poeta libanés (1883-1931)
Qué hermosa eres, Tierra, y que sublime
¡Qué perfecta es tu obediencia a la luz
Y qué noble tu sumisión al sol!
¡Qué adorable eres, velada en la sombra,
Y qué encantador es tu rostro, cubierto por la oscuridad!
¡Qué reconfortante es el cántico de tu amanecer
Y qué ásperas las loas de tu atardecer!
¡Qué perfecta eres, Tierra , y qué majestuosa!
Caminé por tus praderas y trepé por tus montañas pedregosas,
Descendí a tus valles
Y entre a tus cavernas.
En las praderas encontré tu sueño,
En las montañas tu orgullo,
En el valle fui testigo de tu tranquilidad,
En las rocas, de tu resolución,
En las cavernas, de tu secreto.
Eres débil y poderosa , humilde y arrogante.
Eres flexible y rígida. Diáfana y secreta.
Surqué tus mares y exploré tus ríos y seguí tus arroyos.
Oí a la eternidad hablar en los flujos y reflujos de tus aguas
Y a los tiempos repetir tus cantos entre las colinas.
Oí la vida llamando la Vida
En tus pasos montañosos
Y a lo largo de tus laderas.
Eres boca y labios de eternidad,
Nervio y dedos del Tiempo,
Misterio y solución de la vida.
Tu primavera me despertó y me llevó a los campos,
Donde tu aliento perfumado se expande como incienso.
Vi los frutos de tu tarea veraniega.
En otoño,
Vi tu sangre fluir como vino en los viñedos.
El invierno me condujo a tu cama,
En la que la nieve da testimonio de tu pureza.
En tu primavera eres una esencia aromática;
En tu verano generoso;
En otoño fuente de abundancia.
Una noche calma y clara
Abrí las puertas y ventanas de mi alma:
Salí a verte.
Tenso el corazón de deseos y anhelos.
Y te vi con la vista clavada en las estrellas,
Que te sonreían.
Y tiré mis cadenas
Porque encontré que la vivienda del alma es tu espacio.
Sus deseos crecen con tus deseos,
Su paz se encuentra en tu paz,
Y la felicidad
En el dorado polvo que las estrellas esparcen sobre su cuerpo.
Una noche,
Cuando las estrellas se volvían grises,
Y mi alma estaba cansada y ansiosa,
Salí hacia ti.
Y te me pareciste como un gigante,
Armada con furiosas tempestades,
Combatiendo el pasado con el presente,
Reemplazando lo viejo con lo nuevo
Y dejando que el fuerte dispersara al débil.
Entonces aprendí que la ley del pueblo es nuestra ley.
Aprendí que quien no rompe sus ramas secas con su tempestad
Morirá aburrido,
Para despojarse de sus hojas secas, perecerá lentamente.
Qué generosa eres,
Y que poderosa es tu añoranza
Por tus hijos,
Perdidos entre lo que alcanzaron
y lo que no pudieron obtener.
Nosotros gritamos y tu sonríes
¡Nosotros pasamos, pero tu quedas!
Nosotros blasfemamos, pero tú santificas
Nosotros dormimos sin soñar,
Pero tu sueñas en tu vigilia eterna.
Nosotros atravesamos tu pecho con espadas y lanzas
Y tú curas nuestras heridas con aceite y bálsamo.
Nosotros sembramos tus campos de huesos y calaveras,
Y tú de ellos levantas cipreses y sauces.
Nosotros vaciamos nuestros desperdicios en tu seno
Y tú llenas nuestros campos segados con gavillas de trigo
Y nuestros lagares con uvas.
Nosotros extraemos tus entrañas para hacer cañones y bombas,
Pero con nuestras entrañas tú creas lirios y rosas.
¡Que sufrida eres, y que misericordiosa!
¿Eres un átomo de polvo
Que levantó el pie de Dios
Cuando recorrió el Universo, de Este a Oeste?
¿O una chispa,
Proyectada del horno de la Eternidad?
¿Eres una semilla
Abandonada en el campo del firmamento
para llegar a ser el árbol de Dios
Que alcance los cielos con sus ramas celestiales?
¿O eres una gota de sangre
En las venas del gigante entre los gigantes?
O una perla de sudor en su frente?
¿Eres una fruta madurada por el sol?
¿Creces del árbol del Conocimiento Absoluto
Cuyas raíces se extienden por la Eternidad
Y cuyas ramas se remontan al Infinito?
¿Eres una joya
Que el Dios del Tiempo colocó en la palma del Dios del Espacio?
¿Quién eres, Tierra, y qué eres?
¡Tú eres "yo", Tierra!
Tú eres mi vista y mi discernimiento.
Tú eres mi conocimiento y mi sueño.
Tú eres mi hambre y mi sed.
Tú eres mi tristeza y mi alegría.
Tú eres mi descuido y mi alerta.
Tú eres la belleza que vive en mis ojos,
El deseo de mi corazón,
La vida eterna de mi alma.
Tu eres "yo", Tierra.
Si no fuera por mi existencia ,
Tú no existirías.
Khalil Gibrán,
"Pensamientos y Meditaciones",
Edicomunicación S.A.,
Colección Fontana,
España,
año 1997
Biografía de Khalil Gibrán
Yibrán Jalil Yibrán (جبران خليل جبران بن ميخائل بن سعد, Ŷibrān Jalīl Ŷibrān ibn Mijā'īl ibn Sa'd; Bisharri, 6 de enero de 1883-Nueva York, 10 de abril de 1931) fue un poeta, pintor, novelista y ensayista libanés; es conocido como el poeta del exilio.
Diversas son las corrientes tanto en lo filosófico como en lo más puramente artístico y religioso, que se dan cita en nuestro creador. Su espíritu originario y genuinamente oriental va a empaparse de todo lo visto, sentido y oído, procurando aprender en todo momento para llegar a la piedra angular de toda su obra: el ser humano.
Diferentes tendencias aflorarán en sus escritos, pero las propias experiencias vividas van a desempeñar un papel preponderante a la hora de forjar una filosofía propia. En la etapa libanesa ha de encuadrarse su carácter rebelde, la manifiesta crítica social que impregna sus escritos. La etapa americana supone una ampliación cultural, a través del descubrimiento de artistas ingleses y norteamericanos. Por último, Europa, su estancia en la capital francesa hace que se amplíen sus horizontes tanto culturales como vitales. Junto a Nietzsche, Buda será uno de sus grandes maestros, como Spinoza. También hay que tener en cuenta la línea sufi o mística que impregna toda su obra.
A grandes rasgos, es posible referirse a dos etapas: una primera de mayor exteriorización y la siguiente de una interiorización más intensa, de una profundización en su propio mundo, en verdad ambos principios, exteriorización e interiorización se van a dar simultáneamente : “yo no soy sino tú”.
Fuente: Del sitio Wikipedia - Yibrán Jalil Yibrán.
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