La mejor música del mundo

        Hay gustos que atrapan, lo aseguro. Una de estos gustos es la investigación histórica. Una vez instalada en nuestro corazón, nos resultará muy difícil desprendernos de ella.  Se transforma en un placer.
        Pero es aún más que un placer. Bucear en las profundidades del mar histórico nos llevará muchas horas de trabajo, pero sinceramente... no las notaremos. Se disfrutan sabiendo que es un viaje del que vendremos cargados de datos, de fotos, de sucesos, de vidas. De vida, fundamentalmente. De la Vida que vivimos y  de la Historia que compartimos los seres que nos movemos sobre este planeta.
En el marco de la histórica Biblioteca Domingo Faustino Sarmiento,
la  segunda biblioteca pública de la Provincia de Buenos Aires,
por pocos días de diferencia con la primera, que se encuentra en Bragado
        Viene a cuento esta introducción luego de asistir a la excelente charla que el miércoles 17 de diciembre pasado  disfrutamos en la Biblioteca Domingo Faustino Sarmiento de Quilmes, cuando el Dr. Jorge Gabriel Olarte nos relató, con detalles, el vuelo secreto que su padre Miguel había realizado justamente 75 años antes, desde Quilmes a Montevideo, y que describe  en el libro de próxima aparición “El vuelo secreto de mi padre y el hundimiento del ‘Admiral Graf Spee’”.
        Así, minuto a minuto  los presentes fuimos siguiendo las alternativas de este vuelo secreto, cuyo resultado fueron las estupendas fotos del hermoso barco alemán, hundido por su Capitán para evitar que cayera en otras manos que no fueran germanas.
Diserta el Dr. Jorge Gabriel Olarte, historiador e hijo del aviador
Miguel Olarte, a quien se rindió homenaje
        Con paciencia, con dedicación, con verdadero tesón, el Dr. Jorge Gabriel Olarte fue recopilando información y, como dijimos en los primeros párrafos, haciendo un trabajo de verdadero buceo para recabar todos los datos que reproduzcan el hecho que 75 años atrás había partido de una idea. Una idea pronunciada al azar, mitad en serio, mitad en broma, y que terminó siendo un evento que registró uno de los momentos más vibrantes en la historia del río que compartimos con nuestros hermanos uruguayos: la voladura de la "niña mimada" de la Armada Alemana, el Graf Spee, sobre el cual corrieron ríos de tinta en innumerables investigaciones.
        Pero hay fotos, tomadas con su cámara Leika,  que le pertenecen al padre del historiador, el aviador Miguel Olarte, quien arriesgándolo todo, su vida incluso, desafió la prohibición de volar en la zona (no nos olvidemos de la situación de guerra que obligaba a tomar todos los recaudos para manejarse en avión en la costa de Uruguay) y agotó el rollo de fotos que, una vez llegadas de vuelta a Quilmes, viajaron rápidamente y llegaron al diario La Prensa. 
        Este medio las publicó en su portada del día 18 de diciembre de 1939, al día siguiente de la hazaña.

Conociendo la historia del Graf Spee
        En mayo de 1919 se entregó a la delegación que participaba en la Conferencia de Paz de París en nombre de la derrotada Alemania, el famoso “Tratado de Versalles”, por el cual el germano país debió aceptar toda la culpa por el inicio de la guerra, perdió sus territorios coloniales, debió abonar onerosas reparaciones en oro y soportar humillaciones en cuanto a las limitaciones a su poder de defensa. Tampoco se le permitió ingresar  a la Sociedad de las Naciones, antecesora de la actual Organización de las Naciones Unidas, cuando se formó en ese año hoy lejano de 1919.
        Burlando estas disposiciones nació, junto al “Deutschland” y al “Admiral Scheer”, el “Admiral Graf Spee”, el acorazado “de bolsillo”, rápido y mortal, que originalmente fue bautizado “Ersatz Braunschweig”, y que luego del ascenso al poder de Adolf Hitler pasó a tomar el nombre de un héroe de la Armada de Guerra Alemana fallecido en un combate contra la Armada Británica en nuestras Islas Malvinas.
        El "Admiral Graf Spee" tenía motores a gasoil y paneles de acero no remachados, sino soldados con electrodos revestidos, lo que redujo su peso y aumentó su velocidad. Llevaba un avión anfibio biplaza de alas plegables, “Arado Ar 196”, que era impulsado por una poderosa catapulta.
        El  6 de enero de 1936 fue entregado a la Armada Alemana y estaba listo para salir a la mar.

