Balada para un loco

 

"Yo me críe entre atorrantes cultos, o leyendo a, como Carlos de la Púa, Celedonio Flores, Homero Expósito y Cátulo Castillo que fueron maestros y amigos. Eran atorrantes cultos. Atorrante no es despectivo, es una manera de vivir”

 Horacio Ferrer,

poeta uruguayo (1933-2014)

        Horacio Arturo Ferrer Ezcurra (nació en Montevideo, Uruguay, el 2 de junio de 1933 y murió en Buenos Aires, Argentina, el 21 de diciembre de 2014). Fue un escritor, poeta e historiador del tango uruguayo, nacionalizado argentino.​ Compuso más de doscientas canciones y escribió varios libros de poesía e historia del tango. 

        En la década del 50, con poco más de veinte años, fue uno de los realizadores del programa Selección de Tangos, en la radio montevideana, con el fin de defender las nuevas tendencias tangueras y del grupo El Club de la Guardia Nueva, para organizar recitales en Montevideo de los músicos que estaban revolucionando el tango, como Aníbal Troilo, Horacio Salgán y en especial Ástor Piazzolla, por entonces líder del famoso Octeto Buenos Aires. A partir de entonces Ferrer dirigirá programas radiales de tango por el Sodre, la cadena oficial radial uruguaya.

        Cobra fama por los tangos que compuso con Astor Piazzolla, como Balada para un loco incluida entre las 100 mejores canciones latinas de la historia, Chiquilín de Bachín y de la operita María de Buenos Aires. Fue presidente de la Academia Nacional del Tango en la República Argentina hasta el día de su muerte.

        En 1985 recibió el Premio Konex - Diploma al Mérito como uno de los 5 Autores de Tango más importantes de la década en Argentina, galardón que volvió a recibir en 2005.

        Murió en Buenos Aires, Argentina, el 21 de diciembre de 2014 (81 años). Fue velado en el salón "Montevideo" del Palacio de la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires, siendo su velorio atendido por músicos, familiares, autoridades de la Academia del Tango y admiradores.

        Sus restos fueron cremados en el Cementerio de Chacarita y sus cenizas dispersas en el Río de la Plata, entre su Uruguay donde naciera y la Buenos Aires donde viviera sus últimos cuarenta y seis años.

    


Balada para un loco

Horacio Ferrer 

Canción de Astor Piazzolla y Roberto Goyeneche

Las tardecitas de Buenos Aires tienen ese qué sé yo, ¿viste?

Salgo de casa por Arenales

Lo de siempre en la calle y en mí

Cuando, de repente, detrás de un árbol se aparece él

Mezcla rara de penúltimo linyera

Y de primer polizonte en el viaje a venus

Medio melón en la cabeza

Las rayas de la camisa pintadas en la piel

Dos medias suelas clavadas en los pies

Y una banderita de taxi libre levantada en cada mano

Parece que solo yo lo veo

Porque él pasa entre la gente y los maniquíes le guiñan

Los semáforos le dan tres luces celestes

Y las naranjas del frutero de la esquina

Le tiran azahares

Y así, medio bailando y medio volando

Se saca el melón, me saluda

Me regaló una banderita y me dice


Ya sé que estoy piantao, piantao, piantao

No ves que va la luna rodando por Callao

Que un corso de astronautas y niños, con un vals,

Me baila alrededor, ¡bailá!, ¡vení!, ¡volá!


Ya sé que estoy piantao, piantao, piantao...

Yo miro a Buenos Aires del nido de un gorrión

Y a vos te vi tan triste, ¡vení!, ¡volá!, ¡sentí!

El loco berretín que tengo para vos

¡Loco!, ¡loco!, ¡loco!

Cuando anochezca en tu porteña soledad

Por la ribera de tu sábana vendré

Con un poema y un trombón

A desvelarte el corazón


¡Loco!, ¡loco!, ¡loco!

Como un acróbata demente saltaré

Sobre el abismo de tu escote hasta sentir

Que enloquecí tu corazón de libertad

¡Ya vas a ver!


Y así diciendo

El loco me convida a andar en su ilusión super-sport

Y vamos a correr por las cornisas

¡Con una golondrina en el motor!


De Vieytes nos aplauden: "¡viva!, ¡viva!"

Los locos que inventaron el amor

Y un ángel, y un soldado, y una niña

Nos dan un valsecito bailador


Nos sale a saludar la gente linda

Loco mío, ¡qué sé yo!

Provoca campanarios con su risa

Y al fin, me mira y canta a media voz


Quereme así, piantao, piantao, piantao

Trepate a esta ternura de locos que hay en mí

Ponete esta peluca de alondras, ¡y volá!

¡Volá conmigo ya!, ¡vení, volá, vení!


Quereme así, piantao, piantao, piantao

Abrite los amores que vamos a intentar

La mágica locura total de revivir

¡Vení, volá, vení!, ¡trai-lai-la-la-ra-ra!


¡Viva!, ¡viva!, ¡viva!

Loco él y loca yo

¡Locos!, ¡todos locos!

¡Locos!, ¡todos locos!

¡Loco él y loca yo!

