El mundo debe ser vegetariano


Alimentación
Un mundo sin alimentos necesita un cambio de mentalidad
Por Adriana Sylvia Narvaja,
Para “Algo Especial Protagonista del Presente”,
Especial para Babel Books Inc.,

Un mundo necesitado de alimentos necesita un cambio de mentalidad, y nuevas formas de consumir sin derrochar agua ni energía. Un Planeta sobrepoblado, con carencias de agua y mucha necesidad de nutrientes, lleva al Premio Nóbel de Química del año 1986 a plantear la necesidad de transformar nuestro modo de vida en un modo vegano de vivir y pensar. Pero comenzando hoy mismo.

De acuerdo con la opinión del Premio Nobel de Química del año 1986, el mundo será vegetariano o no será. Yan Tseh Lee, quien también es presidente del Consejo Internacional para la Ciencia (ICSU, por su sigla en inglés), sostuvo hace algunas semanas que “la demanda de alimentos crecerá en un 80% para 2050 y la única oportunidad de sobrevivir sin destruir el ecosistema de la Tierra es que la humanidad se pase mayoritariamente a la dieta vegetariana”.
En una entrevista que brindara a RIA NOVOSTI, el Premio Nóbel expresó que “según algunos cálculos, habrá que aumentar en un 80% la producción de víveres para 2050, en gran medida, a causa del creciente consumo en las naciones emergentes”.
Agregó que “la creciente población del planeta podrá alimentarse sólo si se pasa a una dieta básicamente vegetariana”. A diferencia de expertos que sugieren iniciar una explotación más activa de los recursos biológicos del océano, Lee recomienda “dejarlo en paz para preservar su salud” y evitar un desastroso empobrecimiento de los ecosistemas.

El negocio de algunos pocos

Claro que los productores de carne tienen mucho interés en continuar haciéndolo, y no piensan dar un paso atrás. Por lo tanto, se prevé una lucha difícil entre el egoísmo y la ambición de los productores y consumidores que sí pueden pagarla, por un lado, y un mundo hambriento donde más de la mitad de la población está por debajo de la línea de la pobreza, y donde nacer vale tan poco como morir.
Atrás quedaron los sueños de un Estado que regule las ambiciones del mercado, controle y limite la contaminación que la producción de carne provoca, detenga el enorme sufrimiento al que son sometidos los animales, especialmente en los llamados feedlots. Hoy sabemos que el Estado no detendrá esta matanza, sabemos que depende de nuestro modelo de vida. Para este sistema, los animales son OBJETOS DE CONSUMO, y las personas, a lo sumo, SUJETOS DEL MERCADO. Eso si tienen dinero y algo de suerte para alimentarse todos los días, para lo cual, en este momento de la Humanidad, se necesita mucho más que suerte.

Morir con horror
Pero la carne se vende bien, y se paga mejor, y es por eso que los mismos productores echan a rodar mensajes como “y bueno, también se está deforestando el Amazonas por culpa de la soja, y la soja es un vegetal”, olvidando que la soja arrasa con todo a su paso porque se planta para alimentar al ganado productor de carne. Otros, más desorientados, insisten con la vieja cantinela de que “los vegetales también sufren”, olvidándose que los vegetales no tienen sistema nervioso central como una vaca o un cerdo, no sangran, no sufren, no gritan, no tienen una horrenda agonía antes de morir electrocutados, como con tanta crueldad pudimos ver en películas del tipo de “Food Inc. S.A.”.
Por lo tanto, desde nuestro programa promovemos el consumo responsable, y si bien tal vez muchos no puedan dejar completamente la carne de un día para el otro, pueden ir buscando información y nuevas formas de cocción de vegetales, cereales y legumbres, los que, junto con las frutas, le ofrecerán un menú variado y acorde con estos tiempos de la Era de Acuario. Un tiempo nuevo que necesita paradigmas nuevos.

