Risas y traiciones y más risas “a la turca”

Casa de Arte Doña Rosa


Con grandes aplausos culminó este sábado pasado el estreno de “Tango Turco”, la obra de Rafael Bruza. Con la dirección de Alejandro Casagrande, la obra provocó una auténtica catarata de risas y más risas gracias a las actuaciones de Jorge Graffigna, Patricia Santi y un turco que no era turco, Héctor Varveri. Una huída que no podemos más que recomendar… cuando paremos de reírnos, claro…

No sabemos cómo se diría “todos a reírse” en turco, pero en algún diccionario turco debe estar. Pues bien, se diga como se diga, aquí está “Tango Turco” para hacer las delicias de los amantes de las comedias reideras. Porque desde ya les decimos, las carcajadas vienen aseguradas con esta obra de Rafael Bruza, que se estrenó el pasado sábado 6 de octubre en la Casa de Arte Doña Rosa, y que seguirá durante el mes de octubre, para seguir cultivando risas en el idioma que sea.

Así fue que el grupo Arteatro Quilmes se presentó en el ya reconocido Centro Cultural de nuestra localidad, de la calle Colón 279, de Quilmes Centro, para hacernos divertir con este trío que se las trae. Con la Dirección y Puesta de Alejandro Casagrande, a quien ya felicitamos en varias oportunidades, y la Asistencia y Sonido de Mónica Dargains, quien brilló también en la Dirección de la obra “América Mía”, este “Tango Turco” contó con tres “Ángeles del Tango”, vestidas de riguroso negro y “chambergo”, Rocío y Paloma Graffigna y Chiara Mobilia, quienes acomodaban la escenografía “en vivo” dándole dinamismo y variedad a la puesta, siempre bajo la música de un tango mezcla de tango y música… turca. ¿Cómo que no es posible? Será cuestión que lo escuche con sus propios tímpanos, sabiendo que la música original es de Yair Hilal, quien ha elaborado una excelente combinación de sonidos.

Qué pensarán de todo esto los turcos, para decir verdad, no lo sabemos. Pero el que sepa turco, que les cuente que la Supervisora de Montaje es Jimena González, el Vestuario está a cargo de Fabiana Curac, los Arreglos para Guitarra son de Gustavo Castignola, y las Clases de Canto (porque cantar se canta… un poco “a la turca”) van de la mano de Alejandra Cánepa. Buena Puesta de Luces de Carlos Díaz, Iluminación de José Oreguy, Fotografía (sobre el fondo de escenario, excelente recurso) de Ángeles Varela y Edición de Video de CEPAQ.

Y para que los lectores no anden “como turco en la neblina”, adelantaremos algo, sólo un poquito de la trama, sin contar el final, claro.  Resulta que la coqueta señora Amelia está enamorada de su amantísimo Rodolfo, quien asesina al marido de ella de un disparo. Antes de matarlo, el amante le confiesa al marido de ella que había sido engañado, con lo cual se oye un “bendito Dios” que no es tal, y que hace que, al regresar, le cuente a ella que su marido, ahora muerto, “era bastante maleducado”. Así comienza la obra, donde la feliz pareja, que cada vez será menos feliz, se ve obligada a huir para escapar del asedio de la policía.

Pero mientras escapan, se ven obligados a seguir manteniéndose, como todos los mortales. Y así, comienzan a buscar un bandoneonista en Sevilla, cosa difícil como hablar en turco. Y hablando de turcos, y al aviso que Amelia coloca en el diario que dice “Guitarrista Cama Adentro”, se presente un guitarrista libanés, que resulta ser (después nos enteramos) que a su vez anda escapando. “¿Pero dónde viste un tanguero turco?” le reprocha una y otra vez Rodolfo, pero el turco se hace valer, y al final… bueno, al final, lo sabrá Ud., si va durante el mes de octubre a ver esta maravillosa obra que se presenta los sábados a las 21 y los domingos a las 20 en la Casa de Arte Doña Rosa.

Alegre, dinámica, la obra tiene diálogos comiquísimos y nos mantiene siempre en vilo, ya que en la huída no hay tiempo que perder. El trío anda y anda, incluso por el Desierto, y canta como puede en las calles de las ciudades de Europa y más allá también. El amor se va enfriando, ya que “cuando uno decide darle espacio al amor prohibido, quiere vivir sólo para eso”. Pero, con el tiempo y las dificultades, “el amor nos reprocha no haberlo mantenido puro, y se vuelve vengativo”. Porque las pasiones, cuando se desatan, no conocen idiomas, no quieren límites, no pueden detenerse. Como esta huida.

Y lo bueno de los diálogos es que además son poéticos, con esa poesía de recitador tanguero que gusta a todos por igual. Durante la obra, que es el relato de esta huida,  los “Ángeles Tangueros” modifican la escenografía, mientras el tango turco suena como música de fondo. Y si “el pasado merece una lágrima, mi marido merece una lágrima, el cabaret merece una lágrima y lo perdido merece una lágrima”, al decir de Amelia cuando huyen, “Algo Especial Protagonista del Presente” les dice que esta obra merece risas y aplausos.

Ambas cosas las consiguió.

Ahora, a traducir esta nota al turco…


Por Adriana Sylvia Narvaja,
Para “Algo Especial Protagonista del Presente”.

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2 comentarios:

  1. Gracias, Adriana!!! Y nuevamente, felicitaciones por el blog!!

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  2. Muchas gracias, Patricia! Y felicitaciones por su trabajo, que es excelente!!! Éxitos!!!

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