La locura en la Argentina (segunda parte)

por el Dr. José Ingenieros
        "Los calchaquíes atribuyen las más de las enfermedades a movimientos del padrejón (en el hombre) y de la madre (en la mujer); uno y otra son órganos que creen llevar suspendidos en el interior del cuerpo, entre el pecho y el vientre. Todas las perturbaciones mentales las atribuyen a que el padrejón o la madre se han subido a la cabeza.
Su natural desconfiado los aparta de tomar medicinas; prefieren llamar a sus brujas curanderas, que llaman médicas. La superstición más curiosa es la que se refiere a las causas y tratamientos de la locura.
        Cuando un indio se halla en estado de agitación, de confusión mental, o de coma, a causa de abusos alcohólicos, la médica diagnostica que al enfermo se le ha ido el Esperito (espíritu) suposición que suele generalizarse a todo síntoma psicopático.
        Creen en la existencia de un espíritu o alma, que en circunstancias especiales tiene la facultad de desprenderse del cuerpo. Suponen que esa facultad está más desarrollada en los niños, lo que origina prácticas singularísimas. Muchas madres, para evitar que los niños pierdan el espíritu, los fumigan quemando las basuras que recogen en los cuatro ángulos de su habitación, rezando antes un Credo; otras, más previsoras, hacen recorrer todas las tardes por otras chinas, los lugares por donde han pasado sus hijos, con el objeto de llamar a gritos los respectivos espíritus, por el nombre de sus dueños, con lo que creen posible reconducir al redil algún espíritu andariego o rezagado. Las personas de cierta edad, cuando duermen sin soñar, suelen creer que se les ha alejado el espíritu.
        Cuando un enfermo presenta perturbaciones mentales, se encarga a una médica el cuidado de encontrar el espíritu que se le ha extraviado.
  La ceremonia, muy interesante, ha de efectuarse de noche o al oscurecer; empieza la médica por averiguar el lugar por donde le enfermo ha andado, que ha de ser, sin duda, un cerro, pues en éste debe hallarse lo que le ha asustado (la visión de la Pachamama, por ejemplo).
  Enseguida, y antes de dirigirse al punto indicado, pone una vela encendida debajo de un virque o tinajón de barro, en la puerta de la habitación del enfermo, y lleva, si éste es hombre, su faja, y si es mujer un rebozo. Luego, y acompañada de dos hombres, contratados para el caso, que por sus mismas funciones tienen el nombre de gritadores y llevan hachones encendidos y tizones ardiendo, marcha la médica hacia el lugar donde presume encontrar el espíritu calavera.
  A él llegada, liba en honor de la Pachamama y entierra chicha, comida, coca y llicta, pronunciando una oración indo-cristiana para pedir a la Pachamama que libre el espíritu retenido por ella.
  Después, revoleando sus tizones en el aire, los gritadores llaman al espíritu, pronunciando a grandes voces el nombre del enfermo, al mismo tiempo que, dándose vuelta todos, acompañan, sin mirar hacia atrás, a la médica que arrastra por el suelo la faja o el rebozo hasta llegar a la casa del enfermo en cuya habitación penetran. Retira la médica la vela del tinajón y con ella de la mano, después de haber colocado debajo de la cama del enfermo la prenda arrastrada, da vueltas alrededor de aquél, rezando un número conveniente de Credos, coloca asimismo debajo de la almohada la vela apagada y se retiran los presentes de la habitación dejando solo al paciente hasta el día siguiente, para que pueda, sin ser molestado, retornar el espíritu a su cuerpo.
  En tal superstición los calchaquíes no identifican el espíritu con el alma, puesto que puede alejarse continuando vivo el individuo; para su modo de pensar es una segunda alma, un doble (el Dr. Ingenieros toma aquí como fuente al libro “Supersticiones y Leyendas” de Juan Ambrosetti).
  Entre las leyendas que aún persisten en la región guaranítica, merece mencionarse la del fabuloso Curupí, ser fálico que suele producir la locura en las mujeres que lo miran.
