Bajo una luz muy blanca

 
por Alberto Edel Morales Fuentes,
poeta cubano  

En las sucesivas noches de diciembre

la música baja desde los pisos superiores

hasta mi habitación,

iluminada por una luz muy blanca.

Yo escribo el renunciamiento de los hombres

y me ofrezco jugo de toronjas;

luego fumo y contemplo allá arriba

las intermitencias del satélite, su destello

en el primer minuto del nuevo día.

Ajena a la rareza de ese instante,

la mujer de mi eternidad

duerme en la penumbra de otra habitación.


Yo beso sus manos cada hora

y fumo y ofrezco a mis fieras preguntas

un vaso helado de jugo de toronjas;

luego espero hasta el amanecer

otro destello del satélite,

otro movimiento de luz en los golpes de baile.

Sucesivas noches de diciembre

en que la música baja desde los pisos superiores

hasta mi habitación,

y festeja Navidad y festeja Año Nuevo,

mientras escribo el renunciamiento de los hombres

bajo una luz muy blanca.

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