Honrar la memoria de nuestros héroes y mantener siempre viva la llama de la nacionalidad

        El pasado 24 de septiembre se realizó otra presentación del Ciclo de Conferencias Históricas del Museo Almirante Guillermo Brown de Bernal. En esta oportunidad, pudimos disfrutar de testimonios de primera mano tanto sobre la Guerra de Malvinas, en boca de sobrevivientes de esta lucha bélica, y sobre Mozambique, en la palabra del Suboficial Mayor (RE)  Pablo Revello, quien desarrolló actividades allí junto a los Cascos Azules que habían sido citados por la ONU (Organización de las Naciones Unidas) para colaborar en la pos-guerra del mencionado país.
        En un hermoso “impasse” entre los temas mencionados, pudimos escuchar un poema de la escritora Marta Beatriz Quiroga de Renison, “dedicado a nuestros valientes soldaditos que, en ardorosa lucha, defendieron palmo a palmo a nuestras Malvinas, en una gesta de ribetes heroicos y sobrehumanos, con intensa fuerza moral en el resguardo, que pone de manifiesto profundo y significativo amor a su tierra”. En nota aparte copiaremos el maravilloso poema de esta escritora, psicóloga y docente quilmeña, que encontrarán entre los poemas de nuestro blog.  Junto a ella (siempre junto a ella), el estupendo pianista y flautista de flauta traversa, su hijo Carlos Enrique Renison,  interpretó el “Ave María” con fluidez y precisión.
Malvinas siempre argentinas
        A cargo del primer tema estuvieron presentes cuatro integrantes del Centro de Veteranos de Malvinas de Quilmes, que se mostraron muy conformes de ser protagonistas de la Historia, habiendo participado recientemente en el desfile del 350° Aniversario de Quilmes, a la vez que hablaron de la iniciativa de trabajar en conjunto con la Municipalidad para crear el Museo de Malvinas en nuestra localidad.
        Agradecieron a la Directora del Museo Almirante Guillermo Brown, Giselle Spellbrinck, siempre presente en estas charlas, por permitirles “estar contando, hablando sobre este tema, como si fuera una charla de café, como una conversación de amigos, que ustedes también nos pueden ayudar a multiplicar”.
Combatientes de Malvinas presentes en el Museo Almirante Guillermo Brown
        “La transmisión de nuestra historia, de nuestro pensamiento, es importante porque cada uno vivió su experiencia en la guerra” comentaron los Veteranos. “Hay muchas historias que encontramos; antes no hablábamos, durante muchos años fueron quedando en el silencio y gracias a estos encuentros también empezamos a recordar”.
        Con relación a las charlas que dan en las escuelas, afirmaron que “es muy fuerte el interés de los chicos en las escuelas, ya que adonde vamos nos escuchan con respeto y muchas inquietudes”. Pero no todo es cuestión de palabras, también las imágenes son útiles a la hora de decir verdades. “Encontramos en el cortometraje de 18 a 20 minutos un espacio para contar nuestra historia; allí dejamos plasmado nuestro mensaje, que es tan necesario para nosotros dejar”. Y concluyeron: “lo que no digamos en este tiempo nos lo vamos a llevar con nosotros”. Pero la idea es que, justamente, la verdad histórica llegue a la conciencia de la sociedad que negó este tema durante tantos años. “Más que nada para la recuperación de los valores”, reflexionaron.
        De este modo, seguirá intacta en la sociedad toda la idea central: LAS MALVINAS SON ARGENTINAS. “Estamos haciendo un ejercicio de lo que es, fue y será Malvinas”, sostienen. “Claro que si queremos conocer todas las historias deberíamos traer a los 14.000 soldados que participaron”, aclararon.  “Hay generaciones que han perdido valores, valores como los de Belgrano y San Martín, valores por los que luchamos en la guerra”.
