Con un Auditorio lleno y con un público que la aplaudió de pie, la Universidad Nacional de Quilmes le entregó a la señora Rigoberta Menchú el Doctorado Honoris Causa por sus méritos en la lucha por la defensa de los derechos humanos, y especialmente por la reinvindicación del pueblo maya y quiché. El Intendente de Quilmes, Francisco Gutiérrez pronunció sentidas palabras, junto con el Embajador argentino en Guatemala y el Rector de esa casa de estudios. Recibió presentes de pueblos originarios y libros, y habló desde el corazón, haciendo un llamado a la participación para que los jóvenes puedan continuar la lucha en favor de un mundo mejor.
Con el corazón lleno de emoción, y a lleno completo, el Auditorio “Nicolás Casullo” de la Universidad Nacional de Quilmes se puso de pie para aplaudir la entrada de Rigoberta Menchú. Sencilla, humilde, humana y hermosa, condiciones que nacen de su corazón, Rigoberta recibió con enorme agradecimiento el Título que la acredita como Doctora Honoris Causa de esta prestigiosa casa de estudios. El acto se llevó a cabo pasadas las 19, y el periodismo, los docentes y alumnos y presentes se reunieron para asistir y registrar este evento que conmovió a toda la concurrencia.
Participó del acto el Intendente de nuestra localidad, Francisco Gutiérrez, que acompañó al Rector de la Universidad, Gustavo Lugones, y al Embajador argentino en Guatemala, Ernesto López, de donde Rigoberta es oriunda. Miembros de la Dirección de Pueblos Originarios, portando dos banderas “whipalas”, se hicieron presentes, y entregaron un regalo confeccionado por artesanos orginarios, una urna de gran belleza, pintada y decorada a mano. También le fueron regalados libros y “Algo Especial Protagonista del Presente”, que no podía faltar a la cita, le llevó con enorme emoción una copia del libro “Mujeres”, editado por Babel Books, que compila textos de escritores de esa editorial y que pertenecen a toda América Latina.
El Rector de la Universidad, que abrió el emotivo acto, expresó que “ésta es más una distinción para nosotros que para ella”. “Más de treinta casas de estudio ya la han designado Doctora Honoris Causa y la Universidad de Quilmes hoy es una más de estas casas, y eso nos produce una enorme satisfacción”, explicó Lugones.
“Esta distinción refleja el reconocimiento generalizado a la señora Rigoberta como referente de las luchas sociales, que ya se destacó tempranamente en esta lucha, y es por eso que se la distinguió con el Premio Nobel, y fue la más joven en recibirlo. En todo es un caso excepcional, que tiene que ver con el compromiso asumido y que le costó perder a su padre, a su hermano, y la obligó a salir del país. Hoy estuvo en la ESMA, que es un ícono de la persecución política y el exterminio que se produjo en la Argentina” sostuvo el Rector.
“No sólo estamos muy contentos, sino que nos hemos sentido en comunión por un enfoque común, por las ideas que compartimos, y de allí que hemos firmado un convenio para poder proyectar este encuentro hacia el futuro en una relación fructífera con la Universidad San Carlos de Guatemala para concretar proyectos en conjunto”, continuó.
El Rector Lugones destacó dos puntos fundamentales en la lucha incansable de Menchú Tum: la memoria y la política como fuente de transformación. “Su trayectoria para la recuperación de la Memoria es un punto en común que vale la pena destacar, y otro es la reivindicación de la política como forma de participación y transformación”, puntualizó.
Destacó también la adhesión de la Asamblea Permanente de los Derechos Humanos para este acto. Rectores de la Universidad Nacional de Lanús y de la Universidad de La Plata se encontraban también adhiriendo con su presencia a este importante evento.
A continuación, el Intendente de Quilmes nombró a Rigoberta como “Ciudadana Ilustre de Quilmes” y “Huésped de Honor”, y resaltó la solidaridad con la lucha de su pueblo, recordando que nuestra localidad lleva el nombre de un pueblo originario, los Kilme. En su nombre se acercaron miembros de la Dirección de Pueblos Originarios de la Municipalidad de Quilmes, quienes llevaban una urna artesanal de cerámica de hermosa factura, confeccionada por un artesano de la agrupación quilmeña, como una ofrenda sagrada en nombre de los pueblos originarios.