Lo pasado, asado

La Prehistoria ya pasó, salvo en la película “La era de hielo”. No necesitamos alimentarnos mal, tenemos una responsabilidad con el Planeta, con nosotros mismos y con nuestros hermanos animales. Comencemos hoy, aunque sea de a poco. Incorporaremos a nuestro organismo mucho menos tóxicos, antibióticos, fertilizantes de las pasturas e incluso bacterias mortales, como se vé en la mencionada película “Food Inc S.A.”.
Está comprobado por estudios médicos que la gran responsable del aumento alarmante de diabetes tipo II, de arterioesclerosis, de infartos y demás enfermedades cardiovasculares, incluso algunas formas de cáncer, es la carne. Junto con esos efectos, tendremos también la toxicidad del sufrimiento del animal, que está presente en cada churrasco que comemos, en cada asado, en cada guiso, en cada fiambre.
Hubo un tiempo, hace cientos de miles de años, que el hombre fue caníbal. Este hecho se prolongó durante mucho tiempo, ya que, ante la falta de alimentos, muchas veces se recurría a este horroroso recurso extremo. Horroroso para nosotros, ya que nuestra mentalidad actual nos impide entender cómo puede ser que un ser humano se coma a otro. Incluso la Biblia habla de las épocas de escasez, donde “los padres se comerán a sus propios hijos”, como por ejemplo predice para el sitio de Jerusalén. Y ha sucedido, incluso se cree, en no tan lejanas épocas, en que se cocinaba algún niño para alimentar a toda la familia, aunque es un tema del que nadie quiere hablar. Leamos páginas en Internet escritas por antropólogos, y enterémonos de dónde proviene la palabra “carnaval”, que en un principio era una fiesta de consumo de carne. Y aunque no lo creamos, esta carne no era de animales.

El futuro es vegetariano

Pues bien, nuestros descendientes mirarán con absoluto horror nuestra vocación de “hacer el asadito”, que es muy rico, no hay dudas, pero es comerse a un hermano animal. Por lo tanto, es hora de empezar a cambiar. Sabemos que la comida muchas veces llena un vacío que no le corresponde, porque llena el vacío del alma. Lo material pasa a ocupar un lugar espiritual, y dado que lo material tiene peso y volumen, ocupa un lugar que debería ser etéreo y liviano, como es lo espiritual. El resultado: el desastre físico y químico del organismo. Lo pesado es un lastre que nos lleva cada vez más abajo, porque está ocupando el lugar de lo liviano.
Sepámoslo: cada ámbito de nuestro ser tiene su correspondiente alimento, y esto no debe ser mezclado  y confundido. Lo físico se alimenta con elementos materiales, pero para que la persona esté equilibrada lo mental debe alimentarse con cultura y todo tipo de desarrollo artístico, literario, cine, etc. Lo afectivo debe alimentarse del cariño de los que nos rodean, no con comida. Y lo espiritual tiene su dimensión aparte, y debe alimentarse con la visión de lo trascendente, sea Dios, la Energía, la Vida o como quieran traducirlo.
Es decir, los cuatro ámbitos, el físico, el mental, el afectivo  y el espiritual, tienen sus alimentos. Cuando la persona está en equilibrio, no mezcla las cosas. No come por depresión, no deja de lado su parte afectiva, no desecha el alimento mental que mantiene su cerebro en condiciones y jamás deja de lado lo espiritual, sea orando, leyendo textos positivos, cuidando animales, practicando artes tan nobles como la jardinería, ya que en estas actividades se encuentra la Paz y el Amor que tanto necesitamos para vivir.

Digo “basta”

Por eso, no seamos cómplices de lo que sucede. No participemos diciendo “y bueno, si los demás lo hacen, yo también”. Si no nos gusta que nos controlen, no nos dejemos controlar con actitudes ajenas, tengamos nuestra propia actitud y nuestra propia convicción. Es la única manera en que no nos digan “cómo tenemos que vivir”, porque el probable que el que nos lo diga, se esté beneficiando. Digamos no,  y utilicemos nuestro dinero sabiamente.
Eso, y el vegetarianismo, entre otras tantas cosas buenas, es lo mejor que podemos darle a nuestra sociedad, y la mejor enseñanza que podemos darle a nuestros hijos.
Fuentes: http://focustaiwan.tw/ShowNews/WebNews_Detail.aspx?Type=aALL&ID=201009210021 http://www.natura-medioambiental.com/2012/05/sobrevivencia-humanitaria-pasa-por.html    

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