Maus o el coraje de contar la historia de sobrevivir a Auschwitz

        Asegura Francoise Dolto (1908 –  1988),  médica pediatra y psicoanalista francesa famosa por sus descubrimientos en psicoanálisis de la infancia, que una de las formas de fortalecer la salud mental no es la de haber sobrevivido a un trauma infantil, sino la posibilidad de poder contar esa historia. Nuestra historia. La de cada uno. Poner en palabras el dolor, para mantenerlo a la raya. Para marcarle el límite de hasta dónde llegar. Lograr establecer con él la distancia. Convertirlo en historia. Como la historia de tantos…
        Quizá, en el maremágnum de gente que habita y habitó este Planeta, muchas voces han quedado silenciadas. Muchos dolores. Muchas injusticias. No esperamos otra cosa de este mundo que nunca fue un refugio de santos ni cielos de ángeles. Muy por el contrario, es un lugar de luchas, ambiciones, codicia y muerte. Fundamentalmente muerte, ocasionada o producida o programada por seres humanos para seres humanos. Así son las guerras, odiosas e insidiosas, grandes productoras de muerte inútil, de dolor que no cerrará jamás. Para beneficio de unos pocos. Para terror de las mayorías.
        Y aquí viene la pregunta, ¿cómo sobrevivir cuando la violencia es tan grande?. O mejor dicho, ¿qué puede hacerse frente a tamaña destrucción? Poco, me dirán. Sí. Bien poco. Alguien decide tu muerte, alguien dice que ya no vivirás. Y hay pocas probabilidades de que vivas, y mucho menos (o ninguna) de que logres cambiar las cosas. Detener las matanzas. Cambiar el rumbo de las cosas…
        Pero algunas veces, algunas voces se han levantado y han relatado lo que vivieron, o lo que otros han vivido. Como en la película que narra la biografía de San Agustín, el santo de Hipona, cuando siendo él joven y frente al obispo, éste le da un tintero y le dice: “asegúrate de usar toda la tinta”. Es decir: no cambiarás hoy las cosas, pero escribiéndolas, contándolas, un día cambiarán.
Llega Maus para contar las cosas como fueron 
        Así, o de alguna manera similar, habrá nacido “Maus”. Maus, que significa “ratón” en alemán, es la biografía de Vladek Spiegelman, un judío polaco superviviente de los campos de exterminio nazis, contada a través de su hijo Art. “Art es un dibujante de cómics que quiere dejar memoria de la aterradora persecución que sufrieron millones de personas en la Europa sometida por Hitler y de las consecuencias de este sufrimiento en la vida cotidiana de las generaciones posteriores” dice la reseña de la Casa del Libro. “Apartándose de las formas de literatura creadas hasta la publicación de Maus, Art Spiegelman se aproxima al tema del Holocausto de un modo absolutamente renovador, y para ello relata la experiencia de su propia familia en forma de memoir gráfica, utilizando todos los recursos estilísticos y narrativos tradicionales de este género y, a la vez, inventando otros nuevos”. Y concluye: “La radicalidad narrativa de esta obra marcó un antes y un después en el universo de la novela gráfica, y por ello Maus obtuvo el primer y único premio Pulitzer otorgado a un cómic”.
        De allí, que una voz sufriente, la del hijo Art, se levanta para contar en forma terrible una historia terrible, en la que los personajes no son personas sino ratones. Y muy bien está, a nuestro criterio, que así sea: si fueran personas, serían personas reducidas a la condición de personajes de historieta, y la historia perdería toda la fuerza que tiene, la potencia del dibujo de unos ratoncitos sometidos por gatos que representan a los miembros del ejército nazi. En cambio, con los ratones, la historia llega más, por el simple hecho de que nadie puede defenderse de las tremendas verdades que encierran estos dibujos, que no omiten ni esquivan ni por un momento el terrible dolor y destrucción, la tremenda historia que están contando. Porque no es una historieta, es una historia de horror dibujada para que la entendamos todos.
Lo que dicen los dibujos 
        El odio, la traición, la codicia, la lejanía, la certeza de la muerte inminente, están en estos trazos. La inmensa incógnita a la que se ven sometidos los protagonistas, reales, en donde cualquier cosa que decidan, cualquier decisión que tomen, los puede llevar a la vida o a la muerte. Una ruleta rusa con todas las balas en el tambor del arma. Un relato horroroso contado por el padre de Art, quien en un arrebato de dolor, quemó todos los diarios de la madre de Art, frente al hecho de que su mujer, Anja, se suicida cuando Art tiene veinte años. Art,  que quería leer los diarios, que los merecía. Que tenía derecho.
        Pero en esta historia, el derecho hace rato que sólo es una palabra. En Auschwitiz no hay derechos. El dolor no acepta derechos. Y la relación de Art con su padre se hace difícil, áspera, imposible. Claro que no contaremos el final, tendrán que leerlo. De hecho, no podrán dejar de leerlo una vez que empiecen. Los golpeará.
        Tanto golpeó al público que en Rusia se prohibió la circulación de este libro, supuestamente por tratarse de “propaganda nazi”, de la cual está absolutamente alejada. Quizá, el dolor contado con trazos negros y blancos les recuerde a ellos cuánto han sufrido también, y cuánto han hecho sufrir a su vez en las horrorosas historias del avance del Ejército Rojo. Y de los otros Ejércitos.  Que aquí no hay santos, ni ángeles. Sólo mártires en una guerra sin sentido, que se cobró la vida de tanta gente.
        Art Spiegelman ha contado su historia. Su salud mental está a salvo, o al menos, ha logrado poner en palabras la angustia que sentía por sí mismo y por su familia, desvastada por la guerra y los campos de concentración. Puso en palabras y en dibujos lo que muchos no llegaron a decir. Hizo bien. Nos da una estupenda lección: enfrentó al monstruo y lo venció.
        Y venciéndolo él, nos ayudó a todos a tomar conciencia de estar unidos, para vencerlo cada vez que se quiera aparecer. Como dice otra Francoise, esta vez, Giroud (1916 -2003), periodista, guionista, escritora y ministra del gobierno francés. “Nunca creí que pudiéramos transformar el mundo, pero creo que todos los días se pueden transformar las cosas”.
        Así pensamos.
Biografía de Art Spiegelman
Art (diminutivo de Artie) Spiegelman es un historietista estadounidense nacido en Estocolmo (Suecia), el 15 de febrero de 1948, hijo de una familia judía polaca. Procedente del underground y consciente de las corrientes artísticas contemporáneas, se convirtió a principios de los años 80 en uno de los más influyentes historietistas alternativos de su país,1 tanto por su obra propia (entre la que destaca Maus, en la que denunció el Holocausto a partir de la experiencia vital de sus padres judíos perseguidos por los nazis) como por su trabajo de editor y de estudio del medio a través de la revista Raw. Ha influido notablemente a la generación más joven de autores estadounidenses, como Craig Thompson o Alex Robinson.
Fuente: del sitio Wikipedia, Art Spiegelman.
https://es.wikipedia.org/wiki/Art_Spiegelman
El dibujante Art Spiegelman, ganador del Premio Pulitzer 
Película muda sobre la liberación del campo de exterminio de Dachau, abril de 1945, de la Enciclopedia del Holocausto
LA LIBERACIÓN DE DACHAU
DACHAU, ALEMANIA, ABRIL DE 1945
[MUDO, 0:47]
— National Archives - Film