Por su parte, el Embajador argentino en Guatemala, Ernesto López, expresó que “es un honor, y un gusto, estar presente en esta ceremonia. Ésta es mi Universidad y también es mi casa, aunque ahora estoy cumpliendo otras funciones”. Y haciendo un repaso de la trayectoria de la señora Menchú Tum, López rememoró los comienzos de una lucha incansable: “Quiero recordar, en primer lugar, que doña Rigoberta nació en una aldea en Quiché, uno de los departamentos con mayor densidad de población indígena, perteneciente a la etnia maya-quiché”. “Aprendió el español ‘de mayorcita” y como bien queda reflejado en el libro “Me llamo Rigoberta Menchú”, donde se cuenta la lucha dura, durísima, de los campesinos de Guatemala. Este libro alude a la biografía de doña Rigoberta, pero puede ser leído como un examen de lo que le ha pasado a ella y a toda su familia. Esto demuestra que hay un desarrollo y un crecimiento en favor de los derechos humanos, contra el racismo, contra el autoritarismo, con una prolongada trayectoria de lucha”.
López destacó el carácter de “incansable” de doña Menchú Tum, y resaltó “la enorme solidaridad latinoamericana” de la flamante doctora Honoris Causa, que además forma parte del Comité Guatemalteco por las Malvinas, donde hay grandes personalidades, funcionarios, escritores, periodistas, que ya se han expresado mancomunadamente en favor del reclamo argentino por las Islas del Atlántico Sur ocupadas por Gran Bretaña desde 1833. “Con ella son seis los Premios Nóbeles que firmaron una solicitada por las Islas Malvinas”, destacó el Embajador.
“También preside la Fundación que lleva su nombre, y que ha promovido su candidatura política en condiciones muy adversas, pero al fin ha tenido buenos resultados”, explicó López. “Esta es apenas una semblanza de doña Rigoberta, es un gran honor para mí que me haya transmitido la confianza de hacer cosas aquí, ya que es una mujer extraordinaria”, concluyó el Embajador argentino. “Gracias por su actitud, su empeño y el venir a Quilmes, que será su casa a partir de hoy” sostuvo.
De allí que recibiera, en palabras del Embajador López, el Premio Nobel de la Paz, a instancias de la candidatura promovida por el Premio Nóbel argentino Adolfo Pérez Esquivel, quien lo pidiera en la Primera Sesión de la Organización de las Naciones Unidas del año 1982, que se hizo efectivo en ese año. Al año siguiente, Año Internacional de los Pueblos Originarios, fue nombrada como Embajador de la Paz. Por eso varios países le han otorgado el Doctorado Honoris Causa, “y así puede extenderse el concepto de Paz, Justicia y Libertad desde el ámbito académico” resaltó López.
En cuanto a la Universidad Nacional de Quilmes, por Resolución 113/12 la Carrera de Ciencias Sociales propone al Rectorado esta distinción, que fue aprobada y se entregó en este acto.
Agradecida, la señora Rigoberta Menchú Tum mostró el Título con que homenajeada, y a continuación expresó su agradecimiento “primeramente a nuestros abuelos y abuelas, y al sagrado día de hoy, que en el calendario maya es Jum Ajpu, que se refiere a una energía del ser humano, es la fuerza del otro yo del día, que es el ser humano”. “Y esto es muy significativo en el marco de este doctorado. En este tiempo en que estamos interrogando que tanto necesita un ser humano para ser feliz, cuál es el prototipo que el ser humano debe practicar para ser feliz” cuestionó.
“Hay que recordar la fuerza cósmica del día, y pensar que los antepasados nada hicieron que no fuera seguir el crecimiento con un árbol, con un maíz. Ver cuánta edad tiene para poder florecer, pero nada hicieron sin la fuerza de la Luna. Desde el momento de la gestación, en toda perfección, manda la Luna, la Mama, la Tierra. En esa gestación tenemos el trasplante a la Tierra, y el primer oxígeno que respiramos activa lo que venía perfecto y así funciona nuestra articulación para poder actuar como seres humanos” explicó desde su pensamiento maya la señora Menchú Tum.
