El surgimiento del nazismo, o para que nunca más

       
Continuamos con nuestra búsqueda de material histórico en la Hemeroteca Digital de la Biblioteca Nacional de España, en esta oportunidad, buceamos en los periódicos de la época del surgimiento del nazismo y de la figura de Adolf Hitler.
        En estas dos notas se habla de ese tema: en la primera, se hace referencia a la palabra de Joseph Goebbels durante el Congreso Nacional-Socialista que se realizara en Nüremberg en el año 1935, al que incluso se lo había invitado al Embajador de Polonia, que luego sería invadida.
        Y en la segunda, el autor hace una semblanza del "Führer" presentándolo como un hombre que representa al pueblo alemán, y que reúne así las características necesarias para salvar Alemania (no olvidemos que la figura de Hitler influyó grandemente sobre la sociedad, tanto que salió en la tapa del Times del año 1938).
Hombre de 1938. El Organista Profano, un Himno de Odio. El organista es Hitler,
y sus víctimas cuelgan de la gran rueda 
        Hoy, cuando se inicia el año 2019, no podemos dejar de sentir una enorme tristeza por estas notas, de lectura que consideramos imprescindible para entender el pensamiento de la época, y así comprender qué llevó a Europa a vivir una locura tan grande y destructiva como fue la WWII (Segunda Guerra Mundial) que tantas vidas costó a más de 50 millones de personas, y sentó las bases de la tortura sistemática, la muerte y el asesinato de opositores primero, y miembros de otras minorías también, de la cual el grueso pertenece a los judíos, pero no sólo a ellos.
        Incluso, sobre el final de la guerra, soldados alemanes fueron fusilados por orden de Hitler, por "haber perdido la guerra". Y ni que hablar del horror de batallas como Stalingrado, donde los soldados fueron literalmente abandonados en el hielo, sin comida ni rescate, por no "haber sabido pelear contra los rusos".
 Stalingrado: Un militar alemán armado con un subfusil soviético PPSh-41 vigila desde una barricada. Muchos alemanes tomaban armas soviéticas cuando las encontraban porque eran mejores para el combate en espacios cerrados.
Foto: German Federal Archives
        Estas notas nos mostrarán el porqué los alemanes confiaron su destino esperando, justamente, un futuro de grandeza que llegaría "inexorablemente". Y por eso, con la entrada de los rusos en Berlín en 1945, durante los primeros meses se suicidaron más de 5.000 alemanes, desolados por aquel fracaso que no podían comprender.
        Por todas estas razones, y por la intolerancia y criminalidad que resultara de esta ideología del NSDAP (Partido Nacional Socialista Alemán) publicamos estas notas, porque creemos que la información y la educación resulte en lo que más deseamos: que jamás vuelva a suceder.
        Leamos:

El Congreso Nacional-Socialista de Nürenberg
Goebbels pronuncia un importante discurso en el que afirma que los Gobiernos europeos no se dan cuenta del peligro enorme que representa para la civilización la propaganda comunista, que extiende el germen bolchevique por todo el Continente
Haciendo historia del régimen soviético, dijo el orador: «En flagrante delito fué detenido el judío Wallack que, ahora con el nombre de Litvinoff,  figura como presidente del Consejo de la Sociedad de las Naciones»

Visita de Hitler a los representantes extranjeros
NÜREMBERG.- El “Führer” ha visitado esta mañana a los representantes de las potencias extranjeras, en el coche-salón de su tren especial.
En nombre de los diplomáticos presentes en Nüremberg, el embajador de  Polonia dio las gracias al “Führer” por su invitación y expresó sus más sinceros votos de prosperidad del Reich bajo la dirección del canciller.
El “Führer” respondió subrayando su alegría por la visita de los representantes extranjeros a Nüremberg, deseando que al marchar de Nüremberg lleven la impresión de que el pueblo alemán constituye una unidad real, y que el Congreso de Nüremberg, la expresión de los sentimientos de la nación entera.