        “Se habló de la “causa” de Malvinas, pero hoy Malvinas causa esto: que ustedes estén acá” razonaron. “Ayer nos juntábamos con los jóvenes para transmitirles lo que sabemos, porque nosotros tenemos ‘fecha de vencimiento’ ironizaron, mientras nos recordaban que las islas conforman un lugar infértil, con apenas 3.000 personas y unas cuantas ovejas. “Pero no es por esto que las grandes potencias tienen en vista estas dos islas”, dijeron haciendo hincapié en el interés manifiesto y conocido del Reino Unido tanto en el petróleo, en la pesca, y fundamentalmente, en el paso por el Atlántico sur hacia el Pacífico sur, por un lado, y por la proyección hacia la Antártida, por otro. Cuestiones de geopolítica y de economía política, con grandes intereses que mueven al mundo, sin importar la verdad histórica y política en la cual estas islas tienen un solo dueño: la República Argentina.
        “Si dejamos a gente inexperta en el asunto, cuando se haga el Tratado Antártico nuestra porción se va a achicar” avisaron. “Hay que ver qué estudiar, qué explotar, qué dejar de todo esto; hay recursos naturales como el recurso marítimo, cosa que va más allá del hecho de pedir permiso para explotar nuestros recursos o el hecho de no tener que usar pasaporte para ir a visitar este lugar que es propio”.  De allí el interés de los Veteranos de llevar su experiencia a los colegios de la zona.
        Pero, como bien dijimos, su labor no se reduce a la palabra, sino que se amplía con imágenes. Así en Youtube se pueden encontrar tres cortos que figuran bajo el título “Cine en Movimiento” (cineenmovimiento.org). Estos tres trabajos son “Podría ser Hoy”, “36 horas” y “Todo por ella”, del cual en esta oportunidad pudimos disfrutar del segundo, y conocer historias y testimonios sobre lo que sucedió allá en 1982.
        Y fundamentalmente, lo que sucedió con el Crucero ARA General Belgrano, que se hundió un 2 de mayo de ese año, en plena guerra, y que fue bombardeado fuera de la “zona de exclusión”. Allí murieron 323 de los nuestros, mientras los pocos que sobrevivieron estuvieron tres días, desde el domingo hasta el martes, en balsas autoinflables que se mecían peligrosamente con olas de 9 ó 10 metros de altura, en el helado frío de la noche y el día, sin agua ni alimentos, ya que el incendio del buque no había permitido ni dado tiempo a buscar nada. Sólo salvarse luego de los dos “misilazos” que impactaron, primero en la trompa del buque, y luego, de lleno, en la sala de máquinas, mientras el reloj marcaba las 15.30 y los muchachos estaban tomando la merienda.
        Heridos, quemados vivos, muchos murieron. Otros se arrojaron al agua, como muy bien contaron nuestros veteranos, y uno fue salvado por ellos, casi congelado, y Dios quiso que se salvara. Quizá para hablar por aquellos que no lo pudieron hacer. Dios los bendiga por siempre, soldados que hoy están en el Cielo. Dios los bendiga por siempre.
        Y mientras en el frío de la noche se helaban y se morían de hambre, heridos algunos, cantaban “Valiente muchachada de la Armada” para darse ánimo y calor. En el film, el asador les recrimina tanto “recuerdo”: “¡basta, terminenlá!”, les dice. “Una vez ví que se había suicidado el combatiente número 56, y yo dije ¡basta!”, los conmina, cortante, y explica su posición. “Ustedes no tienen idea de lo que sufrieron las familias; hay que ver qué les decimos, cómo nos paramos delante de ellos”.
        Pero no todos están de acuerdo con el veterano asador Vicente. Nuestros  combatientes presentes sostienen que les “hace bien recordar a los 323 del buque y a los 649 que murieron en las islas”. “Esto es lo mejor que nos puede pasar, que la batalla naval será un día un juego de pibes nomás”, afirman con esperanza.
        Este video fue dedicado a la memoria de Mamá Tulis, que sufrió lo que es perder un hijo y acompañó siempre a los Veteranos. Hay que recordar que en los primeros cinco años de pos-guerra hubo tantos muertos como durante la guerra. “En Monte Longdon hubo más muertes de los que hubiera habido en Vietnam en el mismo período de tiempo”.
