Jack, Yorick van Wageningen como Joost y Emilio Estévez como Daniel Avery.
        El escritor sin inspiración la encontrará en la historia de Tom Avery, a quien ayuda en el camino y le pide, a cambio, no dinero, sino poder contar su historia. Reticente, finalmente Tom acepta, pero le recomienda: “Jack, escribe como quieras sobre todo esto, lo que has visto, escribe lo que has sentido, escribe lo que ha pasado”. Y finaliza: “Escribe la verdad”. Es decir, comunica, en el sentido de “hacer común” lo que se siente.
        Y que al fin, es una de las formas en que manifestamos la Vida que llevamos dentro.
        El cambio en Tom se produce, las cenizas llegan al mar.
        Y la Vida vuelve a empezar, renaciendo de las cenizas y del dolor.
Testimonio con fotos de quien lo ha recorrido, del sitio Expertos en el Camino:
http://www.expertosenelcamino.com/blog/2010/04/

Vean la película en Youtube y disfrútenla gratuitamente: 
https://www.youtube.com/watch?v=oDqgktOQuL8

Crítica cinematográfica del sitio español AARP The Magazine 
http://www.aarp.org/espanol/entretenimiento/cine-y-television/info-10-2011/the-way-cine-resena-pelicula.html
Las fotos pertenecen al sitio Expertos en el Camino, y al sitio AARP The Magazine

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