El camino de las llamas - Los textos de nuestra nacionalidad

por Hugo Wast,

escritor argentino (1883-1962)

        "Tancredo había desaparecido, y él estaba sollozando pero dispuesto a herir y matar, porque había hablado la patria, y para un soldado como él la voz de la patria era la voz de Dios"

Hugo Wast,

"El camino de las llamas"

        “La alusión del teniente a una guerra había levantado su corazón por encima de las vulgares pasiones que agitan a las gentes de su laya.

- Si ocurriera eso – dijo Matilde tendiendo al oficial su mano derecha y señalándole el grupo de gauchos que la rodeaban como una escolta -, si cuando volvamos a vernos hay noticias de la guerra, no olvide, mi teniente, lo que voy a decirle.

- ¡Diga lo que quiera, mi capitana! - respondió sonriendo el teniente, y Aguilar se puso pálido y se adelantó a oír lo que ella iba a decir; el mismo Tancredo calló sus necedades para no perder palabra, y la Quilpara también escuchó cual si fuera a jugarse su suerte.

- Vea aquí un pelotón de hombres sin ley, ni rey,  a las órdenes de una mujer que no es mejor que ellos. Nos ganamos la vida como Dios nos ayuda, huyendo o peleando, dispuestos a matar o a morir. Porque entre nosotros, mi teniente, no hay jueces que fallen, ni comisarios que hagan cumplir la sentencia.

- ¡Eso es verdad! - exclamó el italiano dueño de la posta, que se lamentaba de vivir entre semejantes caballeros del desierto, que le pagaban o le robaban según su capricho.

- Los pleitos de nuestros hombres – prosiguió la original capitana de aquella tropa – son por un puñado de onzas de oro, por un caballo o por una mujer, y se resuelven en una encrucijada. Vivimos la mitad del año al aire libre y al sol, y dormimos bajo las estrellas. Yo misma, cuando no hay en el camino una casucha, me envuelvo en el poncho y duermo entre mis hombres…

- ¡Da ganas  de ser su peón! - interrumpió riéndose el teniente, sin soltar aquella mano tibia y firme.

- Pero a mi izquierda se echa mi perro, que tiene el oído fino, y a mi derecha pongo mi carabina, que tiene el sueño liviano...¿No es así, Cardona?

        Matilde prosiguió:

-¡Ya ve qué clase de gente somos! Con razón, cuando la policía nos persigue, porque se le antoja que entre nuestros animales va alguno mal habido y voltea de un balazo a traición a uno de nosotros, escribe en el parte que mató a un bandolero, y nadie piensa más. Pero hay algo que vive en nosotros, la gente de las montañas, con más fuerza que en los hombres de las ciudades…

        La voz de Matilde se levantó sobre el tono habitual. Era armoniosa y cálida como el toque de un clarín, y todos sintieron el aletazo de una ráfaga épica.

- Algo que sentimos palpitar debajo del poncho o de la pobre camisa del gaucho más miserable, o de mi blusa de cuero, teniente, cada vez que pasamos la frontera…

- ¿Y es?… - interrogó el oficial.

- ¡El amor a la patria! ¡No es cierto, Aguilar?

        Cuando ella habló así, todos aquellos personajes de un drama tan rústico experimentaron la misma comunión de grandeza. Cada uno sentíase bravo y sublime. Aguilar, con la lengua seca, respondió trabajosamente:

- ¡Es cierto, patrona!

- ¿Cómo se explica eso, mi teniente? ¿Es cosa propia de este suelo? ¿Acaso hay en el mundo entero otra tierra donde el hombre sienta algo igual?

        El oficial respondió:

- Eso no tiene más razón que la grandeza y la hermosura de nuestra patria, que se infiltra en la sangre de los que han nacido en ella….¡Dichoso el país que se sabe hacer amar de sus hijos! ¡No conoce ni la traición, ni la derrota!".

Hugo Wast,

"El camino de las llamas",

Biblioteca 100x100,

Ediciones Nuevo Siglo S.A.,

Buenos Aires,

año 1995.

Biografía de Hugo Wast

Hugo Wast fue el seudónimo del político y escritor Gustavo Adolfo Martínez Zuviría, nació en Córdoba el 23 de octubre de 1883 y murió en Buenos Aires en 1962. Escribió veintiocho novelas, cuatro novelas cortas, treinta y siete cuentos, catorce relatos autobiográficos, más obras de literatura, historia, exégesis, teatro, biografías, discursos, poesía. Algunas de sus obras fueron llevadas al cine. "Valle Negro" mereció el premio de la Real Academia Española, "Desierto de Piedra", el Gran Premio Nacional de Literatura, etc. Distintas obras fueron trasucidas al alemán, checo, eslovaco, francés, holandés, húngaro, italiano, inglés, noruego, portugués, polaco, vasco. En sus novelas se palpa, por el tratamiento de sus personajes, la descripción del ámbito geográfico, el uso del idioma, "ese pensar la patria" que tanto bien hace a los jóvenes. Como él mismo diría: "La verdadera gloria de un escritor, es saber que sus obras han hecho bien a los hombres".

Fuente: Del Prólogo de "El Camino de las Llamas".  

Vean esta estupenda película argentina en Youtube

El camino de las llamas es una película de Argentina en blanco y negro dirigida por Mario Soffici según el guion de Ulyses Petit de Murat y Homero Manzi sobre la novela homónima de Hugo Wast que se estrenó el 8 de abril de 1942 y que tuvo como protagonistas a Pepita Serrador, Elisa Christian Galvé, Roberto Airaldi y José Olarra.

https://www.youtube.com/watch?v=cVxzvSErAcI

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