Temple Grandin, una historia de amor y perseverancia



Con 15 nominaciones para el Premio Emmy, la cinta “Temple Grandin” nos muestra la increíble historia de una joven autista que, venciendo todos los obstáculos a fuerza de tesón y amor a los animales, logra convertirse en reconocida escritora y científica. Para reflexionar sobre el valor de la vida y la necesidad de tolerancia frente a las dificultades de los demás. 
        Dos años van que se filmó la excelente película “Temple Grandin”, nominada para 15 premios del Emmy que todas las cintas ansían ganar. En este caso, se trata de una historia real, y por demás conmovedora. Es la historia de una joven autista, Temple Grandin, interpretada por Claire Danes, quien la representa de maravillas.
        “Esta película muestra de manera ingeniosa el mundo de una joven autista que con perseverancia y determinación superó sus temores y desarrolló sus habilidades, venciendo las limitaciones de su condición. La historia es real, cruda e inspiradora y cuenta con destacados actores y un excelente equipo de producción” expresó Gustavo Grossman, Viceresidente de HBO Networks para América Latina, con motivo de la presentación del film, realizado en el año 2010 por esa cadena televisiva.
        La trama refleja cómo Grandin canaliza su talento y se convierte en una célebre escritora y científica, después de desarrollar una herramienta que revolucionó la industria ganadera. La película, digámoslo de una vez, no es para vegetarianos: Temple desarrolla una forma menos agresiva de conducir al ganado al matadero. “Si la gente no comiera carne, yo no estaría aquí”, dice la protagonista. Y de eso se trata la película: increíblemente sensible al sentimiento y temor de los animales, Temple sostiene que “el hecho de que comamos carne no significa que debamos ser crueles”. Y por eso desarrolla, con muchos obstáculos por superar, sistemas de manejo de ganado que hoy se aplican en la mitad del territorio de los Estados Unidos.
        ¿Sencillo? Jamás. Temple debe luchar tanto por ser autista como por ser mujer, en un ambiente absolutamente machista del Medio Oeste americano. Objeto de burlas, de discriminación (su camioneta aparece “tapizada” de tripas y testículos de toro como forma de repulsa a su trabajo), nada será fácil en su camino. A su favor tiene el apoyo de su madre, que la sostiene desde que es pequeña, y que ante el diagnóstico de autismo, en una época en que ese diagnóstico era un pasaporte seguro para una “internación” que sería un destino final, opta por enviarla a una escuela, y tratar de que siempre se valga por sí misma.
        Y es allí, en esa escuela, en donde su profesor descubre la mente brillante que se oculta detrás de sus actitudes crispadas, sus berrinches y, en algunos casos, falta de control. Esa apuesta a su inteligencia le salva la vida. Y la máquina que crea para obtener contención, basada en la observación de los bretes que calman a las vacas cuando son encerradas para ser vacunadas. Máquina que hoy se está usando en el tratamiento de niños con autismo, y que al parecer está dando buenos resultados.
“Temple Grandin”, nominada al Emmy en las categorías de “Mejor película” y “Mejor dirección” por el trabajo de Mick Jackson también cuenta, además de la brillante actuación de Claire Danes, con el aporte de Julia Ormond como la madre, Catherine O’Hara como la tía Ann y David Strathairn como el Dr. Carlock, profesor y mentor de Temple. Los tres han sido nominados a su vez como mejores actores de reparto.
Esta película nos ha hecho emocionar, reflexionar sobre el valor de la vida y sobre el amor hacia los animales. No se hará vegetariano el que la vea, pero lo pensará, ya que de una lucha tan humana, necesariamente se deduce que el respeto no sólo va para la protagonista y su amiga ciega, sino para los animales que defiende. Es un canto a la lucha, a la perseverancia y a apostar siempre por la inteligencia, sea el caso que fuere. Y  también una fuerte apuesta al corazón y a la sensibilidad, de la mano de imágenes excelentes, especialmente sobre cómo vé el mundo Temple, y con un fondo musical conmovedor.
Y mientras el mundo sigue andando, y todos los Temples del mundo luchan por sobrevivir, esta Temple nos ha dado a todos una gran lección.
Lección que le cambiará la vida a los que sepan entender el enorme mensaje de amor que está dentro de ese corazón, tan valioso como el que más.
Una historia de la vida real 
Temple nació en 1947. El nacimiento fue normal, y el desapego progenitor se manifestó, a los seis meses, cuando su madre empezó a notar que rechazaba los abrazos. Más tarde se hizo evidente que la pequeña Temple no soportaba que la tocaran.

A los tres años, los médicos dijeron que tenía daño cerebral. A los 16 años fue a pasar unos días a la granja de ganado de su tío en Arizona. Allí se fijó en una máquina que se usaba para tranquilizar al ganado cuando venía el veterinario a explorarlos: dos placas metálicas que comprimían a las reses por los lados. La presión suave parecía relajarlas. Entonces pensó en hacer un artilugio semejante para ella: una máquina de dar abrazos. Lo que le proporcionaría el estímulo táctil que tanto necesitaba pero que no podía obtener porque no soportaba el contacto físico con las personas. Poco después entró en una escuela especial para niños con problemas emocionales, y sus profesores la animaron a que construyera la máquina. La máquina permitiría a la persona que la usara controlar la duración y la intensidad del "abrazo" mecánico. Así Temple realizó experimentos que la animaron a matricularse en la universidad. También se convirtió en parte de su propia terapia. La ayudaba a relajarse y le sirvió para empezar a sentir cierta empatía hacia los demás. Hoy hay clínicas para tratamiento de niños autistas que utilizan la máquina inventada por Temple.

Decidió estudiar psicología y especializarse en comportamiento animal dada su estrecha relación con los animales. En la adolescencia, parte de la terapia pasaba por montar y cuidar a caballos. Pero ella pronto descubrió que éstos también tenían problemas emocionales, lo que la inspiró a dedicar su vida a la mejora del bienestar animal.

Temple Grandin tiene ahora 65 años y es una referencia tanto en bienestar animal como entre la comunidad autista.
El neuropsiquiatra Oliver Sacks dedicó un capítulo en “Un antropólogo en Marte” a la vida de Temple. Su libro fue la primera narración sobre el autismo contada desde dentro. Hasta entonces, tanto médicos como familiares de personas con autismo habían pensado que dentro del pensamiento de una persona con autismo no había nada. La autobiografía de Temple, publicada en 1986, asombró al mundo.

En 2010, la cadena de televisión estadounidense HBO estrenó una película biográfica basada en ella, protagonizada por Claire Danes y titulada con su nombre.
Imagen: Libro "Un Antropólogo en Marte", de Oliver Sacks.
http://www.librosgratis.me/un-antropologo-en-marte-oliver-sacks.html
Imagen: Matadero.
http://www.google.com.ar/imgres?imgurl=http://www.institutoplaterillo.com.ar/Mataderos_4.bmp.JPG&imgrefurl=http://www.institutoplaterillo.com.ar/mataderos.htm&h=808&w=1197&sz=149&tbnid=XT3lH4Czh5O-AM:&tbnh=90&tbnw=133&zoom=1&usg=__7v5s_Z

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