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Un corazón de chapa y madera que no deja de latir

Durante el mes de febrero se presentó, los días sábados, la obra  “De chapa, madera y corazón”, una interesante puesta  de  Casa de Arte Doña Rosa. Sentimientos surgirán a flor de piel cuando un viejo conventillo intenta evitar el temido remate. La producción Pressel –Espil, como siempre, precisa como un cronómetro. El tiempo pasa;  los sentimientos, tal vez no… 
El patio del conventillo, a sala llena 
        Dice el conocido autor Ivo Pelay, cuyo nombre verdadero era Guillermo Juan Robustiano Pichot, y cuya fructífera labor ocupó la primera mitad del siglo que se fue:
“¿Quién vivió,
quién vivió en estas casas de ayer,
viejas casas que el tiempo bronceó,
patios viejos, color de humedad,
con leyendas de noches de amor?
Platinados de luna los vi
Y brillantes con oro de sol, 
y hoy, sumisos, los veo esperar
la sentencia que marca el avión, 
como va al matadero la res
sin que nadie le diga un adiós”.
El fuentón con la tabla de lavar, típico de los patios de las casonas viejas
Y estos versos, a los que Francisco Canaro le supo poner la mejor de las músicas, el tango, nos abren la puerta para hablar de esta obra hermosa, “De chapa, madera y corazón”, que se presentó durante el mes de febrero, todos los sábados, en el ciclo de verano que Casa de Arte Doña Rosa ha dado en llamar “Teatro en la Galería”, con libro de Pedro Garro.
  Y es justamente en esta Galería, que tiene mucho de chapa, mucho de madera y mucho más de corazón, el grupo producido por Marcelo Pressel  y Jorgelina Espil presentó esta obra tan cercana a nuestros sentimientos, en un sainete contemporáneo, que al fin, y gracias a Dios, siempre es sainete.
El viejo patio del conventillo
En él, un patio, con su jaula y su tabla de lavar en el fuentón, donde todos pasan, y todos quedan. Pasan los habitantes, que alquilan las piezas y siempre se atrasan con los pagos, pasan los días, pasan los años. Quedar, quedan los sentimientos, en estos conventillos tan viejos donde sus ocupantes  terminan siendo como una familia, y que están construidos desde hace tanto, que ya nadie recuerda a ciencia cierta cuándo fueron inaugurados. Y quedan también las almas de los que se fueron, sus sentimientos, los recuerdos, que quedan flotando en el aire. Vivos y muertos, odios y amores, todos van pasando por el patio, entran en las piezas, corren a los chicos, riegan las plantas, ponen la vieja radio en donde suena un tango que quizá pueda ser el de los versos que les transcribimos, los versos de Ivo Pelay, “Casas Viejas”.
 Desde la planta alta: El fotógrafo de "Caras y Caretas" eligió el conventillo de Piedras 1268. En 1902 y repartidas en 104 piezas, vivían en él más de 500 personas. Mostró así el grado de hacinamiento de pobres que había en toda la Ciudad.
  Pero (porque siempre hay un “pero” o no hay ficción), todo tiene un tiempo bajo el sol. Los viejos conventillos también lo tienen. Las economías que no ayudan, la falta de trabajo, los habitantes que no pueden pagar, los impuestos que se acumulan, van arruinando definitivamente a estos viejos conventillos que al fin, se caen de golpe, como un castillo de naipes, cuando llega el remate. El tiempo es impiadoso, lo sabemos. Nadie queda aquí, nadie se salva. Los viejos conventillos, tampoco.
Los amigos van llegando, convocados por Sofía 
  Y así Sofía, la hija de Don Chicho, aquél que levantara el conventillo con tanto esfuerzo, ve caer sus sueños y esperanzas cuando llega la orden de remate. Entonces decide hacer lo que todas las personas de bien hacen: llamar a los amigos a pedir ayuda. A los viejos amigos queridos que hace tanto que uno no ve. Y convocados, tanto los amigos vivos como los que ya no están, vienen a dar una mano. Así llegan el Tano Ninuccio, el  Rusito Salomón, el Negro Corvalán (que ya pagó sus viejas cuentas con la ley), al llamado del corazón.
