Con mucho de humor y una pizquita de melancolía, el autor Guillermo Camblor nos ha regalado este texto, “La Última Alegría”, que se despidió de las tablas de la Casa de Arte Doña Rosa el pasado sábado 8 de junio. Y decimos se despidió pensando en que, si Dios quiere, nuestros amigos Lucio y Teodoro volverán pronto, a hacernos reír y a mostrarnos sus sentimientos más profundos: la amistad y el cariño que une a las personas. Y un poquito de nostalgia. Y otro poquito de recuerdos. Y un poco más, de perdón (agréguese en cantidades necesarias…).
Así, Alfredo Sánchez y Héctor Sinder nos han hecho reír con la relación entre estos dos amigos que viven juntos desde hace varios años, específicamente seis. Un tiempo relativamente largo, ya que, después de la separación de Teodoro, la “visita” duraría sólo un fin de semana, que se estiró hasta los seis años que nos traen a la actualidad. Hoy son dos hombres maduros, enfrentados a la soledad y a ciertas manías propias de la edad y caprichos de sus cuerpos que ya no tienen el vigor de ayer, pero piensan darse una “Última Alegría”, Viagra mediante. Si lo encuentra, claro. Y si lo encuentra, hay que ver si recuerdan para qué servía...
Como dijimos, el autor es Guillermo Camblor, y la Dirección está a cargo de Armando Saire. El Diseño de Escenografía y Vestuario, muy atinado, es de Julieta Prat, y es Julieta, junto con Erika Zsarek, quien se encarga de la Realización de la Escenografía, con un muy buen trabajo de recreación de un departamento no muy grande, con su sillón cómodo y su cocina fuera de la vista de los espectadores. Un departamento modesto, pero que se “ensanchará” para recibir la visita de dos señoritas jóvenes de muy buen ver, “Yésica y Yanina”, que supuestamente harán las delicias de estos dos hombres poco habituados ya a la visita femenina con intenciones que no diremos, porque se suponen.
Claro, el cuerpo no es el mismo. Las ganas, tampoco. Las vértebras no ayudan, los recuerdos lo complican. Aparecen los reproches, los momentos vividos, las discusiones y las diferencias de opinión. Está Telma, siempre Telma, la mujer fallecida de Lucio, que siempre vuelve e impide el acercamiento del hijo de Lucio, Pablo, con quien hay un tabú de “no hablar” hasta que se habla, por fin, del tema. Y surge tanto dolor, tanto por decir. ¡Es tan larga la distancia cuando dos corazones han quedado enemistados, tan largo el camino del hijo para llegar al padre! Tal vez se pueda recorrer ese camino con un poquito de perdón, como dijimos. Y con mucha comprensión...
Y hemos venido nombrando todas las cosas que los unen, porque esta amistad está hecha de muchos lazos, de muchos cordones que son los momentos vividos, los recuerdos, los autos, las mujeres, la ropa, las comidas caseras, las salidas, el fútbol, los sueños. Puntada a puntada, van zurciendo una amistad que, hasta el final, nadie sabrá si quedará cosida o se descoserá para siempre. Nosotros no lo diremos. Habrá alguna lágrima, habrá un sentimiento profundo que nos dejará un enorme lugar lleno en nuestro corazón, que es el corazón de todos. Porque todos somos y seremos Teo y Lucio. Todos tenemos amigos cercanos o lejanos con los que estamos cosidos con puntada fuerte.
“Yo siempre soñé con ser jugador de fútbol” dice Lucio. “Y yo soñé con ser piloto” dice Teodoro. “¿Qué vas a ser piloto vos, que no llegaste ni a paraguas?” le retruca el otro. Y la vida pasa tan rápido, que quién sabe si hace momentitos nomás, esos dos amigos, chicos, jóvenes, no estaban sentados en una plaza, en un cordón de la vereda, en un potrero, soñando las mismas cosas que querían haber sido hoy. Y que termina con algunas reflexiones. “Es jodido volverse viejo” dice Lucio. “Es feo pero inexorable”, le replica Teodoro.
Claro que siempre tenemos que pensar, como piensa Teodoro, “creo que la vida es un largo sueño”, a lo que Lucio contesta que “soñar sí es esta vivo”. Estos dos amigos lo están, lo está su corazón (aunque clueco) y su profunda lealtad, que llegará hasta el final que no contaremos. Aunque uno le diga a otro que es “un viejo rompequinotos” y otro le diga que es un “viejo cagón”. A veces hay momentos que en el presente se muestran así pero, ¡cuántas cosas hay que traen estos momentos presentes, tanto pasado, algún futuro! Pero no contaremos nada.
No nos rete, señor lector. Preferimos que sea Ud. el que se enoje con nosotros y no estos dos tipos un poco “audaces” (refrescando la memoria con la famosa serie de televisión) porque si nos retan ellos, ¡no la terminan!
Y ojalá que nunca la terminen.
Fotos de nuestro programa de radio "Algo Especial Protagonista del Presente", Fm Elit 97.1 de Quilmes.
Afiche de la promoción del espectáculo, cortesía de Casa de Arte Doña Rosa, Colón 279, Quilmes.
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