La “Máquina Enigma”
        A esta historia se agrega un invento fabuloso, cuyo nombre es digno del cine de ciencia ficción: la “Máquina Enigma”, creada por el ingeniero alemán Arthur Scherbius a fines de 1918, con destino también de película: fue adquirida por el Capitán de Ingenieros Adolfo Carlos Camilo Udry, argentino, que la modificó y logró admirar a los ingenieros alemanes, tanto, que la fabricaron con el nombre de “Modelo Argentino 126 A” en su homenaje.
        El visionario Udry captó la importancia de esta máquina encriptadora para las comunicaciones militares, aunque luego su trabajo fuera desmerecido por la “versión imperial” que sostiene que la máquina fue capturada por los británicos y estadounidenses el 4 de junio de 1944 al capturar el Submarino Alemán “U 505”. Se equivocan, o cuentan mal la historia: la Máquina Enigma nació en Alemania, fue transformada en la Argentina, y luego los alemanes comenzaron a producirla en su país.
        El “Admiral Graf Spee” llevaba una “Máquina Enigma”.
La famosa "Máquina Enigma" de cifrado nazi 
El tercer vértice del triángulo 
        Hablaremos aquí del tercer vértice de esta historia: el Centro de Aviación Civil, institución argentina nacida el 19 de diciembre de 1919 en Villa Lugano, que, luego de un tremendo ciclón que afectó seriamente sus instalaciones, se mudó a Castelar, luego a Morón, y vuelta a Castelar.
        Finalmente, el Honorable Concejo Deliberante de Quilmes le concedió, mediante la Ordenanza Nº 763, una fracción de tierra en el Bañado Municipal, “de mil metros de frente por igual metraje de fondo, y que linda por el NE con el Vivero Municipal, y por el SE, con terrenos de la Compañía de Tranvías del Balneario de Quilmes, con destino a la construcción de un aeródromo”.  Antes de que caducara la concesión, dos muchachos valientes  decidieron tomar “el toro por las astas” y se apersonaron en el terreno, tomando posesión de él, en nombre del Centro de Aviación Civil. El más joven, de jovencísimos 20 años,  era Dirck Weselis Van Leyden. El mayor, de sólo 26, era Miguel Olarte.
        Ya tenemos a todos los participantes del evento.