 Arte Maya Tz'utuhil  
        Ambrosetti lo cuenta así: “El Curupí es un personaje de cara overa, fortacho y para algunos petizo. Anda por el monte, casi siempre a la hora de la siesta, según otros, camina en cuatro pies y se caracteriza por el exagerado desarrollo de su órgano viril, que le permite enlazar con él a las personas que quiere llevar  consigo; cortándole el miembro, el Curupí se vuelve inofensivo y se salva la persona enlazada. Persigue generalmente a las mujeres que a esas horas van al monte a buscar leña, y que a su sola vista se vuelven locas”.


Video sobre el Kurupí, la leyenda más famosa del Paraguay 
Una de las más difundidas supersticiones gauchas se refiere al Basilisco, causante de maleficios, daños y pérdidas de la razón, atribuidos a ese animal, que suponen nacido de nuevos hueros (que no producen cría), puestos por gallinas viejas.
Le atribuyen la forma de una pequeña víbora, con un solo ojo en la frente, cuya mirada produce encantamiento de las personas; creen que al salir del huevo trata de penetrar en los ranchos, para ocultarse en las paredes o en el techo, ejerciendo desde allí su misteriosa fascinación.
Al basilisco se le inculpa la producción del daño; esa enfermedad, bastante común en las mujeres, no es sino una forma de histeria, a veces complicada con epilepsia.
El procedimiento curativo del daño causado por el famoso Basilisco, es el siguiente;
“La enferma, ya diagnosticada la dolencia por alguna comadre o médica rural, manda comprobar si (cosa imposible en una mujer) no tiene un espejo, con el cual se coloca de espaldas a la nidada, presunta cuna del basilisco y se queda durante un par de horas diarias mirándola por el espejo. Tratamiento que se continúa por el espacio de los días necesarios para la curación. La razón de mirar la nidada, es la de romper la presión de la mirada del basilisco, que es posible aún esté allí, dice Ambrosetti.
He dicho antes que hasta se curan, y ello ocurre en muchos casos, porque las dos horas diarias de sesión proporcionan a la paciente, sin que lo aperciba, un tratamiento auto-hipnótico que, unido a la fe en el remedio, da una suma importante de factores de curación”.
Lo que pasaba en Tucumán con los quichuas, repetíase en las Misiones con los guaraníes y en las Pampas con los araucanos, habiendo persistido hasta hace poco tiempo las mismas leyendas y supersticiones.” Recordemos que la primera edición del libro del Dr. Ingenieros data de diciembre de 1919.
 Dr. José Ingenieros
"La Locura en la Argentina"
Editorial TOR
Buenos Aires, República Argentina,
año 1955.
  Arte Maya Tz'utuhil  
ESPAÑA   
Se nombra a los curanderos en los diarios de España 
        "El Diario Curioso-Erudito y Comercial Público y Económico, editado por Don Manuel Ruiz de Uribe, “con privilegio del Rey y todas las licencias necesarias”, impreso en Madrid, “en la Imprenta del Diario, Calle de las Infantas, cerca de los Capuchinos de la Paciencia, año 1758”, ofrece sus servicios para que aquellos que realizan un oficio puedan conseguir trabajo por medio de esta publicación. Basta con enviar “una esquela” para ser publicados, además de los beneficios que un diario puede traer, mucho más que pegar carteles en las esquinas donde los niños los pueden arrancar.
Dice en el punto sexto del plan que el Diario se propone llevar adelante, que se publicarán “invenciones curiosas y necesarias de los artistas liberales y mecánicos: v.gr. Un pintor, que saca de su oficina un lienzo primoroso, u otra cualquiera pintura exquisita, un Dorador, un Tallista, un Cerrajero, un Ebanista, o cualquiera otro Artífice liberal o mecánico que se halle con algún primoroso efecto de su aplicación, estudio y trabajo”.