        ¿Y a qué se debe que se pudiera resistir semejante ataque por parte de las fuerzas del Reino Unido? “El soldado argentino está en boca de todo el mundo, porque hicimos lo mejor con todo lo que teníamos”, aseguran. Además, durante la arenga que escucharon en el buque Cabo San Antonio en el que llegaron a las islas, se insistió mucho en el respeto que debía mostrarse a los habitantes y a la integridad de las personas como argentinos que son. “Serán duros con el enemigo, pero corteses y amables con la población, a los que debemos proteger”, escucharon por los altoparlantes. En el buque Santísima Trinidad viajaba el Capitán Giacchino, quien fuera el primer caído en la recuperación de nuestras Malvinas y dirigía el comando destinado a tal efecto.
        Pero nadie era consciente de la muerte a la que estaba expuesto. “No éramos conscientes de que teníamos a la muerte ahí a la vuelta”, expresaron. Por eso era difícil de aceptar que el 2 de mayo  se hundiera el Belgrano. “Era muy fuerte, inhundible, había sobrevivido a muchas batallas” se lamentaron. “Venía navegando normalmente fuera de la zona de exclusión, pero se ve que era seguido por el submarino inglés Conqueror”, comentaron.
Hundimiento del Crucero ARA General Belgrano 
        Los presentes se solidarizaron todos en un mismo sentimiento cuando los veteranos dijeron que el buque “era su casa”. “Dos veces recibe el submarino inglés la orden de ataque, pero recién a la tercera, con la orden directa de Margaret Tatcher, inició el ataque; el primero da en el frente, y luego llegó el segundo en las máquinas”. Incluso, recordaron los soldados haciéndonos emocionar a todos, el Belgrano fue noble hasta el final, no arrastró a las balsas de los que pudieron salvarse, los esperó hasta que se alejaran para no engullirlos al morir.
        Y así, en la palabra de  Raúl Ruiz Moreno, Emilio Alsina, Carlos Sánchez y Rodolfo Rafael Costamagna, pudimos conocer los avatares que ellos vivieron. ¡Tantas cosas nos quedaron en el tintero para preguntarles a estos soldados!
        Porque soldado se es toda la vida. Nunca se deja de ser argentino. Nunca se deja de ser soldado.
Hermoso poema y flauta traversa 
        Como adelantamos, hubo un entretiempo con riquísimo café y masas para que todos puedan descansar de tantas emociones vividas con el tema Malvinas. A continuación, y con la presentación de América Argentina Trgovcie, miembro de la Academia SanMartiniana y siempre presente en la cultura de Quilmes, disfrutamos del poema de la escritora y docente Marta Beatriz Quiroga de Renison, quien está por editar un poemario a la brevedad. Egresado del Normal de Quilmes y de la Escuela Municipal de Bellas Artes de nuestra localidad, su hijo Carlos, “siempre el primero de su promoción y siempre el mejor alumno” (palabras de una madre convencida y emocionada), interpretó el “Ave María” con su flauta traversa y demostró la solidez de sus conocimientos, a la vez que  la docente nos explicaba en cuántas oportunidades tuvo la oportunidad Carlos de colaborar con entidades de bien público a fin de recaudar fondos o alimentos para varias comunidades.
La presentadora América Argentina Trgovcie
        Nos mostró incluso una carta de agradecimiento muy especial,  muy sentido desde el corazón, firmado por el Cacique Francisco Chaile, de los pueblos originarios Kilme sito en los Valles Calchaquíes, para quienes tocó su flauta y así ayudó a recopilar libros que serían destinados para formar una Biblioteca Popular para la Comunidad India Quilmes en esos hermosos y dilatados Valles de ensueño. Corría entonces el año 2005. Luego, hubo muchos eventos más, siempre poniendo sus conocimientos en aporte hacia los que más necesitan.