El hijo Fabio cierra el negocio con el Martillero Martínez 
De la vereda de enfrente, y siempre por plata, el hijo Fabio quiere vender el conventillo, el Francés quiere que le paguen lo que le deben, el martillero Martínez quiere cerrar pronto el negocio sabiendo de antemano que pagará muy barato lo que después venderá muy caro. Fabio lo dice así: “¡Yo estoy podrido de este lugar! Lo que yo quiero es irme. ¡Yo estoy podrido de recuerdos!”, justamente cuando el conventillo es, más que nada, recuerdos. Recuerdos de la Mamma, de Don Chicho, de la infancia, del patio, de los malvones, de algún viejo acordeón, de la mesa familiar donde siempre había lugar para el que llegara, aunque no trajera nada. Donde desde la mañana se sentía el olor a salsa, y en el tiempo en que  nadie se preocupaba por el precio del queso rallado. Otra época, el mismo lugar.
Los Productores de la obra, Marcelo Pressel y Jorgelina Espil,
con la conductora de "Algo Especial Protagonista del Presente" 
“Se van, se van
las casas viejas queridas.
De más están,
han terminado sus vidas.
Llegó el motor y su roncar
ordena y hay que salir.
El tiempo cruel con su buril
carcome y hay que morir.
Se van, se van
llevando a cuestas su cruz,
como las sombras se alejan
y esfuman ante la luz”.
El gran actor Horacio Di Pietro, con la conductora del programa, Adriana Sylvia Narvaja 
Pero Sofía y los demás no se rendirán sin pelear. Y al fin… el final no lo contaremos, porque pronto se repondrá esta obra maravillosa y usted, amigo lector, irá a verla y la disfrutará. Pero como todo tiene solución en esta vida, alguna solución puede aparecer (¿aparecerá?) y el sainete terminará con hermosas milongas y todos bailando al compás, incluso los miembros del público. La música es el gran actor que no se vé, pero da el toque justo a toda la obra: se interpretó “Navidad Porteña”, con Música de Paula Castignola y Letra de Gustavo Castignola, y “Atravesando el jardín”, con Música de Horacio Di Pietro y Letra de Jorgelina Espil. Pero hay más música,  música que  va trayendo los recuerdos y a los fantasmas que nunca se fueron del conventillo. Los fantasmas que no se van a ir.
Muy buena actuación de todos, aquí Fabio, el actor Fernando Gorocito Soler
Destacamos la Producción de Silvia Corrales, Horacio Di Pietro, Jorgelina Espil y Marcelo Pressel, la Fotografía de Javier Castelo y el Diseño Gráfico de Sabrina Roldán.
Y saludando sobre el final, todo el elenco: Hilda Boccan, Oscar Bertoni, Juan Cristina, Ariel Antibil, Fernando Gorocito Soler, Gabriel Gómez, Mara Gómez, Horacio Di Pietro, Jorgelina Espil y el Director Marcelo Pressel. Sentidas actuaciones, hermosa música, gran aprovechamiento del lugar, y todos nosotros sentados en el mismo patio donde suceden las cosas. Porque nunca nos fuimos. Porque no nos iremos.
 El actor Gabriel Gómez, en la piel del Paraguayo
“El amor,
el amor coronado de luz
esos patios también conoció.
Sus paredes guardaron la fe
y el secreto sagrado de dos.
Las caricias vivieron aquí…
Los suspiros cantaron pasión…
¿Dónde fueron los besos de ayer?
¿Dónde están las palabras de amor?
¿Dónde están ella y él?
Como todo, pasaron igual que estas casas
Que no han de volver".
El Tano Ninuccio, el actor Juan Cristina, con la conductora del programa 
Volverán. Lo aseguramos.  
        Porque tenemos el alma de chapa, madera y corazón.
El Negro Corvalán, Ariel Antibil, que le pone el pecho a la situación 
"Casas Viejas", de Ivo Pelay, fue estrenada por Ernesto Famá, en la comedia "Rascacielos", presentada en 1935.
Escuchar aquí en Youtube
http://www.youtube.com/watch?v=FPZwL2ty_Vc
"Casas Viejas" (F.Canaro-I.Pelay) Francisco Canaro-Roberto Maida  - Odeón 4952A 8.18.1935 e8286
"Patio de Conventillo", de Bartolomé Vaccarezza
Fotos de Adriana Sylvia Narvaja, conductora del programa de radio "Algo Especial Protagonista del Presente.
Foto de Caras y Caretas del conventillo de la calle Piedras - Del sitio Barraca Vorticista.
http://www.barracavorticista.com.ar/historia/conventillo/
Cuadro llamado "Patio de Conventillo" - Del sitio Rajadell Art Gallery.
http://www.gruporajadell.com/movil/visor.php?y=57

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