        “Son, y deben entenderse de este mismo punto las habilidades útiles, o entretenidas de sujetos Extranjeros o Patricios, venidos nuevamente a esta Corta; como son Cirujanos, Dentistas, Sacamuelas, Curanderos, Maestros de Lenguas, Esgrima, de Música, o de Danzar a la Española, o Francesa. En este Artículo entran también las Comedias y otros espectáculos de diversión y entretenimiento público”.
        Con lo que vemos que el curanderismo era aceptado como profesión útil para la sociedad por aquellas épocas, lo que iría cambiando con el tiempo a medida que avanza la medicina y los curanderos pasan a ser considerados “charlatanes” que desprecian la ciencia y no sólo no curan, sino obtienen beneficios sin curar.
FuenteDiario Curioso-Erudito y Comercial Público y Económico del 1ero. de febrero de 1758
http://hemerotecadigital.bne.es/issue.vm?id=0002567493
 Curanderas actuales 
DINAMARCA
Basta de curanderismo en Copenhague
        El Diario “Mercurio Histórico y Político – Que contiene el estado presente de la Europa, lo sucedido en todas las cortes, los intereses de los Príncipes y generalmente todo lo más curioso perteneciente al mes de diciembre de 1768, con reflexiones políticas sobre cada Estado, Compuesto por el Mercurio de la Haya, y sacado de otros Documentos y Noticias Públicas”, con licencia y autorizado “Por el Rey Nuestro Señor”, publicado en Madrid, en la Imprenta de la Gazeta, año de 1769, y que “se hallará en casa de Don Francisco Manuel de Mena, Calle de las Carretas”
        "Copenhague
        Se ha renovado en todas las Provincias de Dinamarca un Edicto del Rey, prohibiendo, bajo de graves penas, el ejercicio de la Medicina a todos los sujetos que no estén aprobados, como se practica en otras partes.
        Para asegurar la observancia de esta disposición, se han impuesto algunas multas contra los
sujetos que se hagan curanderos, que así deben llamarse los Médicos no aprobados; y contra los que ejerzan la profesión de Barberos sin que preceda igual circunstancia y no pudiendo
satisfacer dicha multa, serán castigados corporalmente".
  Ocho mujeres con trastorno mental en el siglo XIX en la Salpêtrière, Armand Gautier (Fuente: Wikpedia)
Medicina de España
        En una publicación que pertenece y está catalogada en la Universidad Complutense de España, encontramos el “Archivo de la Medicina Española y Estrangera”, “ordenada y económica, en que se consignan todos los adelantamientos de la ciencia, principalmente en España”, Impresa en la Imprenta de D. Francisco Díaz, de Madrid, correspondiente al año 1845. En su introducción sostiene que “Ha llegado la venturosa época en que obedeciendo los médicos y cirujanos españoles al espíritu de civilización y de progreso propio del siglo en que vivimos, y a un nublo sentimiento de justo orgullo y de nacionalidad, acometan la ardua pero gloriosa empresa de levar la medicina patria la grado de esplendor que alcanzara en tiempos más felices”.
        No es raro, entonces, que se publiquen en este compendio, notas como las que siguen, ya que se valoriza la visión científica de la medicina y se hace burla de estas supuestas “curaciones” que, en la opinión de estos grandes médicos, no curan nada.
        “En un pueblecito de la provincia de Guadalajara, llamado Mata Rubia, hay un pastor que va adquiriendo pesetas además de celebridad, ¡tan crecido es el número de los necios que van a consultar a este oráculo de la Alcarria! El guardador de cabras, convertido en nuevo Esculapio, recibe numerosas visitas hasta de elevadas personas de la corte, a quienes embauca con habilidad asombrosa; porque es de advertir que aun entre las personas que pasan por instruidas abundan extraordinariamente los tontos. Pocos días hace se presentó una joven en el pórtico de su templo, y después de muchos empeños (porque se hace de pencas para darse importancia) consiguió la satisfacción dulcísima de que la reconociese y aplicase su maravillosa panacea. En efecto, la examinó el pecho y el vientre con su tosca mano, y la anunció, tomando un aire misterioso y fatídico, y llenando de asombro a los interesados, que tenía el corazón “de luto” y fuera de su lugar. Para alegrarle y restituirle a su sitio la dio un buen sobo, aplicándole en seguido un parche colosal que la cogía desde las axilas a los muslos. ¡Se conoce que este hombre no gusta de tiquis miquis ni de globulillos (se refiere aquí a los glóbulos proporcionados por la homeopatía)!  Consideramos innecesario advertir que nadie le pone impedimento en su honrado y benéfico ejercicio. Con curanderos y charlatanes nadie se mete”.
