Prevenir la reproducción para evitar la eliminación de perros y gatos en crueles matanzas

por Adriana Sylvia Narvaja 
        Día a día recibimos por mensajes de Facebook la información de países que deciden eliminar a las mascotas callejeras simplemente porque molestan.Claro, reproducen enfermedades, andan vagando y no es raro que, al estar enfermos, hambrientos, abandonados por todos, puedan morder. Y así comienza la idea de generar una matanza cruel.
        Pues bien, esta iniquidad que se ve reflejada todos los días nos marca un mundo que se niega a evolucionar, a avanzar. Es cierto que antes muchas mascotas eran simplemente eliminadas del hogar, sea ahogándolas, sea enterrándolas vivas, en fin… Hoy, gracias a Dios, tenemos Centros de Zoonosis que realizan una esforzada tarea: la de esterilizar a los animales, y así, evitar que se reproduzcan, que se escapen, que se pierdan. Y si a esto se suma que el dueño las identifique con una chapita de metal o plástico, en mucho se reduciría el problema actual.
        Pero claro. Educar a la población es caro, y los gobiernos actuales, lamentablemente, están demasiado ocupados infringiendo leyes, alimentando la corrupción o desviando dinero para beneficios personales. Educar, repetimos, es caro. Invertir en salud, también lo es. Y la salud es patrimonio de todos los seres vivos, no sólo de los humanos (la salud que también está siendo abandonada en todo el Planeta). Salud que se paga, es salud. La que el Estado debe brindar, si es gratuita, es cada vez más deficiente. Y ni que hablar de la salud animal, que casi no existe.
        De esta forma, se olvida un dato esencial en el entendimiento de este problema: los perros y los gatos los domesticamos nosotros, los seres humanos. O sea, el problema es nuestro, y somos nosotros los que lo tenemos que resolver. Y sin asesinar a ningún ser vivo, como se ve que se hace en muchos países.
        En Rumania, por ejemplo, se realizó el genocidio animal más grande de la Historia. Más de cien mil animales fueron muertos envenenados, quemados vivos, etc. con motivo de un Campeonato de Fútbol (ver información más abajo). Esto nos hace preguntarnos si realmente entendemos de qué se trata domesticar y atender a nuestros amigos los animales. Se trata de quererlos, darles un lugar, y fundamentalmente, esterilizarlos para que no sucedan hechos de este calibre.
        Pero lo más terrible es que todo vuelve. ¿Cuestión de karma? Bueno, hay dos aspectos a considerar, para entender cómo y porqué decimos que “todo vuelve”.
        En primer lugar, el aspecto espiritual: realmente todo vuelve. Es decir, toda acción nefasta que realicemos, la volveremos a experimentar nosotros y nuestra familia. Si realizamos estas matanzas, a fin de que los Gobiernos “ahorren” en dineros que cobran de impuestos para atender TAMBIÉN  a las mascotas, todo volverá contra nosotros. Es la ley espiritual: lo bueno vuelve, lo malo vuelve. El Estado cobra dinero a sus ciudadanos para asegurar la salud global de la población, que no se termina con los remedios elaborados por los laboratorios, sino con un cuidado integral del medioambiente, lo cual debe ser enseñado en las aulas, en las calles, y en todo sitio donde se reúna la gente. El concepto mismo de “medioambiente” no debe excluir componentes espirituales, de la misma forma en que para los pueblos originarios “todo es uno”. O sea, no hay “sólo biología” o “sólo ciencia”. Hay Vida, con mayúscula, y hay que defenderla en su conjunto. O no hay Vida ni salud para nadie, porque ni la Vida ni la Salud ni el Medioambiente se puede sectorizar o parcializar. Promover la Vida es promover Conciencia, y no hay conciencia sino es clara y distinta, es decir, no hay conciencia sin espiritualidad, en un sentido amplio. Somos parte del Universo, y sea cual fuere nuestra idea de espiritualidad, es lo que nos hace formar parte de él.
        Por otro lado, y en segundo lugar, podemos hablar del aspecto biológico, así sin más. Dentro de lo biológico también “todo vuelve”. Porque la materia orgánica acumulada en las matanzas, simplemente, no llega a degradarse por su enorme cantidad. Y esos lixiviados, esos residuos, van al agua. O sea, los perros muertos serán el agua que tomen nuestros hijos, lo sepamos o no. La tierra no puede descomponer tanta cantidad de materia orgánica acumulada, y esta materia orgánica contaminará la tierra y el agua. Nada nos librará de una enfermedad segura.
        Nos cuesta mucho imaginar esta situación, porque mucho se ha hablado de la enfermedad como “ataque de virus” o “ataque de bacterias”, es decir, una enfermedad producida por un agente que la provoca. Pero poco o nada se habla de las enfermedades producidas por la contaminación del agua, del aire y de la tierra. Desde la Revolución Industrial, el agotamiento de los recursos y la contaminación del ambiente vienen causando enormes desastres que el sistema Capitalista se niega a reconocer. Y todos los años la situación empeora.
        Y ni que hablar de las matanzas por envenenamiento. El veneno, simplemente, será para nosotros. Irá al agua, irá a la tierra, irá al aire. Y allí estamos nosotros para incorporarlo a nuestro organismo, lo sepamos o no. Y muy pronto veremos cómo “todo vuelve”: el veneno envenenará nuestras vidas, nuestros cuerpos y los de nuestros hijos. Cuando un Gobierno recurre a estas maniobras para desviar los fondos hacia “otros bolsillos” (por así decirlo), simplemente está matando a su gente. Que quizá no se entere, porque estos temas están siendo intensamente silenciados. Pero la gente también morirá, y sin “karma” ni espiritualidades, y sí con Ciencia y con Biología, todo volverá a quien lo produjo.
        Así sucederá en Deán Funes, provincia de Córdoba, donde los funcionarios, escudándose tras los empleados municipales, los mandaron a matar a los perros. Y lo mismo en Luján, Provincia de Buenos Aires, siempre hablando de la República Argentina. La gente morirá, y no habrá datos fehacientes que puedan corroborarlo. Las Universidades no se tomarán el trabajo de analizar el agua, ni el aire, ni la tierra. Y llamativamente, "el hijo de Fulano", "el padre de Mengano", simplemente, enfermarán, ya que fue el Gobierno votado por ellos para cuidarlos, los que los han envenenado.
        Por eso debemos tomar conciencia, y difundir todos los Centros de Zoonosis de todas las ciudades de nuestro país, para evitar matanzas y sufrimientos. Ellos no lo merecen, nosotros tampoco, y los Gobiernos no tienen derecho a envenenarnos. Necesitamos más campañas de educación, ecología en las aulas, cuidado del medioambiente, reciclado de basura, atención de animales, y mucha, mucha conciencia, para hacer de este mundo un mundo mejor.
        Antes de tomar veneno, tomemos conciencia.
Lean aquí sobre la matanza en Rumania, país que se había negado a recibir fondos de la ONU para resolver el problema de la sobrepoblación de animales: 
http://animalesabandonados.com/rumania-el-pais-del-mayor-genocidio-animalista-en-la-historia-de-europa/
Adriana Sylvia Narvaja es periodista y docente, y es la conductora del programa "Algo Especial Protagonista del Presente" que actualmente no se encuentra en el aire. Pero el blog sigue trabajando activamente en difundir todo lo que se refiera al cuidado de la Vida, al medioambiente y a la espiritualidad.

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