Dos caras de una misma moneda: alimentación y espiritualidad

por Joseph M. Villagran
        Muchas disfunciones que en general parecen irreversibles, se pueden neutralizar al abrir canales de eliminación y equilibrio de tensiones  en el enfermo que las padece, ya sea a través de la actividad física (deporte, danza, expresión…), a través de la actividad emotiva (grito, risa, llanto…) o a través de la actividad espiritual (meditación, tai chi, yoga, oración…). Es curioso observar que en el momento en que se desarrolla una buena apertura emocional y la persona empieza a expresar libremente lo que siente, comienza a comer menos, mastica más y elige mejor sus alimentos a la hora de consumirlos.
        El ser humano necesita una buena planificación para que pueda eliminar la mayor parte de las toxinas físicas y psíquicas que genera. Para ello, “actuar” es fundamental y de esta forma podría trabajar y desarrollarse consumiendo sólo los alimentos necesarios para renovar su desgaste orgánico.
        El equilibrio se genera a través de un buen filtrado de todos los sistemas de descarga (sueños, emociones y fluidos del cuerpo). Cuando una persona ha llegado a dominarlos y a entenderlos podemos concluir que ha conseguido un desarrollo espiritual correcto.
        Por utópico que parezca, por lo simple, muchas veces se puede conocer el grado de evolución de una persona observando los platos que come. Si necesita grandes cantidades de comida y bebida “para neutralizar su ansiedad”, aunque esté platicando sobre elevados planteamientos espirituales, podremos entender que no ha evolucionado en estos planos, sino que está en ellos de una forma puramente intelectual. Por el contrario, si se muestra parco en sus hábitos, no fuma, no bebe y come lo correcto, es posible que realmente sus planos estén trascendidos. Este es el caso de la mayoría de personas que aparentan mucha menos edad de la que tienen.
        Sucede con cierta asiduidad que personas que están postulando a favor de la salud espiritual, o física, o psicológica, arrastren al mismo tiempo una calvicie prematura o una barriga prominente. Aquí el principio de coherencia falla.
        La alimentación, a pesar de la gran importancia que tiene como fuente generadora de energía y del crecimiento de nuestro cuerpo, ha sido siempre “la cenicienta” de la mayoría de los movimientos tanto científicos como empíricos que se acercan a la salud y a la espiritualidad. Nunca se ha tenido en cuenta que ella representa un síntoma de cómo se desarrolla el equilibrio en torno del ser humano.
        Corregir, pues, los hábitos alimenticios, ya que el orden de los factores no altera el producto, puede corregir desde la base (cuerpo físico), lo que se estropeó en la cima (cuerpos emotivo y mental)
Imágenes de la artista Janet Broxon - Del sitio de Facebook Janet Broxon Design and Illustration.
https://www.facebook.com/JanetBroxonDesignAndIllustration/

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