Fuente“Archivo de la Medicina Española y Estrangera”, año 1845.
 Pinel liberando  a los dementes de Salpetriere en 1795(siglo XIX) de Robert Fleury (1837 - 1911)
(Bibliotheque des Arts Decoratifs, Paris)
URUGUAY
Revista Caras y Caretas
Una visión del manicomio de fin del siglo XIX en Montevideo
Nota Montevideana  - Muecas y Risas
        “La gran casa, rodeada de su magnífico jardín, está inundada de luz, de luz de sol que cae en gruesas pinceladas por la torre esbelta de su iglesia, y se desliza por los anchos patios, y penetra en las solitarias celdas, y va a extenderse, como una sábana inmensa y luminosa, a lo largo del campo dilatado. Para los de afuera, que sólo lo observan a través de la elegante verja exterior, el Manicomio duerme, apaciblemente; para los de adentro vive, en cambio, una vida activa, precipitada, compuesta de gestos, de carcajadas, de gritos, de manías y de dolores. Son las dos de la tarde… El portón se abre, y entonces, aspirando perfumes de jardín, Sanuy (se refiere al dibujante que lo acompaña) con su libreta de apuntes debajo del brazo, la mirada acariciando el paisaje que se esfuma en la lejanía y el espíritu atisbando el color que surge a raudales de todas partes, y yo con los ojos muy abiertos, en la muda interrogación que provoca lo bello y lo desconocido y el alma inquieta por el espectáculo de un mundo que se agita allí en montón y del cual nos separa el abismo que existe entre la razón y la locura. Por los gruesos y negros barrotes de las puertas y ventanas entrevemos, al pasar, sombras blancas que se mueven sobre un fondo blanco también, camas alineadas en largos salones y guardianes que caminan incesantemente de un lado a otro, con los ojos fijos sobre sus pupilos, y de cuando en cuando llegan a nuestros oídos, después de desgranarse en el espacio, risotadas sonoras y extrañas o imprecaciones terribles que suenan con sonido sarcástico…
        Aquí, junto al edificio, encontramos un loco, de rostro sonrosado y mirar apagado. Llévase la mano callosa a la gorra y nos saluda con un gesto zurdo de cabeza y una guiñada en los ojos, clavándonos su atención, hasta que nos pierde de vista. Ése se pasa la vida cuidando amorosamente las flores del jardín. Más allá divisamos otro demente, que también nos dirige un atento saludo desde la distancia y que cultiva con verdadero placer, un pedazo de tierra donde ha formado un huerto, y más lejos en el fondo pintoresco de una hondonada del terreno, un grueso grupo de trajes de brin, que el sol baña de reflejos y que se mueve silenciosamente, conduciendo a cuestas, con la mayor serenidad, el fruto arrancado a la madre tierra…
        Todos ellos nos miran desde allá desde el escenario verde donde destacan la blancura de sus blusas, y escudriñan nuestros movimientos, muestra mímica, como animales salvajes sorprendidos de improviso en sus dominios solitarios por la presencia de un hombre.