“Desde bebé nos hace ser un ser social, espiritual. Un caballito, un venado, tiene todo lo que necesita para vivir, tiene sus propias dotes. Nosotros, en cambio, somos el ser más vulnerable porque dependemos del ser social, dependemos de todo lo que coexiste en un entorno seguro. Pero lo espiritual es más importante que esto. Es que somos la custodia del ADN de millones de años, ADN que prospera en el tiempo. Eso demuestra que somos inmensos y que no llegará ninguna ciencia a comprender la dimensión de esta especie. Eso indica que no podemos solitos, que necesitamos a los demás. La necesidad colectiva va más allá de nuestra especie, va más allá de eso. Por eso el Nahual o Energía de hoy es el ser humano. Por eso yo quería explicar qué es el ser humano, ya que siempre nos hemos preguntado quién soy, de dónde vengo, adónde voy hoy. Y este es el desafío de la juventud de este tiempo” sostuvo.
“Y aquí hay que hacer diferencia entre dos conceptos: el concepto de aprender y el concepto de saber. El concepto de aprender es importante, y la Universidad nos da conocimientos en cuanto a la agricultura, en la organización social, en la forma de pensar y construir. Me siento muy identificada con esa meta del conocimiento. Pero también me vengo con el saber, el saber que nos da la escuela de la vida que tenemos todos. Saber para construir cada quien y cada uno y conocer la dimensión de la conciencia propia. Yo soy parte de los saberes de muchos pueblos. Agarré los saberes de los abuelos, sus luchas, sus demandas. Por eso debemos cultivemos nuestro saber para tomar una vida plena” indicó Rigoberta.
“Comparto una necesidad de vivir bien, pero me pregunto si no será mejor vivir plenamente. Estoy de acuerdo en tener abundancia material, pero pienso que es mejor el equilibrio entre la abundancia material, espiritual y social” reflexionó.
“Espero que podamos compartir los saberes de los pueblos mayas. Yo la practico porque no es una religión, y por eso es importante, porque la podemos compartir porque es universal. Estamos en un tiempo en que la vida está en juego pero también la conciencia de pensar en la juventud que nos sigue” dijo, recordando a Pérez Esquivel, quien le habría sugerido que pasen “la posta” a las generaciones que ya están aquí.
“Espero que me ayuden a construir un Museo que tendremos cuando construyamos uno para la Memoria de los Pueblos. Por eso este título es un tesoro, porque es una tarima especial que es el Premio Nobel de la Paz, pero démosle lugar al saber de los pueblos. Y eso me obliga a volver a Quilmes. Tengo que venir a agradecer a los sitios sagrados. Nuestros abuelos dicen que recibir y recibir solamente nos enferma. Debemos producir la riqueza para agradecer. Me queda traer una ofrenda para agradecer en estas sagradas tierras. Y que esta ruta sea perdurable para que sea una ruta de los saberes. Por eso gracias por abrirme las puertas aquí” sostuvo, comprometiéndose a volver a nuestra localidad.
Y finalizó con un sueño propio. “El sueño es construir la Universidad Maya, para irrumpir en el espacio del Planeta ya que tenemos muchos saberes para dar, tenemos un saber, un calendario, un sistema mayense que podemos indica que podemos hacer algo por la Humanidad. Todo lo que iniciemos lo terminarán ustedes. Ustedes pueden sustituirnos porque el camino está dado. Gracias a la Universidad de Quilmes porque han encontrado en mí un buen aliado, con un tema tan fundamental como la educación, que es lo más fuerte que podamos dar a nuestro mundo. Vamos a dar un Premio Internacional que va a dar nuestra fundación que yo presido. Este premio se dará siempre con una visión social, humanista y colectiva. Y desde ya, muchas gracias. Les agradezco, estoy impactada por el cariño de ustedes” concluyó doña Rigoberta Menchú Tum, Premio Nóbel de la Paz del año 1982, flamante Doctora Honoris Causa de la Universidad Nacional de Quilmes, con un cerrado aplauso de pie por parte de toda la concurrencia.
Por Adriana Sylvia Narvaja
Para “Algo Especial Protagonista del Presente”.
Por Adriana Sylvia Narvaja
Para “Algo Especial Protagonista del Presente”.
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