Importante discurso de Goebbels
NÜREMBERG.- El ministro de propaganda, señor Goebbels, ha pronunciado esta mañana un interesante discurso, para el que tomó como base un artículo de fondo de un periódico inglés, en el que el autor trata de demostrar la analogía entre el bolchevismo y el nacional-socialismo.
El señor Goebbels dijo:
“Este artículo demuestra la incomprensión que los círculos intelectuales de Europa demuestran en presencia del peligro comunista.
Es necesario hacer todo lo posible por desenmascarar al bolchevismo.
No existe comunidad alguna entre el nacional-socialismo y el comunismo. Mientras que el comunismo tiende a destruir todos los elementos nacionales y raciales, mientras el comunismo considera a la propiedad como causa principal de la decrepitud del capitalismo, el nacional-socialismo considera la propiedad, la individualidad, la nación, la raza y el idealismo como la fuerza determinante de toda civilización humana.
El bolchevismo trabaja por la revolución universal, y el nacional-socialismo no es una mercancía de exportación. El bolchevismo persigue a la religión, y el nacional-socialismo, por su tolerancia y por su idealismo trascendental, la defiende".

Bombardeo aéreo de la Luftwaffe alemana sobre Stalingrado en septiembre de 1942. 


Foto: German Federal Archives


Alemania lucha contra el comunismo"Bajo la égida del nacional-socialismo, Alemania se ha limpiado de la mancha comunista. Realiza, estando a la cabeza de otros grupos análogos, una lucha gigantesca contra el bolchevismo, de cuyo éxito depende la suerte de todo pueblo civilizado. 
Es superfluo subrayar las espantosas hecatombes de los que murieron de hambre en Rusia. Al asesinato bolchevique se añaden los actos de terrorismo, como el alentado en la catedral de Sofía, el incendio del Palacio de Justicia de Viena, y  del  Reichstag.
El mismo Stalin dirigió durante el verano de 1907 el atentado contra el transporte de dinero del Banco Nacional de Tiflis, en el que murieron, a consecuencia de la explosión de una bomba, 30 personas.
En flagrante delito fue detenido el judío Wallack, que ahora, con el nombre de Litvinoff, figura como presidente del Consejo de la Sociedad  de las Naciones" (antecedente de la actual ONU, la Organización de las Naciones Unidas, creada después de la Segunda Guerra, en 1948).

Grave peligro para la civilización
“El Gobierno soviético –agregó el ministro- ha caído al nivel de una organización criminal. El peligro es tan grave que considero mi deber llamar la atención del Gobierno británico y de todos los Gobiernos, pues la civilización está en peligro si no se pone inmediatamente fin al reino del bolchevismo en Rusia.
Si no se logra aplastar el germen del bolchevismo se propagará fatalmente a toda Europa. La única posibilidad de alejar este peligro consiste  en acciones comunes de todas las potencias. El comunismo ha puesto al desnudo la gigantesca intentona del judaísmo para expropiar a todas las capas directrices de todas las naciones para substituirlas por el judaísmo.
No queremos dar lecciones a otros pueblos y Gobiernos, no nos mezclamos en sus asuntos internos, sólo vemos el peligro que amenaza a Europa y levantamos nuestra voz para dar la voz ‘cuidado’".
Revista Times del 21 de diciembre de 1931
Llamamiento de Hitler a cien mil dirigentes políticos
NÜREMBERG.- Cien mil dirigentes políticos del partido nacional-socialista se han reunido esta tarde en el campo del Zeppelin para escuchar el llamamiento del “Führer”.
Cuando el “Führer” llegó cerca de la torre de la tribuna principal, sus “soldados políticos” le saludaron con un triple “Sieg Heil”, que fue repetido con entusiasmo por ciento cincuenta mil espectadores.
Seguidamente, veinte mil porta-estandartes desfilaron por los espacios dejados entre las columnas.
A continuación el doctor Ley se colocó en la tribuna cerca del “Führer” y pronunció breves palabras en memoria de los que cayeron por el movimiento, de los muertos de la gran guerra y de las víctimas del trabajo. Después anunció al “Führer” que los dirigentes políticos, llegados de todas las regiones de Alemania, estaban reunidos ante él.
En medio de un silencio impresionante, el “Führer” se dirigió entonces a sus antiguos jóvenes combatientes, pertenecientes a la organización política del partido.
Dio las gracias a cada uno de ellos desde el oscuro  jefe del “bloque” hasta el jefe de la organización para todo el Reich, por su fidelidad y por su trabajo, tan rico en sacrificios.
Les rogó que no descorazonasen ante el trabajo que ejecutan con él por el pueblo alemán y les dio como consigna, para el año próximo, la de no cansarse nunca en instruir al pueblo alemán en los conceptos nacional-socialistas, diciendo que la lucha realizada por el hombre alemán no está terminada y que no terminará nunca.
Cuando al final de su discurso el “Führer” aludió al renacimiento del ejército, que no está para quitar a los demás su libertad, sino para proteger la libertad de Alemania, levantó una verdadera tempestad de aplausos y ovaciones aprobadoras.