        Los plátanos del parque extienden su sombra en un gran trecho, a espaldas del severo edificio, García Santos, el director del establecimiento está allí, con su figura pequeña y robusta, perdida entre los troncos de los árboles. Nos ve y sale a recibirnos gentilmente. El es allí el señor, y sólo él mueve, con su espíritu inquieto y ambicioso de trabajo productivo y bienhechor, todo el engranaje del establecimiento. A una indicación suya se abre el portón de un estrecho corredor que cierra el paso a la gran familia loca y ésta se derrama por el parque, en una larga y doble fila blancuzca, que se enreda en la arboleda, se estira hacia afuera, y caracolea cadenciosamente al compás de una extraña orquesta de acordeón, guitarra y tambor. Es el desfile saludable, reconfortante, después del almuerzo y siempre que el tiempo arrebola contento en lo alto. Los músicos son locos, y se desenvuelven con admirable corrección. Uno de ellos, el del tambor, que marcha a la cabeza, atormenta con sus redobles y estremece con sus encías desdentadas, que enseña en una mueca incesante de risa nerviosa, el otro va envuelto en una especie de arrobamiento elucido por los sonidos del acordeón, que á veces parece que gimiera ó que cantara bajo la presión de sus dedos; y el de la guitarra deja caer la cabeza del lado de aquél, la mirada fija en el suelo y el oído pegado á las cuerdas, á fin de no perder el compás de la marcha... . Y la columna sale de la sombra, y entra en plena luz, ordenada, bulliciosa, como si el aire la inundara de alegría y el sol la impregnara de salud. Allí están casi todos los locos: los mansos, los furiosos poco peligrosos y los epilépticos. Los otros, los de locura grave, permanecen en sus celdas, y salen separados, en un grupo muy inferior a éste. Pasa la columna delante de nosotros y diez, veinte, treinta ojos se fijan a la vez en los nuestros. Estos que tardan en pasar son los epilépticos, caminan temblequeando, débiles las piernas y doblegada la cabeza, sujetos por un enfermero ó apoyados en el brazo de un camarada de mesa, a quien enseñan de cerca, y en toda su repugnancia, la deformidad de sus músculos y las miserias de sus cuerpos Los mansos son más agradables: sonríen con risa de mármol, y caminan resueltamente, como gente muy cuerda, escudriñándolo todo con curiosidad y aplastando en sus labios movibles las palabras que en tropel quieren brotarles de la garganta. Diseminados aquí y allá, bien lejos unos de otros, van los enfermos inquietos, terribles seres que gritan, que gritan siempre, con toda la fuerza de sus pulmones, dominando con sus voces, que a veces tienen la ironía de un sarcasmo y otras la fiereza de un rugido,  los acordes de la orquesta y el rumor de la muchedumbre loca …
        La columna da un gran rodeo, recostándose a las paredes del gran lavadero a vapor, situado a un costado del parque, y vuelve contenta, animada, dibujando zig-zag sobre uno de los triángulos verdes que hace las veces de plazoleta. ¡Cuánta cosa repulsiva, y cuánta fisonomía sonriente de hombre cuerdo! Hay semblante que se alarga hacia abajo, en un gesto horrible,la boca atravesada y los ojos perdidos en las órbitas, y otros que se dilatan hacia los costados, en una contracción de risa forzada, que parece tirar bruscamente para afuera la piel de las mejillas. Muchas pupilas centellean con fulgores extraños debajo de las cejas, mirando con dureza de acerdo, y algunas giran, entre parpadeos, de un objeto a otro, rápidamente, sin detenerse en ninguno…Sanuy aprovecha el avance de la columna y toma apuntes, que enriquecen su caudal de observaciones. De pronto suenan unas cuantas palmadas y la columna se rompe, como bandada de pájaros puesta en dispersión por el disparo de una escopeta, y los locos toman asiento debajo de los plátanos, en bancos colocados expresamente para ellos. Es aquel un momento animado y curioso. Unos caminan, otros se alejan silenciosamente, para quedar a solas con su cerebro obsesionado, y los más se reúnen en sociedad. García Santos se les acerca y les distribuye cigarrillos. Todos fuman, y todos estiran la mano abierta, y la hacen desaparecer