El campo de concentración de Dachau, al nordeste de Munich, Alemania, fue el primer campo de concentración regular creado por los nazis en 1933. Doce años después, el 29 de abril de 1945, las fuerzas armadas de los Estados Unidos liberaron el campo. En ese momento había alrededor de treinta mil prisioneros muriendo de hambre en el campo. En esta película, soldados del ejército americano (US Seventh Army) filman las condiciones del campo. Los soldados también exigen a la población civil alemana visitar el campo y confrontar las atrocidades cometidas por los nazis.
https://www.ushmm.org/wlc/es/media_fi.php?ModuleId=0&MediaId=3050

Película sobre la liberación del campo de exterminio de Auschwitz, de la Enciclopedia del Holocausto

LA LIBERACIÓN DE AUSCHWITZ

AUSCHWITZ, POLONIA, 1945

[INGLÉS, 2:11]

LA TRANSCRIPCIÓN COMPLETA

Antes de matar a las mujeres, los nazis le cortaban el cabello. Gran cantidad de cabello fue empacada en bolsas. Veinte kilos, veintidós kilos, materia prima para las fabricas alemanas. Siete mil kilogramos de cabello, ciento cuarenta mil mujeres asesinadas. Los fascistas comerciaban en la muerte. Hacían fertilizante de los huesos humanos y los mandaban a la firma Strenn. Vendían cabello a las fabricas nacionales de tapicería. Otra parte de esta misma industria, los bandidos sacaban las dentaduras de las bocas de los cadáveres para sacar los dientes de oro. Todos tales trofeos ocupaban 35 depósitos. Acá hay uno que contiene anteojos. ¿Si no más de uno de cada diez prisioneros llevaba anteojos, cuantos tuvieron que morir para acumular esto? La ropa y la ropa interior de los muertos. ¿Quién en Alemania iba a ponerse la ropa de los niños asesinados? Esta masa de ropa, este vestidito, 514.843 piezas de ropa de hombres, mujeres y niños.
https://www.ushmm.org/wlc/es/media_fi.php?ModuleId=10007247&MediaId=3055

 Even if every tenth  wore spectacles,
— National Archives - Fil



Información sobre este importante libro, "Maus"
https://es.wikipedia.org/wiki/Maus
Comentario en youtube sobre esta obra que todos deben leer  
https://www.youtube.com/watch?v=Qy8KGDTfBc4

Retiran Maus de la venta de las librerías en Rusia, nota del Diario Perfil de la Argentina
http://www.perfil.com/cultura/librerias-rusas-retiraron-de-la-venta-el-comic-maus-de-art-spiegelman-0502-0007.phtml

Foto de portada, tapa del libro "Maus", del sitio "Casa del Libro"
https://www.casadellibro.com/libro-maus/9788439720713/1139973

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