El pianista y flautista Carlos Renison
    Viajamos a Mozambique
        La segunda parte del Ciclo de Conferencias Históricas estuvo destinado a conocer detalles de la Misión de Paz que en el año 1994 llegó a Mozambique de la mano de los Cascos Azules convocados por la ONU. El Suboficial Mayor (RE) Pablo Revello nos cuenta esta interesantísima historia, hoy más importante que nunca gracias a la labor que otro argentino, el Padre Opeka, está realizando allí entre los más pobres. Es decir, algunos datos nos van llegando, pero la pobreza no ha cedido.
        En esta oportunidad, el Suboficial Revello nos cuenta cómo era el Hospital Reubicable que a manera de un “mecano” se arma allí donde se lo necesite para una Misión de Paz, en un medio tan difícil. “A nosotros no nos faltó de comer, pero a los niños sí les faltaba”, comentó en esta oportunidad. “Por eso los mandábamos a hacer mandados, y así les dábamos la comida, tratando de que se la ganaran” contó, como una manera de defender la dignidad de estos niños para los que una porción de comida es un regalo del cielo, ya que carecen de todo. “Tuvimos que enseñarles a comer y a higienizarse, ya que son criaturas que no tenían nada”, recordó con pena, que compartimos. “Supimos llorar cuando estábamos solos, en el silencio de la noche”, confesó, frente a tanta injusticia y desigualdad.
Suboficial Mayor (RE) Pablo Revello con la lista de participantes de esta dotación
        Claro, Mozambique había padecido 14 ó 15 años de guerra civil, y los resultados estaban a la vista: la población civil se había quedado sin recursos. Ni agua, ni comida, ni nada. Ante ese panorama desolador, las Fuerzas Armadas Argentinas participaron durante 100 días en los que hubo que aprender de todo, desde el idioma hasta las costumbres de los residentes, para poder ayudarlos. Así, el Hospital Reubicable era el mejor de toda la Misión de Paz, y la atención, la mejor que podía darse. “Primero, lo más importante era hacer quedar bien a la Argentina; éramos un orgullo para el país por el comportamiento que teníamos”, rememora Revello.
        Pero no fue fácil. Mozambique había sido colonia portuguesa, con su capital en Moputu, y sufría hambre y enfermedades. “Pudimos demostrar que los prejuicios pueden ser revertidos por la educación, y les enseñamos a no tenerle miedo al hombre blanco”, sentenció Revello, refiriéndose a una población que había sido cruelmente dominada y castigada. De allí el interés de que no les faltara nada mientras estuviera la dotación argentina. El Hospital Reubicable viajaría luego a Kosovo y con el tiempo llegaría a la sufrida Haití.
        “La democracia volvía en Mozambique, pero todavía era una situación frágil, podía cambiar. Por eso todo estaba preparado para escapar. Además del trabajo diario, había que enfrentar todo tipo de problemas, voladuras de minas, gurkas con malaria, que se sumaban al trabajo de enfermería” recordó Revello. Todo esto sumado a la purificación del agua, que se hacía todos los días. ¿Y cómo fue que todo salió bien y volvieron sanos y salvos? “Estamos acostumbrados a cumplir las órdenes, y éramos una sola masa”, nos contó. “Y todos vamos para el mismo lado”, dijo concluyente.
        Ojalá fuera así en todos los órdenes de la Argentina, con una conciencia que se acerque a lo nacional.
        Pero con estos ejemplos de argentinos, nunca la batalla está perdida.
Combatientes, Marta y su hijo Carlos Renison, Giselle Spellbrinck, el Suboficial Revello y América Trgovcie, de izquierada a derecha. 
Vean en este PhotoPeach las fotos de este evento en el Museo Almirante Guillermo Brown de Quilmes: 
http://photopeach.com/album/f4n6hj
Las fotos pertenecen a la conductora del programa de radio "Algo Especial Protagonista del Presente", Adriana Sylvia Narvaja, periodista y docente de Quilmes, República Argentina. El programa de radio no ha regresado aún al aire, pero no dudamos que pronto lo hará. ¡Gracias a todos por este momento inolvidable! 

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