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El animal silencioso

por Khalil Gibrán

poeta libanés (1883-1931)

        "En la mirada del animal silencioso 

hay un discurso que sólo el alma del sabio 

puede comprender verdaderamente".

Un poeta indio

        En el crepúsculo de un hermoso día, cuando la fantasía se apodera de mi mente, pasé por el borde de la ciudad y me detuve ante las ruinas de una casa abandonada, de la que sólo quedaban las piedras. 

        Entre las ruinas vi un perro que yacía sobre suciedad y cenizas. Su piel estaba cubierta de úlceras y la enfermedad atormentaba su cuerpo débil. Sus ojos tristes miraban una y otra vez al sol poniente y expresaban humillación, desesperanza y miseria.

        Me acerqué a él con el deseo de saber el lenguaje animal para que mi compasión pudiera consolarlo. Pero sólo logré aterrorizarlo, e intentó levantarse sobre sus patas paralizadas. Cayéndose, me echó una mirada en la que se mezclaba la ira impotente con la súplica. En esa mirada había un discurso más lúcido que el del hombre y más conmovedor que las lágrimas de la mujer. Esto es lo que entendí que decía:

Hombre, sufrí la enfermedad que causó su brutalidad y persecución.

        “Huí de tu pie rudo y me refugié aquí, porque el polvo y las cenizas son más dulces que el corazón del hombre y estas ruinas menos tristes que su alma. Vete, intruso del mundo del desgobierno y la injusticia. 

        “Soy una miserable criatura que sirvió al hijo de Adán con fe y lealtad. Era el más fiel compañero del hombre, lo cuidaba noche y día. Me afligía en su ausencia y lo recibía con alegría a su regreso. Me contentaba con las migajas que caían de su mesa y me alegraba con los huesos que sus dientes habían despojado de carne. Pero cuando me volví viejo y enfermo, me sacó de su hogar y me abandonó a los despiadados jóvenes de las callejuelas. 

        “Oh, hijo de Adán, veo el paralelismo que existe entre mi caso y el de tus prójimos imposibilitados por la edad. Hay soldados que lucharon por su país cuando estaban en la flor de la vida y que luego labraron su suelo. Pero ahora que ha llegado el invierno de sus vidas y ya no son útiles se ven desechados.

        “También veo un parecido entre mi suerte y la de una mujer que, en los días de su adorable juventud, alegró el corazón de un joven y que después, como madre, dedicó su vida a sus hijos. Pero ahora, ya anciana, es ignorada y eludida. ¿Qué tiránico eres, hijo de Adán. Y qué cruel!”

        Así habló el silencioso animal, y mi corazón lo comprendió. 

Khalil Gibrán,

"Pensamientos y Meditaciones",

Edicomunicación S.A.,

Colección Fontana,

España,

año 1997


Biografía de Khalil Gibrán 

Yibrán Jalil Yibrán (جبران خليل جبران بن ميخائل بن سعد, Ŷibrān Jalīl Ŷibrān ibn Mijā'īl ibn Sa'd; Bisharri, 6 de enero de 1883-Nueva York, 10 de abril de 1931) fue un poeta, pintor, novelista y ensayista libanés; es conocido como el poeta del exilio.​

Diversas son las corrientes tanto en lo filosófico como en lo más puramente artístico y religioso, que se dan cita en nuestro creador. Su espíritu originario y genuinamente oriental va a empaparse de todo lo visto, sentido y oído, procurando aprender en todo momento para llegar a la piedra angular de toda su obra: el ser humano.

Diferentes tendencias aflorarán en sus escritos, pero las propias experiencias vividas van a desempeñar un papel preponderante a la hora de forjar una filosofía propia. En la etapa libanesa ha de encuadrarse su carácter rebelde, la manifiesta crítica social que impregna sus escritos. La etapa americana supone una ampliación cultural, a través del descubrimiento de artistas ingleses y norteamericanos. Por último, Europa, su estancia en la capital francesa hace que se amplíen sus horizontes tanto culturales como vitales. Junto a Nietzsche, Buda será uno de sus grandes maestros, como Spinoza. También hay que tener en cuenta la línea sufi o mística que impregna toda su obra.

A grandes rasgos, es posible referirse a dos etapas: una primera de mayor exteriorización y la siguiente de una interiorización más intensa, de una profundización en su propio mundo, en verdad ambos principios, exteriorización e interiorización se van a dar simultáneamente : “yo no soy sino tú”.

Fuente: Del sitio Wikipedia - Yibrán Jalil Yibrán

https://es.wikipedia.org/wiki/Yibr%C3%A1n_Jalil_Yibr%C3%A1n


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