El estandarte hitlerista será la única bandera del Reich
PARIS.- Comunican de Berlín a los periódicos, que el domingo por la noche no habrá en toda Alemania más que una bandera: el estandarte rojo con la cruz gamada.
Añaden tales informaciones que Hitler proclamará esta decisión ante el Reichstag, en Nüremberg, y que ésta es la verdadera causa de que el Reischstag haya sido convocado para dicho día. De esta forma quedará consagrada por un acto simbólico la unión total del partido nacional-socialista y el Estado Alemán, en el Tercer Reich
Fuente: Del sitio Hemeroteca Digital de la Biblioteca Nacional de EspañaDiario La Época, 14 de septiembre de 1935. Madrid.  Diario fundado el 1ero. de Abril de 1849.
http://hemerotecadigital.bne.es/issue.vm?id=0029983193&page=14&search=anchluss&lang=es
Infantería polaca marchando en 1939, del sitio Wikipedia
La posterior invasión de Polonia 
        La invasión alemana de Polonia fue una acción militar de la Alemania nazi encaminada a anexarse el territorio polaco. La operación técnica, conocida como «Caso Blanco» (en alemán, Fall Weiss), se inició el 1 de septiembre de 1939 y las últimas unidades del ejército polaco se rindieron el 6 de octubre de ese mismo año. Fue el detonante de la Segunda Guerra Mundial en Europa y acabó con la Segunda República Polaca.
        La invasión de Polonia fue la primera de las agresiones bélicas que la Alemania de Hitler emprendería. El ejército polaco fue fácilmente derrotado, al no poder hacer frente a las superiores tropas germanas que estaban usando su famosa técnica llamada blitzkrieg (‘guerra relámpago’), basada en el movimiento rápido de los blindados y la máxima potencia de fuego brutalmente aplicada. No obstante, la caída de Polonia sería acelerada por la posterior invasión por la Unión Soviética el 17 de septiembre y la ausencia de ayuda de sus aliados Reino Unido y Francia.
        La caída de Polonia significaría la caída abrupta de los estándares de vida de sus ciudadanos, especialmente de los polacos judíos, muriendo un 20 % de la población polaca existente antes de la invasión durante la ocupación.
Fuente: Del sitio Wikipedia - Invasión alemana de Polonia de 1939.
https://es.wikipedia.org/wiki/Invasi%C3%B3n_alemana_de_Polonia_de_1939
 La Wehrmatch cruzando la frontera polaca el 1ero. de septiembre de 1939,
del sitio Wikipedia
La angustia europea
El fanatismo hitleriano 
Una semblanza de Adolfo Hitler, el Mesías de seis millones de alemanes
Ternura y brutalidad germánicas. El “bello Adolfo” de las mujeres. El grito de “Alemania, despierta” y la exterminación de los judíos.