luego entre la camisa y el cuerpo, a la altura del estómago. Allí han constituido su bolsillo. Un loco se aproxima sonriendo y halla al director, con palabras llenas de fuego, con brillo intenso en las pupilas sangre en abundancia en el rostro. Es un italiano de cabezota enorme, que tiene la manía de demostrarle a García Santos el cariño inmenso que le inspira y no pierde ocasión de expresárselo. El del tambor surge del fondo de un grupo con los palitos en la mano, el cuerpo encorvado y el rostro cetrino y seco, arrugado en una expresiva mueca de contento. Se acerca también, y recoge su ración de cigarros y luego se aleja, redoblando a todo escape, y haciendo piruetas con los palillos y con el cuerpo todo, ágil y flexible todavía. Un pobre viejo, gordo, de espalda pronunciada, cabeza redonda como una sandía y ojos colorados, se desliza silenciosamente cerca de nosotros, pronuncia unas cuantas palabras ininteligibles, se arrodilla durante unos cuantos momentos y se aleja, para repetir incesantemente la misma operación. Nadie sabe lo que dice: quizás él mismo lo ignora. Y García Santos, que se ha impuesto a toda aquella agrupación heterogénea de alienados, por la persuación y la paciencia, los atiende a todos en sus pedidos, en sus quejas, en sus deseos, en sus manías, repitiendo todos los días las mismas frases, los mismos consuelos, las mismas caricias a  aquellos que se calman con una palmada ó adormecen sus inquietudes con un vislumbre de esperanza.
        Arriba, en el departamento de las mujeres, hay más orden, más armonía. El espíritu femenino es más dócil, más dúctil. La buenas hermanas de caridad pueden y logran más con sus cariños y sus cuidados de madres amorosas que el hombre con sus fatigas y con sus procedimientos higiénicos. En un gran salón, lleno de aire y de luz sideral, encontramos a una porción de mujeres locas, muy atareadas en coser ropa. Nos miraron sin sorprenderse. Entre puntada y puntada, alzaban hacia nosotros sus ojos extraviados y arqueaban las cejas, como preguntándose la causa de nuestra presencia en aquel sitio exclusivamente suyo. Dos o tres criaturas, blancas de rostro, blancas de alma, se acercan precipitadamente, riéndose sin motivo alguno. Son las hijas adoptivas del establecimiento, las que sólo exigen para vivir un poco de sol y un poco de jardín, para aspirar el perfume de las flores, sus hermanas. El espectáculo fue breve. Del salón de costura pasamos al taller de zapatería y después al de elaboración de cigarros, sostenido también con pupilos del Manicomio, y por todas partes encontramos trajes de brin, perfectamente limpios, y un aseo y una regularidad verdaderamente admirables. En todas partes el trabajo dominaba la materia. Ni un detalle repugnante salva a la vista del observador, ni un instrumento de cstigo encoge el espíritu del que busca impresiones hondas en aquel asilo de los desheredados de la razón. Luz, aire, blancura, higiene y actividad en celdas y patios. Y en lo alto del edificio, como enseña de caridad y del esfuerzo humano, la cruz de hierro del Redentor envuelta en el hálito de mil seres desgraciados que buscan en el trabajo asiduo la salud perdida en un dislocamiento brusco del cerebro.
Fuente: Revista Caras y Caretas de la República Argentina, Eduardo Ferreira, Montevideo, abril 20 de 1899. Dibujos de Sanuy.
http://hemerotecadigital.bne.es/issue.vm?id=0004084506&page=15&search=locura&lang=es
Fuente de las fotos: Manicomio de Montevideo - Del sitio Imágenes de la Psiquiatría
http://www.psiquifotos.com/2014/05/271-saludos-desde-el-manicomio-nacional.html

Conozcan estos secretos milenarios de curanderos totonacos - Del sitio "Hola, Doctor!"
https://holadoctor.com/es/%C3%A1lbum-de-fotos/15-secretos-milenarios-de-curanderos-totonacos
Hospital Psiquiátrico de Bedlam, famoso por el maltrato dispensado a los enfermos 
INGLATERRA
El manicomio de Bedlam, la atracción turística de Londres del S.XVIII
        La licenciada en Biología Aixa escribió, el 30 de enero de 2015, en el sitio digital "No sabes nada", donde cuenta el inhumano trato que reciben los enfermos mentales en este hospital psiquiátrico.