 

Compositores: Astor Pantaleon Piazzolla / Horacio Ferrer

Letra de Balada para un loco © Editorial Lagos

 

Fragmentos de entrevista a Horacio Ferrer:

“Tengo la sensación de que empecé a escribir en la panza de mi madre”, dice el poeta. “Mi abuelo era médico, médico forense y ansiaba tener un nieto varón y tenía todas nietas mujeres y entonces en el atardecer de los finales del verano del año 33 iba mi abuelo con mi madre y con mi padre, caminando por la avenida principal de Montevideo y venían tres compadritos de gorra en sentido contrario, uno de ellos se adelantó, miró el vientre de mi madre, le miró a los ojos de mi madre y le cantó al vientre de mi madre “Varón, pa quererte mucho, varón, pa desearte el bien” y entonces, mi abuelo pensó que eso iba a ser la fiesta nacional, que iba a ser un varón y entonces, se sacó el sombrero y dijo, muchas gracias, le dijo al compadrito y, tres meses después, nacía yo. Así que bueno, no podía haber sido ni prior, ni albañil, ni sastre, ni bataclán, ni enfermera, sino que nací varón y milonguero”.

“Nací en Montevideo y fue a media mañana, mi mamá tan porteña, papá tan oriental. He nacido en medio del río de la plata, me acunó en sus milongas la noche tutelar. Moriré en Buenos Aires. Lo escribí porque mi mamá me contó que cuando yo nací, el 2 de junio de 1933, inmediatamente, papá que era docente y tenía las vacaciones de julio, entonces nos veníamos a Buenos Aires a vivir a la casa de la familia porteña. Siempre tuve dos casas, siempre, una en Montevideo y otra en Buenos Aires, Lavalle 1447, 5º A, que está todavía. Y entonces me contó mi madre que en el medio el Río de la Plata, ella que me llevaba en brazos porque mi padre tenía vértigo e iba en el camarote en la cucheta de arriba, me caí al piso y quedé así para siempre”.

“Mi padre cantaba tangos mientras se afeitaba. Y mamá había estudiado canto, muy bien, canto lírico con una maestra francesa porque mi madre a propósito de ser miembro de una familia patricia heredó sus contactos y familiares y estudió en Francia con una prima que se llamaba Julita Saenz Rosas que no le gustaba viajar con gente de su edad porque decía que la manduteaban, pagaba los viajes y quería ser independiente, y entonces se llevaba a mi madre Alicia Ezcurra y a mi tía Sofía Ezcurra que era mi madrina, como damas de compañía. Entonces ligaron tres o cuatro viajes a Europa por todo lo alto con auto con chofer, eso es muy bacán. Mi mamá me contó muchas cosas de París, que cuando hice mi primer viaje a Europa con Piazzola, fue constatar lo que mi madre me había contado, la belleza de una de las ciudades más bonitas del mundo que es París, y después me enseñó un poco de francés porque mamá hablaba francés perfecto”.

“La primera vez que subí a un escenario fue de la mano de Troilo. Me dijo, palabras textuales: “Esta noche véngase bien cajetilla”. Entonces me puse las mejores prendas que tenía, que le hizo mucha gracia porque yo tenía un saco sport y un pantalón, nada más, y tenía una corbatita de moño para “elegantear” de noche y un pañuelo criollo así, para andar a otras horas, y la corbata para ir a trabajar o para ir a estudiar, así que, la única variante era lo que me ponía en el cuello. Cuando me vio aparecer con el moñito, le dio un ataque de risa al gordo Pichuco porque le hizo gracia que era la misma ropa de siempre con un detalle. Y entonces subí. Él tocaba con un cuarteto que tenía con Roberto Grela y con Roberto Goyeneche, un lujo aquello… Pero no me puse nada nervioso, yo soy bastante caradura, después subieron ellos. Una actuación, una ovación. Y cuando termina me dice: “Venga Horacio que tengo que hablar con usted”. Y me llevó al mismo bar donde me había dicho que iba a subir, al bar del club donde actuaban, y me dice: “Yo te quiero decir una cosa, -yo tenía 18 o 19 años-, a usted le va a ir muy bien con esto, pero ni se imagina lo bien que le va a ir con esto, pero tenga cuidado con dos enemigos: uno está dentro de usted mismo, no se me vaya a engrupir. Y el otro está en los demás, es la envidia de los demás".

“Creo que a Astor lo que más le impactó y lo que más le gustó de mis versos, ya tenían cierta consolidación y afianzamiento y madurez fue lo que yo no tenía de tanguero. Yo he sido siempre tanguero, pero tengo una formación muy rica que viene de mi familia, de mi padre, de mis tíos, de mis tías, toda gente con una gran ilustración, con mucha gracia, además, nada de solemne. Y eso a mí me permitió tener una paleta muy rica. Y a Piazzola creo que lo que le llamó la atención precisamente era lo que yo no tenía de tanguero, lo que poéticamente excedía o salía del tango. Y creo que al público también, aunque al principio fue un impacto muy polémico y controversial, también al público le llamó la atención lo que yo no tenía de tanguero".

Horacio Ferrer  

Imagen de la red 

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Fuente: Del sitio informativo de facebook Literatura, arte, cultura y algo más

Horacio Ferrer (1933-2014)🇺🇾

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