La Oración de Jesús y la Filokalia

        "Un día me preguntaba yo qué podía hacer con los dos rublos que me habían dado. ¿Para qué podían servirme? Y bien, ya que no tengo más a mi staretz (maestro) ni a nadie que me guíe, compraré una Filokalia y aprenderé la oración interior. Hice el signo de la cruz, y continué mi camino orando. Así llegué a una capital de provincia y empecé a buscar por las tiendas una Filokalia, encontré una, pero el vendedor quería tres rublos y yo no tenía más que dos;  le pedí una rebaja y él se negó, pero al fin dijo: “Ve a aquella iglesia y pregunta por el sacristán; él tiene un libro viejo como éste; quizá te lo dé por dos rublos”. 
        Fui y, en efecto, compré por dos rublos una Filokalia vieja y estropeada; pero yo me sentía feliz. La envolví como pude en una tela y la metí en mi bolsa con la Biblia. 
        Desde entonces voy diciendo sin cesar la oración de Jesús, que me es más dulce y querida que nada en el mundo. A veces camino más de sesenta verstas en un día, sin embargo, ni me doy cuenta de que camino: solamente sé que estoy rezando la oración. Cuando el frío me acosa, digo la oración más atentamente  pronto me siento mejor. Si el hambre llega a ser muy fuerte, invoco el nombre de Jesús con más frecuencia y no me acuerdo de que estoy hambriento. Si estoy enfermo y siento que la espalda o las piernas me duelen, me concentro en la oración y el dolor desaparece. Cuando alguien me ofende, pienso solamente en la bienhechora oración de Jesús, y la cólera y el pesar desaparecen, y todo lo olvido. 
        Me he vuelto un poco raro: no tengo ninguna preocupación, nada me aflige, nada de lo exterior me retiene, me gustaría estar siempre en la soledad y, por lo general, no tengo sino una sola necesidad: rezar la oración sin cesar, y cuando lo hago me lleno de gozo. Dios sabe lo que se está realizando en mí. Naturalmente, estas son solamente impresiones sensibles, o como decía el staretz,el efecto de la naturaleza y de un hábito adquirido, pero todavía no me atrevo a dedicarme al estudio de la oración espiritual en el interior del corazón, pues me considero muy indigno e ignorante. 
        Yo espero la hora de Dios y confío en la oración de mi difunto staretz. Por lo tanto, todavía no he llegado a la oración espiritual del corazón, espontánea y continua: pero, gracias a Dios, ahora comprendo claramente lo que significa la palabra del Apóstol que antes había escuchado: Orad sin cesar".
“Relatos de un peregrino ruso
a su padre espiritual”
Editora Patria Grande 
Buenos Aires, Argentina, 
primera edición, mayo 1978
Para conocer la Filokalia:
http://www.sigueme.es/docs/libros/la-filocalia-de-la-oracion-de-jesus.pdf
Descargar la Filokalia completa en este sitio:
http://monasteriosanmacariocolombia.jimdo.com/documentos-para-descargar/
Imagen de portada: "Jesús" de Carl Vogel von Vogelstein (1788 1868)

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