        "En el siglo XIV, lo que había sido un convento de la Orden de la Estrella de Belén en Londres, se convirtió en el Bethlem Royal Hospital, también llamado Bedlam, y fue el primero en acoger pacientes con enfermedades mentales. Pero lamentablemente este hospital no se hizo famoso por ser pionero en tratar enfermedades mentales, sino por el brutal maltrato dispensado a los pacientes. Habían 31 pacientes internados, de los cuales, los más violentos o peligrosos eran maniatados y encadenados al suelo o a las paredes… Desde entonces, el término Bedlam se utiliza como sinónimo de caos, confusión, alboroto…
        Durante el siglo XVIII y parte del XIX, Bedlam se convirtió en una atracción turística. Por el módico precio de un penique (el primer martes de cada mes era gratis) se podía contemplar el espectáculo que brindaban los pobres dementes (sin quererlo), al que llamaban “El show de Bethlehem”. Además, si el espectáculo de aquel día no había cumplido con sus expectativas, los visitantes podían azuzar con palos a los pacientes para así elevar el nivel del show. Algunos también les daban alcohol para ver cómo actuaban borrachos. En 1814 se registraron más de 96.000 visitas.
        Se dice que en el primer periodo de la era moderna, a los pacientes dados de alta del hospital, se les permitía mendigar. Normalmente portaban un platillo en su brazo a modo de chapa, y eran conocidos como Bedlamers, Bedlamites, o los mendigos de Bedlam.
        Afortunadamente el hospital dejó atrás el trato inhumano y está actualmente, a la vanguardia del tratamiento psiquiátrico. Cuenta con la documentación más extensa relacionada con la salud mental en el Reino Unido, y es líder mundial en investigación, trabajando junto con el Instituto de Psiquiatría King’s College London, y las fundaciones Guy’s and St Thomas’ NHS y King’s College Hospital NHS.
        El hospital alberga un departamento de terapia ocupacional activa, bien conocido por su enfoque artístico. De hecho, el departamento tiene su propia galería de arte que expone el trabajo de los pacientes. Varios ejemplos de estos trabajos se encuentran en el museo de Bethlem, especializado en exposiciones de trabajos de artistas que han sufrido problemas de salud mental".
Fuente: Del sitio digital "No sabes nada".
http://www.nosabesnada.com/sociedad/69276/el-manicomio-de-bedlam-la-atraccion-turistica-de-londres-del-s-xviii/
Del sitio Política y Sociedad, "Treinta terroríficas fotos..." 
La foto de portada pertenece a una curandera - Del sitio Las Cruces Sun News (en inglés)
https://www.lcsun-news.com/story/news/2016/07/14/dozens-curanderos-nm-healing-
conference/87107676/
Las obras plásticas pertenecen al sitio Artemaya.com, donde hay una nota muy interesante titulada "El curandero de hueso maya como especialista sagrado" de Benjamín D. Paul de la Universidad de Standford
http://www.artemaya.com/bone_sp.html
Foto de la machi araucana - Del sitio Leyendas
https://leyendas.idoneos.com/llanura/
Foto de los diablos sueltos - Del sitio Scielo
https://scielo.conicyt.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0716-27902011000200004
El video del Kurupí se puede encontrar en Youtube
https://www.youtube.com/watch?v=Nv6HI2QZHwY
Treinta terroríficas fotos de Psiquiátricos, Asilos y Orfanatos del Pasado - Del sitio Política y Sociedad.
http://www.politicaysociedad.net/30-terrorificas-fotos-de-psiquiatricos-asilos-y-orfanatos-del-pasado/

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