La Historia contada con placer, doblemente buena

“La enseñanza debe ser tal 
que pueda recibirse como el mejor regalo y no 
como amarga obligación”
Albert Einstein
        Sol y luz sobre la Ribera hermosa, la nuestra, la de Quilmes. En una tarde otoñal tibia y con un cielo celeste puro y limpio, la conferencia del doctor Jorge Gabriel Olarte resuena en la sala donde su público lo escucha con atención. Como todos los sábados a partir de abril, y siempre en el marco del fantástico río “de sueñera y de barro”, al decir del gran escritor argentino Jorge Luis Borges, este sábado 7 de mayo disfrutamos de una nueva charla sobre Historia, la conformación del pueblo americano, los indios Quilmes y su larga caminata hasta la Reducción que se fundó el 14 de septiembre de 1666 en nuestra zona del antiguo Pago de la Magdalena.
Interesantísima historia nuestra, fruto de la amarga lucha de los Quilmes por su libertad, luego de 40 años de batalla continua en la cual, al fin, fueron reducidos y trasladados a pie desde los Valles Calchaquíes hasta nuestro distrito. Muchos murieron. Otros, los que llegaron, fueron repartidos para trabajar y con los años, al morir, fueron enterrados en el Cementerio que se encuentra debajo de la Casa de la Cultura actual. Y a su manera, quizá nos hablen desde allí. Algo tendrán que decir esas almas guerreras, indómitas, que sacrificaban seres humanos a su dios Chiqui y a los que no detenía ni el miedo ni el temor.
Por eso, al decir del doctor Olarte, no es válida la fecha que festejamos todos los años, la del 14 de agosto, cuando Quilmes dejó de ser “Reducción” para pasar a ser “un pueblo libre”. Esto sucedió en 1812, a instancias de la actuación del entonces Triunviro Bernardino Rivadavia, que intentaba derrotar a las formas coloniales de la mita y el yanaconazgo, símbolos de un poder español que se retiraba y que seguramente consideraba símbolos de atraso y dominación, contrarios al progreso de una Nación moderna que surgía y lo prometía todo.
Todo esto aprendimos este sábado, en la hermosa sala con sus ventanales que dan al río, en el Pejerrey Club de la Avenida Iriarte esquina Avenida España. En este emblemático club se están realizando estas charlas abiertas a todo público, socios o no socios, con entrada  libre y gratuita.  Perdérselas, una verdadera pena. Aprovechamos a agradecer tanto al Pejerrey, con su director Néstor Sotelo a la cabeza, y a la Confitería Canteli, siempre sensible a los hechos de la cultura, por su aporte de riquísimas vituallas que tan amablemente nos acercó Matías Leyes, Delegado de la Municipalidad Zona Ribera.
  Y con un rico café, y con ese cielo celeste que parece colarse por las ventanas, buscamos aprender con gusto y no por obligación, al decir de Einstein. Las anécdotas, el material, los mapas, la historia, aportados por el doctor Olarte, nos llevan a felicitarlo y a felicitar también a los presentes, junto a los directivos del club.
Con el viento de la tarde, que iba haciendo subir el río, nos fuimos yendo. En el corazón nos llevamos la mejor de las noticias: finalmente, y después de 17 años de lucha, el doctor Olarte verá su pirámide, igual a la de Plaza de Mayo, que homenajeará el momento crucial de un hombre que se fue para no volver: el General José de San Martín. Su última mirada  fue  para la costa quilmeña, ya que desde el año 1599 los barcos partían desde nuestra ciudad. Se aprovechaba así el Canal del Sur, que limpia el río de arena y no necesita dragado.  Imaginamos al General mirando nuestra costa, con tristeza, con pena. ¡Quizá pensara que  hubiera algo más que él pudiera hacer por nuestra Patria!. No podía hacer nada ya. Ya lo había hecho todo.
La pirámide, que lleva, como dijimos, 17 años del expediente que permaneció en silencio y ahora, Dios quiera, ve su luz, tendrá 13 metros de alto y un peso mayúsculo, 13 toneladas. Se erigirá muy cerca de El Ancla, el monumento que todos conocemos como tal. Y muy cerca estará la Pirámide. San Martín lo hizo todo. Ahora nos toca a nosotros hacer Patria.
Y en los próximos sábados habrá más Historia, que es buen alimento para el alma. Siempre a las 14.30, repetimos, con entrada libre y gratuita, abierta a todos. Dios quiera nos toque la misma luz, el mismo sol, que año a año, siglo a siglo, iluminó tanto a los Quilmes como al Gran Padre de la Patria.
Ahora nos toca a nosotros. Que nos ilumine a nosotros, hijos de los Quilmes y del General San Martín, y cultores de la Historia.
La serie de fotos del evento puede verse aquí
http://photopeach.com/album/rjooth
La frase del científico Albert Einstein corresponde al libro “Mi visión del mundo”, Tusquets Editores, primera edición año 1980, Barcelona.

Las fotos pertenecen a Adriana Sylvia Narvaja, conductora del ciclo “Algo Especial Protagonista del Presente” (que aún no volvió al aire).

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