Depravación al aire libre
        En esta crisis tremenda, crisis de fe, de esperanza, de moralidad, todos los valores están sometidos a una especie de revisión; todas las ideas conocidas parecen haber perdido su sentido. Diríase que tras el desastre militar y financiero ha surgido un cataclismo moral, que no deja en pie nada de lo que antaño existía.
        En la Alemania de hoy el maltusianismo, las campañas anticoncepcionistas, no sólo son toleradas, sino que hasta se dan licencias oficiales para los abortos; el “nudismo” se presenta como el enemigo declarado de la gazmoñería; en los establecimientos docentes se tratan las cuestiones sexuales con la mayor libertad delante de los niños; en todos los kioscos se vende el “Freundschaft”Periódico de la amistad-, donde se leen, en las páginas de avisos, centenares de anuncios verdaderamente bochornosos que delatan inmoralidades repugnantes. El mundo del revés; cuando se leen y se ven estas cosas, diríase que en los países occidentales vivimos con mil años de retraso.
Asusta imaginarse el abismo que separa nuestra moralidad tradicional de esta depravación total, de esta perversión ingenua, “objetiva”, como dicen los alemanes, que vive al aire libre y en la que se mueven todos los habitantes de una gran nación.
        ¿Mañana?
        En esta Alemania, torturada por un afán de realizaciones novísimas, enferma de política, destrozada por el peso de sus máquinas, arruinada por el furor de sus industriales, vasto terreno de experimento para los financieros internacionales que observan sus reacciones con la curiosidad del sabio, ante el conejillo de Indias, en este país donde el pueblo no respira, donde la burguesía sufre, donde los negocios se hacen imposibles, donde el trabajo escasea de día en día, algo ha de pasar.
        Algo…pero nadie sabe qué…
        ¿Quién imperará aquí mañana? ¿Los comunistas? En Alemania, los comunistas defienden el proletariado alemán contra el imperialismo de los yanquis, de los ingreses de los franceses, de los pueblos burgueses que invaden con sus productos los mercados de Alemania.
        Agrupan en torno de la bandera roja a todos los desesperados, a los hambrientos, a los que han perdido todas las esperanzas y no confían ya más que en la conquista brutal del dinero donde se encuentre.
        Los comunistas han reunido en las elecciones últimas 4.500.000 votos. Disponen de una minoría compacta de 77 diputados en el Reichstag, minoría que se pasa el tiempo anunciando el próximo advenimiento del bolcheviquismo, enemigo de la cobardía socialista.
        Pero el pueblo alemán, aun arruinado, aun llegado al límite de la desesperación humana, conserva tal espíritu de disciplina, es tan refractario a todo lo que es desorden permanente, que la perspectiva de una magna revolución comunista es absolutamente improbable. La idea de un trastorno general, como no podría menos de serlo el advenimiento del régimen comunista, basta para calmar a los más exaltados.
 Tapa de la Revista Times del 14 de abril de 1941, del sitio
Segunda Guerra Mundial 
Los “debuts” de Hitler     
        Entonces ¿qué queda? Esta situación no puede durar…¿Hitler?
        Hitler, es muy posible, mucho más posible hoy día que el comunismo. Hitler, el hombre sin patria, responde al ideal germánico, nacionalista, romántico, enamorado de las nubes, saturado de ternura y de brutalidad.
        Adolf  Hitler es un hombre del pueblo, de nacimiento humilde; su padre era aduanero en un pueblecito de Austria; él, de pequeño, ha trabajado duramente para vivir, sobre todo desde los trece años, cuando, muerto su padre, perdida a causa de una mala nota la esperanza de entrar en la escuela de pintura de Viena, conoció el hambre y la miseria más atroz.
        Alquilando sus brazos para pintar fachadas, componer muebles, trabajando como peón cuando la ocasión lo exigía, el joven Hitler fue adquiriendo una cultura práctica que le había de ser infinitamente útil más tarde. Aprende a amar la patria, la gran Alemania, cuna de su raza, y no Austria, mezcla imperfecta de razas heterogéneas. Aprende también a amar al pueblo y a odiar a los que quieren servirse de él engañándole en provecho de unas turbias ambiciones.
        Apenas tiene diez y ocho años,  cuando en los mitines obreros se levanta para hablar contra el despotismo de los Sindicatos, para combatir el internacionalismo de los “rojos”. Quiere abrir los ojos a la gran masa de los obreros y atraerlos como el amor de la patria que, con las doctrinas del socialismo internacionalista, pierde poco a poco toda su significación.
        Llega la guerra. Hitler, que se encuentra entonces en Munich, se alista en el Ejército bávaro. Tiene a la sazón veinticinco años; desde aquel día, ratifica con la sangre su elección: su verdadera patria no es Austria, sino Alemania; le hieren dos veces y termina la guerra en un hospital.

