Carta al Presidente Donald Trump (o a cualquiera de los gobernantes del mundo)

Días pasados asumió Donald Trump como Presidente de los Estados Unidos, el 20 de enero de 2017. Más allá de cuestiones políticas, que aún no están claras en lo que será la gestión que se viene, queremos recalcar el pedido de atender a la generación de energías alternativas que nos permitan evitar los gases de efecto invernadero.
        Estimado señor Trump:
        Permítanos que lo felicitemos por la asunción a tal importante cargo. Desde ya, nos alegra que la Democracia siga funcionando en su país, y esperamos que todos los que no están conformes con su elección participen activamente en cambiar el sistema de votación. Creemos que el voto, en cualquier democracia que se precie de tal, debe ser Secreto, Universal y Obligatorio. Nada nos sirve si el voto es optativo. No resulta. No corresponde. Pero este tema no nos corresponde a nosotros cambiarlo, sino que es un tema de los ciudadanos americanos.
        Y aunque pensamos muy distinto del pensamiento que ha explicitado usted en su campaña, sí queremos hacerle un pedido formal, que hacemos extensivo a los gobernantes del mundo, y es que apoye la creación de empresas que se dediquen a las energías alternativas.
        Sabemos que en su caso no está de acuerdo con el tema del calentamiento global, de hecho pensamos que usted no cree que ni siquiera exista el tan mentado calentamiento. Pero el cambio climático existe, sépalo desde ya. Y como existe, algo hay que hacer con él. Creemos que EEUU es un país líder, o uno de los países líderes, en el Planeta, y su acción puede hacer que otros copien sus actitudes e imponga una corriente de pensamiento mejor.
        Claro, pero si usted no cree en el calentamiento global, todo será más difícil. Quizá nunca llegue a leer esta carta. Pero el tema va por otro lado, y es el tema del trabajo. Tenemos bien claro que una de las propuestas de su campaña, refrendadas en el discurso de asunción de su cargo, fue el de generar trabajo. Pero esto, en el mundo globalizado, post-industrial, de amenaza nuclear, de concentración absoluta de la riqueza, no parece fácil de plantear.  De hecho, el 85% o más de los recursos del Planeta están en manos del 1% de la población. O sea, es difícil que usted escuche lo que le queremos plantear. Lo intentaremos, de todos modos…
        Digámoslo así: el mundo en el que vivimos depende exclusivamente de los combustibles fósiles, el petróleo y el carbón, que son los que han ocasionado el peligroso aumento de la temperatura global. Además, ha generado infinidad de problemas económico-políticos. Mucha gente ha muerto en la guerra por el petróleo, como es el caso de la tremenda guerra de Irak. Y como si fuera poco, aumenta la dependencia de los países de estos combustibles que, según se van utilizando y despilfarrando, van a ser día a día más escasos. Y quizá nos lleve a la guerra que hoy, sin dudarlo, será nuclear. Y no queremos ese futuro ni para nosotros ni para nuestros hijos.
        De allí la importancia de invertir en energías alternativas, y así generar el trabajo que usted ha prometido, ya que el sistema capitalista, por sí mismo, no genera trabajo. El trabajo no nace por generación espontánea, hay que crearlo. Y usted puede ayudarnos, invitando a las empresas a invertir en energía solar y eólica, que pueden dar trabajo a dos grandes grupos que lo necesitan: primero, a los trabajadores grandes, adultos, que lo han perdido en la última crisis, y que están más que capacitados para llevar adelante el control de centrales de energía solar, eólica y otras. Segundo, a los trabajadores jóvenes, que sin los grandes no tendrán a nadie para que les enseñe. La experiencia técnica humana no se trasvasará. Habrá un vacío, mientras se desperdicia toda la capacitación que los grandes pueden ofrecer, que tanto esfuerzo le costó a la Humanidad. Y que tanto los jóvenes necesitan.
        Luego está el tema de la independencia energética, que tanto necesitamos para evitar guerras y problemas sociales y políticos que nos llevarían a la guerra. En las ciudades pequeñas, las centrales de energía alternativa fijan a la población, especialmente la joven, a su propia ciudad, evitando que se traslade a las grandes ciudades a padecer una vida inhumana, carente de afecto, susceptible de caer en las drogas, desarmando las familias y cortando los lazos con la tierra que los ha visto nacer. No es lo que queremos en nuestro mundo, queremos que todos tengan oportunidades en su propia ciudad, alentados por el consumo responsable de energía en su propia tierra. Lo que se dice con “soluciones locales a problemas globales”.
        No olvidemos que lo más importante viene con lo que ahora diremos: la posibilidad de realizar un trabajo que los impulse a capacitarse, que les dé una vida con sentido, el hecho de hacer una tarea que es buena para la Tierra y para la conservación del medio ambiente. Esto evitará el tedio, el caer en el alcohol y en todo tipo de depresiones que no son más que la falta de esperanza en un trabajo en el que no se avanza. Las energías alternativas, de la misma manera que los centros de reciclado y todos los trabajos relacionados con el cuidado del ambiente, pueden generar distintos puestos de trabajo, para trabajadores con distinto nivel de capacitación, y el resto… se aprende a medida que se hace. Nuevos cursos impulsarán a más profesores a capacitarse para un nuevo mundo, con nuevos requerimientos. Nuevas modalidades de enseñanza impulsarán a los trabajadores a buscar mejoras en sus capacidades, porque al fin, el objetivo es bueno: obtener energía cuidando la Tierra. Sin generar gases de efecto invernadero. Dando trabajo a muchas personas. Que es lo que se necesita.
        Lo repetimos: el sistema capitalista sólo invierte en lo que le dé ganancias seguras, rápidas y furiosas. Y es probable que en un comienzo, esta propuesta de las energías alternativas (en las que usted no cree, pero sí cree en el trabajo y en la capacitación) no tenga los resultados esperados. Pero movilizará la ciencia y la técnica para obtener nuevos descubrimientos, nuevos inventos, nuevos materiales, como ha sido en otras épocas con distintas inversiones (la espacial, por ejemplo). Una época de trabajo y estudio, a la vez que la aplicación de la ciencia y la tecnología pueden brindar mejoras a muchos ciudadanos del mundo, y estamos seguros que usted sí cree en esto.
        Y nosotros necesitamos que usted, y que todos los gobiernos del mundo, lo crean con usted. Porque los países líderes tienen una gran responsabilidad en dar el primer paso en la solución de los problemas. Y no hay tiempo que perder, ya se perdió demasiado tiempo y ya no queda. Queremos esperanza, la esperanza de un mundo mejor. Y piense cada cual como piense, necesitamos acciones concretas, más allá de las posturas políticas.
        Cuando el calentamiento global suba, aumentarán las catástrofes mundiales, habrá hambre, sequía, inundaciones, tsunamis.
        Y la política poco podrá hacer contra ellas.
        Por eso le deseamos éxitos en su labor, pero no se olvide de los ciudadanos del mundo.
        Que somos todos.
El texto pertenece a Adriana Sylvia Narvaja, periodista y docente de Quilmes, Provincia de Buenos Aires, República Argentina, que en nada coincide con las politicas del señor Trump.

¡Compártelo!

No hay comentarios:

Publicar un comentario