De cómo fueron las cosas
        El acorazado Graf Spee, comandado por el Capitán Hans Langsdorff recibe un mensaje encriptado del Alto Mando Naval en su Máquina Enigma, comunicándole que estaban en guerra. Luego de varios combates, la nave se ve obligada a buscar refugio en Montevideo. Presentaba cuatro impactos de proyectiles de grueso calibre, por lo que su Capitán solicitó poder realizar reparaciones no bélicas, lo que no fue aceptado. Muy por el contrario, se le ordenó a la nave abandonar el puerto de Montevideo a las 20 horas del día 17 de diciembre de 1939. Pero el Capitán fue inflexible, y pronunció una frase que quedaría grabada en la Historia: “Si no puedo burlar el bloqueo hundiré mi buque”.
        Pues bien, cruzando el ancho Río de la Plata, el mismo día, en Quilmes, a 50 kilómetros aproximadamente de Buenos Aires (hacia el Sur) una hermosa fiesta se estaba llevando a cabo: el vigésimo aniversario del Centro de Aviación Civil. Había asado, había empanadas y había baile, se comió y se bebió, y se habían preparado demostraciones de habilidad aérea que eran muy esperadas por todos los concurrentes.
Cuadro con foto del famoso Fleet 65, de la colección del Dr. Jorge Gabriel Olarte 
        Y en medio del festejo, a uno de los aviadores, Carlos Hass, se le ocurrió que se podría ir a sacar fotos de ese barco alemán que está anclado en Montevideo, pero debía hacerlo alguien que supiera volar no intuitivamente, sino por instrumentos... y el valiente Miguel Olarte se ofreció. Y ocultándole el viaje secreto a su novia y futura madre de Jorge Gabriel, se subió a su amado “Fleet 65” (“El 65” para los amigos) y se fue, en un vuelo de seis horas en los cuales logró obtener las preciadas fotos, y volver, agotado, pero triunfante.
        Al día siguiente las fotos salieron en la edición del Diario La Prensa, del 18 de diciembre de 1939, y Enriqueta, la novia, se vio obligada a perdonar al fugitivo, ya que su amor por la aviación era tan grande como el de su futuro esposo, y su lealtad, inquebrantable.
        Y toda esta historia, con mayor cantidad de detalles que este pequeño espacio no nos permite transcribir, volverá a nosotros en el libro del Dr. Jorge Gabriel Olarte, “El vuelo secreto de mi padre y el hundimiento del ‘Admiral Graf Spee”,  cuando nos vuelva a contar que el ruido de ese Fleet era “la mejor música del mundo” para su padre, quien volaba acompañando esa música con otra, “Lili Marleen”, el tema más famoso de esa época, Y fue sacudido en pleno vuelo por la voladura de ese hermoso barco que se hundió lejos de su patria, y cuyo Capitán se suicidó para no entregarlo.
Una presentación que culminó con merecidos aplausos de parte del público, algunos incluso
cuyos familiares han participado también de eventos históricos
como la llegada del Zeppelin a la ciudad de Buenos Aires
        Una hermosa historia de heroísmo, valores patrióticos, defensa de los ideales. Tanto del Capitán Langsdorff, un caballero, como se lo describió, como del aviador Miguel Olarte, un valiente patriota que lo arriesgó todo para cumplir su palabra de conseguir las fotos, como de su hijo, Jorge Gabriel, cuyos valores éticos y de respeto a la memoria de su padre lo impulsan a seguir profundizando los temas en pos de la cultura y a seguir buscando, siempre, en ese proceloso mar que es la Historia, datos certeros y valores universales, reivindicando la cultura de la superación, del esfuerzo, del trabajo.
        Del rescate siempre necesario de la vida y de la trayectoria de aquellos que nos dieron el ser, pero no sólo el ser biológico, sino el ser espiritual, que es la identidad y la defensa del ser nacional.
        En buena hora. Buceando se encuentra perlas.
        Aquí, en la historia del Graf Spee, tenemos una.