“Alemania, despierta”
        Alemania ha sido vencida (se refiere a la Primera Guerra Mundial); Hitler no acepta la derrota. La raza, esa raza alemana, que es la suya, en la que ha puesto su loco entusiasmo, no puede bajar la cabeza.
        ¡Deutschland, erwache! ¡Alemania, despierta!... Con ese grito de guerra, hábilmente lanzado en medio de la desesperación general, Adolfo Hitler aparece en la lid. ¡Oh!, al principio no tiene gran cosa; nada más que esperanzas…y el apoyo de las mujeres. La cabeza enérgica de este jefe joven les ha sido simpática inmediatamente a las mujeres; su voz cálida, su gesto elegante y sus ojos negros que parecen irradiar fuego ha hecho de Hitler el ídolo que las mujeres alemanas. Y lo que mujer quiere…
        En poco tiempo se ha formado en torno suyo un número de fieles. Hitler trabaja con entusiasmo; habla en cien ciudades, recorre los campos, siempre con la misma palabra en los labios: Alemania, despierta; raza alemana, depúrate y levántate… Su doctrina gana adeptos de día en día; predica la exterminación de los judíos que desvirtúan la pureza de la raza alemana, la fundación de un socialismo nacionalista, opuesto al socialismo internacionalista,  la restauración del poderío alemán por las armas.
        Hitler se ha convertido en un símbolo de esperanza; en su rededor acuden no sólo los adeptos, sino los capitalistas que ven en él una esperanza y una garantía para el porvenir.
        En efecto, Hitler no habla de destruir, sino de restaurar. En su programa, existe la “idea” que conquista las muchedumbres; no va contra el temperamento alemán, amante del orden y de la disciplina; le propone, por el contrario, nuevas disciplinas. Sus “camisas amarillas” son tropas de asalto perfectamente organizadas, militarmente disciplinadas, con banderas, estandartes, oficiales y generales como en cualquier ejército que se respeta.
        Al pueblo, desorientado por las dificultades en que vive, Hitler dice, con su voz de tribuno de la plebe:
        “Todos estamos convencidos que esta sociedad capitalista es incapaz de dar pan y trabajo a los cinco millones de alemanes –mañana serán diez- que están con los brazos cruzados. Es imposible que subsista este orden que ha fracasado del modo más absoluto. Odiamos todos el comunismo que pretende implantar la esclavitud el trabajador, odiamos a los judíos que son los implantadores del régimen capitalista que padecemos.
        ¿Cómo vivir en estas condiciones, con estas dos amenazas de ruina y de muerte? Tenemos que reaccionar violentamente, encontrar un sistema enteramente nuevo, tan alejado del capitalismo judaico como del comunismo moscovita. Ese sistema debemos buscarlo en la tradición gloriosa de nuestra raza inmortal, que fue grande cuando Alemania era de los alemanes; hemos de volver a la época en que los hombres eran libres gracias a su trabajo, en que se dignificaban a sí mismos con su rudo esfuerzo para conquistad el bienestar de los suyos, sin estar sometidos al ciego despotismo de las máquinas; hay que restaurar las grandes corporaciones de trabajadores que se administraban por sí solas; hay que devolver, en una palabra, a los hombres y a las mujeres de Alemania el culto de su historia y la admiración de su raza, así como el respeto de su propio valor, que han perdido por completo”.
        De unos pocos millares que eran al principio, los partidarios de Hitler, fanatizados por su verbo ardiente, conquistados por su patriotismo teatral, han pasado a ser 600.000 antes de las elecciones del año pasado, y 6.400.000, cifras oficiales de las elecciones de hace un año.
