Martín Fierro, los textos de nuestra nacionalidad

 "Yo he conocido esta tierra
en que el paisano vivía.
Y su ranchito tenía   
y sus hijos y mujer…
Era una delicia el ver
cómo pasaba sus días.

   Entonces… cuando el lucero
brillaba en el cielo santo   
y los gallos con su canto
la madrugada anunciaban,
a la cocina rumbiaba
el gaucho… que era un encanto.

   Y sentao junto al jogón*   
a esperar que venga el día,
al cimarrón* se le prendía
hasta ponerse rechoncho,
mientras su china dormía
tapadita con su poncho.   
*jogón: fogón.
*cimarrón: mate amargo.
   Y apenas el horizonte
empezaba a coloriar,
los pájaros a cantar,
y las gallinas a apiarse,
era cosa de largarse   
cada cual a trabajar.

   Éste se ata las espuelas
se sale el otro cantando,
uno busca un pellón* blando,
éste un lazo, otro un rebenque,   
y los pingos relinchando
los llaman desde el palenque.
* pellón: mata de pelo o cuero 
para poner sobre el caballo.
   El que era pión domador
enderezaba al corral,
ande estaba el animal   
bufidos que se las pela…
Y más malo que su agüela
se hacía astillas el bagual*. 
* se retorcía y agitaba 
porque era caballo salvaje.
   Y allí el gaucho inteligente
en cuanto al potro enriendó,   
los cueros le acomodó
y se le sentó en seguida,
que el hombre muestra en la vida
la astucia que Dios le dio.

   Y en las playas corcobiando*  
pedazos se hacía el sotreta,
mientras él por las paletas*
le jugaba las lloronas*,
y al ruido de las caronas*
salía haciéndose gambetas.
*corcobiando: corcoveando.
*paletas: cuartos delanteros del animal, omóplatos.
*lloronas: espuelas.
*caronas: prenda de cuero de la montura,
que se usa para poner en el suelo para dormir.
   ¡Ah! ¡tiempos!… era un orgullo
ver ginetiar* un paisano-
Cuando era gaucho vaquiano
aunque el potro se boliase
no había uno que no parase  
con el cabresto en la mano.
*ginetiar: jinetear.
   Y mientras domaban unos,
otros al campo salían,
y la hacienda recogían,
las manadas repuntaban,  
y ansí sin sentir pasaban
entretenidos el día.

   Y verlos al caer la noche
en la cocina riunidos*
con el juego bien prendido  
y mil cosas que contar,
platicar muy divertidos
hasta después de cenar.
*riunidos: reunidos.
   Y con el buche bien lleno
era cosa superior  
irse en brazos del amor
a dormir como la gente,
pa empezar al día siguiente
las faenas del día anterior.
   ¡Ricuerdo!… ¡Qué maravilla!   
cómo andaba la gauchada,
siempre alegre y bien montada
y dispuesta pa el trabajo…
pero hoy al presente… ¡barajo!
no se le ve de aporriada.   

   El gaucho más infeliz
tenía tropilla de un pelo,
no le faltaba un consuelo
y andaba la gente lista…
tendiendo al campo la vista   
sólo vía sino hacienda y cielo.

   Cuando llegaban las yerras*,
¡cosa que daba calor!
tanto gaucho pialador*
y tironiador sin yel-.  
¡Ah tiempos!… pero si en él
se ha visto tanto primor.
* yerras: marcación de los animales
por medio de hierro candente.
*pialador: el que tira el pial o lazo
para atrapar al animal enlazando las patas.
   Aquello no era trabajo,
más bien era una junción,
y después de un güen tirón  
en que uno se daba maña,
pa darle un trago de caña
solía llamarlo el patrón.

   Pues vivía la mamajuana
siempre bajo la carreta,  
y aquel que no era chancleta*
en cuanto el goyete* vía,
sin miedo se le prendía
como güérfano a la teta.
*chancleta: de sexo femenino.
*goyete: cuello de la damajuana.
   ¡Y qué jugadas se armaban  
cuando estábamos riunidos!
Siempre íbamos prevenidos
pues en tales ocasiones,
a ayudarles a los piones
caiban* muchos comedidos.  
*caiban: caían.
   Eran los días del apuro
y alboroto pa el hembraje,
pa preparar los potajes
y obsequiar bien a la gente,
y ansí, pues, muy grandemente,   
pasaba siempre el gauchage.