Agradecemos al Dr. Jorge Gabriel Olarte el material que nos ha proporcionado para la realización de esta nota sobre un tema tan interesante, y le deseamos éxitos con su libro de próxima aparición.
Con emotivas palabras y un brindis, exactamente a las 19:52, hora del arribo del
Fleet 65 en su regreso, se recordó la hazaña del aviador Olarte.
Se sirvió un vino de honor, de la misma marca de aquel con el que se brindó
en aquel histórico momento
Un testimonio familiar directo
Nuestra querida Beatriz Trabucco nos escribe sobre este tema, contándonos la historia de quien fuera su suegro, Carlos Ernesto Perego, padre de quien fuera su esposo, Néstor Guillermo Perego, a quien sus familiares y amigos llamábamos "Buby", que significa "pequeño" en alemán.
Carlos Ernesto Perego era Ingeniero y Capitán de Navío. "Trabajó en la Armada de Guerra y en la Marina Mercante, y era el que enseñaba a los marinos en la Fragata Sarmiento, llevándolos a viajar por todo el mundo para que aprendan a navegar" nos cuenta Beatriz, nuestra querida tía Betty.
"En la Batalla del Río de la Plata, el Graf Spee fue atacado y se hundía, por eso el Capitán Langsdorff ordenó la evacuación del barco y se suicidó", agrega. "Carlos Ernesto Perego estaba ahí, y el Capitán Langsdorff le dio la cinta celeste con letras de oro o doradas que decía Graf Spee. Carlos Ernesto Perego falleció a los 52 años  y su hijo Nestor Guillermo Perego guardó esa cinta como una reliquia. Cuando él falleció,  se la di al hermano Carlos Leopoldo Perego, que la guardó hasta su fallecimiento.  Para los dos hijos fue un honor tener esa cinta".
Emotivo recuerdo de la familia Perego, en la voz de Beatriz, a quien tanto agradecemos por su colaboración para la confección de esta nota.
Símil de la cinta que el Capitán Langsdorff le entregara a Carlos Ernesto Perego,
antes de suicidarse en el Graf Spee 
La última noche del Capitán Langsdorff 
La noche del  miércoles 19 de diciembre de 1939  el Capitán del “Panzerschiff Admiral Graf Spee”, Hans Wilhelm Langsdorff, después de haber tomado  la decisión de hundir su barco y ya desembarcado en Buenos Aires, luego de reunirse por la tarde con su tripulación, regresó a su cuarto, en el Arsenal Naval en Buenos Aires, donde se hospedaban los oficiales. Encendió un cigarro,  escribió unas cartas  a su esposa, padres  y al Embajador alemán en Argentina y  se disparó un tiro en la cabeza, según dicen  con un arma prestada por éste.  Es encontrado la mañana del 20 envuelto con la bandera de batalla alemana vestido con su uniforme de gala. Fue enterrado en el Cementerio del Norte en Buenos Aires, en donde todavía hoy descansan sus restos.
Del sitio El País - Viajes
http://viajes.elpais.com.uy/2011/08/12/graf-spee-%C2%BFdonde-fueron-sus-tripulantes/ 
Lápida de la tumba donde descansan los restos del Capitán Langsdorff
Escuchemos "Lili Marleen" 
Para escuchar el famoso tema “Lili Marleen” en la voz de Marlene Dietrich:
https://www.youtube.com/watch?v=7heXZPl2hik
El mismo tema, pero con imágenes de los soldados que la escuchaban en el frente de batalla, en una versión más popular:
https://www.youtube.com/watch?v=8DXruigKRRc

Un video magistral sobre el Admiral Graf Spee, de Youtube
Este video les dará una idea de la hermosa nave que se hundió en las costas de Montevideo, en lo que se dio en llamar “La Batalla del Río de la Plata”. Con una música hermosa, muy bien fotografiado, con ustedes, el Graf Spee.
https://www.youtube.com/watch?v=VL7WcnsyQSs

Fotos de la presentación del libro pertenecientes a "Algo Especial Protagonista del Presente", conducción Adriana Sylvia Narvaja, periodista y docente de Quilmes, Buenos Aires, Argentina.
Foto de portada, "Admiral Graf Spee" - Del sitio Histarmar, Historia y Arqueología Marina.
http://www.histarmar.com.ar/InfHistorica/Graf%20Spee/GrafSpeeHistoria.htm
Foto de la lápida donde descansan los restos del Capitán Langsdorff - Del sitio "Otro día para ser"
http://findelosinicuos.blogspot.com.ar/2009/01/hans-langsdorff.html
Foto de la "Máquina Enigma" - Del sitio Taringa.
http://www.taringa.net/posts/info/11717378/Enigma---Maquina-de-cifrado-nazi.html

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