        Con el grito de “Guerra al marxismo”, Hitler ha logrado reunir el 60 por 100 de los trabajadores de Alemania, ha podido organizar cien mil reuniones electorales, crear un espíritu patriótico en una nación donde cundía el desaliento. La juventud de las Universidades le sigue, los grandes Bancos, los industriales le sostienen; Adolfo Hitler, que no disponía en 1920 más que de un semanario, el “Volkischer Beobachter”, de Munich, da sus instrucciones hoy día a más de cien diarios, y ha llegado a ser la constante obsesión de 60 millones de alemanes.
        Tal es, dibujada a grades rasgos, una imperfecta semblanza del hombre misterioso, el “bello Adolfo”, como lo llaman sus innumerables admiradoras, esparcidas por todas las tierras germánicas, desde el Rhin hasta el Danubio, desde Viena, la ciudad que le vio sufrir, hasta Munich, la capital que aplaudió su triunfo.
        Tras el decaimiento presente, Hitler preparará las vías de la Gran Alemania, el “Gross Deustchland”, que es el sueño dorado de millones de alemanes. Los “nazis”, los admiradores de Hitler, creen ciegamente en un porvenir mejor, confían en el triunfo de los grupos de asalto, ocultos en los puntos estratégicos de la capital del Reich y dispuestos a dar el grito cuando determine el jefe.
        El día del triunfo se acabaron los males; todos los pueblos germánicos, Alemania y Austria, reunidos en fraterno abrazo, serán felices gracias a la afirmación de la “raza”, que afirmará invenciblemente su voluntad y sus superiores mandatos.
        Este es el misticismo de las fuerzas hitlerianas, misticismo en que se mezclan el patriotismo, el fanatismo, un extraño desconocimiento de las realidades económicas y una triste convicción de la impotencia de las fórmulas mediocres, la absoluta certeza de que el mundo entero vive equivocado y una confianza invencible en un porvenir mejor.
Francisco Melgar, Viena, octubre 1931.
Fuente: Del sitio Hemeroteca Digital de la Biblioteca Nacional de España –  Diario Gráfico Ahora, sábado 10 de octubre de 193l, Madrid. Año II, Número 256. Director Propietario Luis Montiel.
http://hemerotecadigital.bne.es/issue.vm?id=0029983193&page=14&search=anchluss&lang=es

La imagen de portada pertenece al sitio National Geographic España. "Stukas sobrevuelan la ciudad de Stalingrado - Un Bombardero alemán Junkers Ju 87 Stuka atacando en octubre de 1942". 
https://www.nationalgeographic.com.es/historia/grandes-reportajes/batalla-stalingrado-imagenes_12345/4

Las imágenes de la batalla de Stalingrado pertenecen al sitio del National Geographic España.
https://www.nationalgeographic.com.es/historia/grandes-reportajes/batalla-stalingrado-imagenes_12345/17

Las imágenes de la revista Times con la portada dedicada al "Hombre del Año" de 1938 pertenecen al sitio Segunda Guerra Mundial. "La portada, inusual, ya que tradicionalmente, en esta debería ir la foto del galardonado. Por el contrario vemos a Hitler tocando su Himno de Odio en una catedral mientras las víctimas cuelgan de la rueda de Santa Catherine y la alta jerarquía nazi les observa. 
La ilustración fue obra del Barón Rudolph Charles von Ripper". En el otro caso, se refiere a la tapa de la Revista Times del 14 de abril de 1941.
https://www.lasegundaguerra.com/viewtopic.php?t=2547

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