Venía la carne con cuero,
la sabrosa carbonada,
mazamorra bien pisada
los pasteles y el güen vino…   
pero ha querido el destino,
que todo aquello acabara.

   Estaba el gaucho en su pago
con toda siguridá:
pero aura… ¡barbaridá!   
la cosa anda tan fruncida,
que gasta el pobre la vida
en juir de la autoridá*.
*juir de la autoridá: huir de la autoridad.
   Pues si usté pisa en su rancho
y si el alcalde lo sabe   
lo caza lo mesmo que ave
aunque su mujer aborte…
¡No hay tiempo que no se acabe
ni tiento que no se corte!

   Y al punto dese por muerto   
si el alcalde lo bolea,
pues ay nomás se le apea
con una felpa de palos-,
y después dicen que es malo
el gaucho si los pelea.  

   Y el lomo le hinchan a golpes,
y le rompen la cabeza,
y luego con ligereza
ansí lastimao y todo,
lo amarran codo con codo
y pa el cepo lo enderiezan.
   Ahí comienzan sus desgracias,
ahí principia el pericón*;
porque ya no hay salvación,
y que usté quiera o no quiera,   
lo mandan a la frontera
o lo echan a un batallón.
*pericón: baile tradicional de la pampa.
   Ansí empezaron mis males
lo mesmo que los de tantos,
si gustan… en otros cantos  
les diré lo que he sufrido-
después que uno está… perdido
no lo salvan ni los santos.

– III –
Tuve en mi pago en un tiempo
hijos, hacienda y mujer,   
pero empecé a padecer,
me echaron a la frontera,
¡y qué iba a hallar al volver!
Tan sólo hallé la tapera*.
*tapera: rancho en ruinas y abandonado.
   Sosegao vivía en mi rancho   
como el pájaro en su nido-
allí mis hijos queridos
iban creciendo a mi lao…
Sólo queda al desgraciao
lamentar el bien perdido" 

Fragmento del "Martín Fierro", publicado por Ciudad Seva:
http://ciudadseva.com/texto/el-gaucho-martin-fierro/

El Martín Fierro en las publicaciones españolas 
“Martín Fierro”, poema argentino de José Hernández.
"Entre los tomos de la Colección Universal, de CALPE, últimamente aparecidos, figura uno que requiere y merece especialísima mención: el poema argentino “Martín Fierro”.
Se trata de una obra fundamental de la literatura argentina, que lo es al mismo tiempo de la poesía universal. No sin razón se ha dicho de ella que es a la República del Plata lo que el “Poema del Cid” a nuestra nación.
“Martín Fierro”, poema nacido en el último tercio del siglo pasado, cuando empezaban a desarrollarse los grandes núcleos de población argentina, es el canto de los gauchos, el grito de alarma del campo, que teme verse absorbido y dominado por la ciudad.
Ha sido en su patria el canto más amado y más reciamente popular hasta los primeros años de la presente centura, y es y será siempre una obra maravillosa.
CALPE ha hecho una edición de Martín Fierro en que se reúnen todos los primores: un volumen de trescientas páginas, a humilde precio, depurado, limpio, claro, libre de los errores ortográficos que plagan las primeras ediciones argentinas. Se ha puesto el más respetuoso cuidado en conservar el aroma popular de la obra y sí aparecen en esta edición tal como el autor las escribiera, que es como el pueblo las dice, las mil locuciones con que el argentino modifica la lengua castellana, y que en muchos casos tienen gracia, y fuerza de expresión incomparables.
Entre las mil joyas de la Colección Universal de Calpe, tan justamente acreditada, “Martín Fierro” brilla con toda su luz".
Fuente: Diario El Sol, Diario Independiente,  del 5 de abril de 1924.
http://hemerotecadigital.bne.es/issue.vm?id=0000287890&page=2&search=radiofon%C3%ADa+argentina&lang=es

Las imágenes de esta nota pertenecen a la obra pictórica del pintor argentino Ricardo Carpani (1930–1997).

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