La copla andaluza

por Gloria de la Prada,

poetisa española (1886-1951)

Vivamos mientras vivamos

lo más amable posible,

aunque el tiempo sea malo.


La duda, mi compañera,

me ha tomado tal cariño,

que no se va de mi vera. 


Hubo un día que perdí

para siempre el corazón;

sin él se puede vivir.


Ya me cansé de remar;

lleve mi barca los vientos

o que la trague la mar...


Maldición es el querer

cuando queremos aquello

que nos hace padecer.


¿Dónde estoy que no me encuentro?,

pregunto, por mí, a las flores;

pregunto, por mí, a los vientos...


Semilla son mis cantares

de amor, de celos, de muerte,

de olvidos y de pesares.


Ya no sé ni lo que siento;

¿cómo me van a entender

si yo misma no me entiendo?


Capaz de todo y de nada,

una llama me consume,

pero yo puedo apagarla.


A nadie le debo nada;

no soy flor de invernadero

ni pajarito de jaula. 

Publicadas en la Revista "Nuevo Mundo" de España, 31 de agosto de 1928, Año XXXV, Número 1.806.

Fuente: Del sitio de la Hemeroteca Digital de la Biblioteca Nacional de España.

http://hemerotecadigital.bne.es/issue.vm?id=0002133329&page=3&search=textos+Gandhi&lang=es

La poetisa Gloria de la Prada en 1915
Biografía de Gloria de la Prada

Gloria de la Prada Navarro (Sevilla, 17 de junio de 1886 - Madrid, ¿1951?) es una poetisa, narradora, compositora e intérprete de coplas española del primer tercio del siglo XX.

Se educó en Sevilla y durante la edad adulta se trasladó a Madrid, donde pasó la mayor parte de su vida laboral pero identificándose fuertemente con Andalucía.

Su vocación poética nació precisamente tras la lectura de los versos del poeta modernista colombiano José Asunción Silva.​ Comienza a publicar en la segunda década del siglo XX alternando obras narrativas y líricas. No obstante, obtuvo mayor reconocimiento en poesía gracias a la publicación de diversas recopilaciones de cantares, en su mayoría de inspiración andaluza; algunos de sus poemas aparecieron previamente publicados en la revista "Nuevo Mundo".

Sin embargo, su faceta como narradora también es estimable publicando tres novelas y cinco cuentos en algunas de las colecciones más populares de su época como “Los Contemporáneos” y “El Cuento Semanal”, a menudo firmadas con el seudónimo "Mimí". Por otra parte, colaboró (al igual que otras escritoras de su tiempo como Elena Fortún y Josefina Bolinaga) en la sección Gente Menuda del suplemento Blanco y Negro del diario ABC, de la que llegó a ser redactora de la sección de Ciencias Naturales durante la década de los 20.

Por otro lado, publicó en prensa diversas crónicas que aparecieron en El Heraldo de Madrid y en El Heraldo granadino, especializándose en crónicas flamencas, aunque cultivó otros géneros de opinión.

Según Gloria de la Prada, la copla habita en las raíces del pueblo y es allí donde puede encontrar su origen más auténtico, frente a otro tipo de géneros poéticos de carácter más intelectual. De hecho, los cinco poemarios de De la Prada están formados por coplas de tipo popular que tienen, la mayoría de ellas, no sólo una inspiración andaluza sino también un trasfondo especialmente sevillano con la incorporación de algunos topónimos como el barrio de la Macarena o Triana.

Asimismo, en estos poemarios es posible distinguir varios tipos de coplas que, en ocasiones, aparecen agrupadas bajo diversos epígrafes: soleares, seguidillas y seguidillas gitanas, malagueñas, sevillanas y soleadillas. Los temas tratados en las coplas son los característicos de estas composiciones: el desengaño, la soledad, la ausencia, el olvido o la venganza. Sin embargo, por encima de todos, el amor se dibuja como el tema central de muchas de las coplas siendo, en la mayoría de los casos, un amor “desgraciado”, sobre todo por una comunicación escasa entre los dos sujetos y por una disparidad de objetivos en lo que se refiere al vínculo amoroso. De este modo, en sus coplas aparece el amor unido indisolublemente al dolor y al desamor lo que genera angustia, desengaño y dudas ante los verdaderos sentimientos del otro.

Otros temas que también encontramos en estas poesías son la exaltación del Carpe diem (del disfrute del momento actual como refugio ante la visión negativa que subyace a la mayoría de las coplas), la defensa del ideal estoico de la resignación ante las adversidades y dificultades de la vida (al tiempo que anima a seguir adelante en el camino sin nostalgia del pasado). También está presente un cierto tono moralizante que recoge ideas que la sabiduría popular muchas veces ha condensado en proverbios y refranes así como la recurrente presencia de la copla, el cante y la guitarra como símbolo del alma del sujeto.

Es importante, por lo demás, destacar que en algunas de las coplas se pone de manifiesto la desigual situación de mujeres y hombres, así como el doble criterio moral que se establece a la hora de juzgar los comportamientos masculinos y femeninos.

¡Qué fatiga es ser mujer!;

es tan solo un caminito

el que nos dejan correr..

En este sentido, la vida de las mujeres se dibuja como doblemente limitada y obstaculizada. En otro sentido, se incide en la dependencia femenina del amor frente al desapego o indiferencia masculinos, subrayando este diferente interés que los hombres tienen en las relaciones con respecto a las mujeres. Con todo y a pesar de esta aparente conciencia de género, lo cierto es que en muchas otras de las coplas aflora la visión androcéntrica y machista que caracteriza a la tradición popular española y que llega incluso a justificar el maltrato.

Todo el que insulta a una hembra,

es que la tiene en muy poco,

o que la quiere de veras.

Fuente: Del sitio de la Wikipedia - Gloria de la Prada

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