Estos poemas, denominados “vacannas” por su doble importancia, la religiosa y la literaria, muestras los aspectos de un dios misterioso, cuya figuración es imprecisa. Prueba de esa ambigüedad son los vocativos que le dan cada uno de los santos-poetas aquí reunidos: “Señor de los Ríos Encontrados”, "Ramanatha”, “Señor blanco como el jazmín” y “Señor de las Cuevas”. el culto puede vislumbrarse en estos cantos, que conjugan y satisfacen el apetito estético y el teológico. Basavanna nació en 1106 d.C y murió en 1167 o 1168. Los demás, al parecer, son contemporáneos a él.
Basavanna (poeta)
El cuenco no es de un metal distinto
que el del espejo
Cuenco y espejo con del mismo metal.
Devolviendo luz
uno se convierte en espejo.
Consciente, uno es del Señor;
Inconsciente, un simple humano.
Venera al señor sin olvidarte,
al Señor de los Ríos Encontrados.
Devara Dasimayya (poeta)
A lo que sea
que hizo de esta tierra
la base,
del mundo de la vida,
del viento el puntal,
que dispuso los lotos y la luna,
y que cubrió todo con capas
de cielo
con Él mismo adentro,
a ese Misterio,
indiferente a las diferencias,
A Eso ruego,
Oh, Ramanatha.
Mahadevikayya (poetisa)
Para el hambre,
está el arroz de la ciudad en el cuenco del mendigo.
Para la sed,
están los tanques, arroyos, pozos.
Para el sueño,
están las ruinas de los templos.
Para compañías del alma,
te tengo a ti, Oh Señor blanco
como el jazmín.
Allama Prabhu (poeta)
Yo estaba
como si el fuego del árbol
lo quemara
como si los dulces aromas
de los vientos del espacio
asaltaran la nariz
como una muñeca de cera
se derritiera entre las llamas
Veneré al Señor
y perdí el mundo.
“Cantos a Siva”
Editorial Need
Año 1999
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