Aumentar el consumo de frutas y verduras

  Más de 2.700.000 personas mueren por año en todo el mundo por la falta de frutas y verduras, ya que sus vitaminas son insustituibles y absolutamente imprescindibles para la salud. Las frutas y verduras previenen el cáncer, el ACV (Accidente Cerebro Vascular), los infartos, la diabetes, etc. Sin embargo, y a pesar de la difusión que se hace de este tema, su consumo es estable y no aumenta como debiera, mientras que la famosa “comida chatarra” gana terreno, y así va aumentando la epidemia de obesidad e hiperobesidad de los países desarrollados. Mientras tanto,  en las zonas pobres del mundo también faltan estos nutrientes y también mueren personas, pero por motivos diferentes:  recordemos que la mitad de los seres humanos del mundo se muere de hambre, ya que está por debajo del nivel de la pobreza. 
Recién hoy, que estamos en el siglo XXI,  se está tratando de  cambiar esta realidad, pero no tan rápido como debiera. La dieta de los países desarrollados sigue basándose en carne y huevos, cuyas vitaminas son solubles en lípidos (grasas), por lo que se mantienen en el cuerpo almacenadas en esa grasa, y son vitaminas más “estables”. Pero las vitaminas de las frutas y verduras son utilizadas “en el momento” y lo que no se utiliza, es descartado por el organismo. Por eso es necesario consumirlas todos los días, ya que no se almacenan, y es necesario recomponer el "stock" en forma permanente. 
La única manera, entonces, de asegurarse de que estas vitaminas no falten es consumir 5 porciones de frutas y verduras POR DÍA, y no como comemos actualmente, alimentos sin fibra, con harinas blancas sin nutrientes, azúcares, grasas saturadas y no saturadas (las peligrosas grasas TRANS), que nos conducen a la obesidad. Lamentablemente, la obesidad está llegando a los niños más pequeños, en ellos ya se han detectado niveles de colesterol inadmisibles para esa edad tan temprana. También hoy se habla de granos como amaranto y quínoa, que en América habían sido prohibidos por los conquistadores españoles porque los pueblos originarios los consideraban “alimentos sagrados”, y eso se consideraba “demoníaco”. Hoy hablamos y compramos estos granos llenos de nutrientes sin problema, y vamos tomando conciencia de cuánto nos hemos perjudicado por la ignorancia que tenemos sobre la sabiduría de los pueblos originarios.
En Argentina no vamos mejor. Desde 2005, el consumo de frutas y verduras BAJÓ un 5%, lo que es un verdadero riesgo para un país en donde la carne es la base de la alimentación, lo que ya ha sido demostrado constituye la causa de los más graves problemas de salud. Hace 40 años, en Argentina se consumía uno de los niveles más altos de carnes rojas del mundo, aproximadamente un promedio de 90/100 kilos de carne por año por persona. O sea, una vaca completa, o al menos, su carne. Se comía carne dos veces POR DÍA, lo cual fue bajando con el tiempo (y los problemas económicos) mientras subía el consumo de pollo, que por aquel entonces era un alimento “de las fiestas de fin de año”. Hoy, en 2014, se calcula que se come en promedio 50 kilos por año por persona, lo que sigue siendo una enormidad, y es necesario cambiar urgente este número consumiendo más frutas y verduras, semillas y granos para aportar a nuestra salud un alimento mejor.
En Río Negro, por ejemplo, las escuelas tienen huertas orgánicas, no sólo para poder tener alimentos, sino para cambiar hábitos no beneficiosos, como es el consumo de grasas y harinas. Así, y gracias a la escuela, se avanza en el conocimiento de la nutrición y esto se traduce en una buena alimentación. Luego, este conocimiento (junto con los alimentos), irá hacia las familias, junto con una idea positiva hacia lo verde y hacia la Naturaleza. Recordemos que en las huertas orgánicas no se utilizan productos químicos de ninguna especie. El objetivo es que las familias generen sus propias huertas orgánicas, para que ese aprendizaje tenga un “anclaje” en la cultura de esa familia: que las huertas lleguen para quedarse en la casa. 
Pero todavía el camino está sin andarse: menos del 5% de los argentinos come la cantidad requerida de frutas y verduras. 
Recordemos siempre que tanto frutas y verduras tienen que ser lavadas con agua potable, o agua con dos gotas de lavandina. La verdura de hoja debe permanecer media hora sumergida en agua potable para quitarle todos los agroquímicos, si fueran verduras de origen comercial no orgánico. Incluso hay que lavar las bananas y las naranjas, ya que su manejo implica “desparramar” el tóxico que llevan en su piel; esto debe hacerse especialmente en el caso de los duraznos, dulces y ricos para las personas y mucho más para los insectos y pájaros, y por lo tanto, llevan muchos químicos para evitar que éstos se acerquen a romper el fruto.
En la comercialización que vemos en todas las verdulerías, siempre hay contaminación de frutas y verduras que escapa a nuestro control, pero que podemos eliminar gracias al agua potable. 
¿Se puede abastecer el mercado con productos orgánicos? El documental afirma que sí, aunque todavía esta forma de cultivo no está completamente desarrollada. Pero podemos empezar a buscar estos alimentos en ferias y huertas orgánicas que ya están a disposición de todos en los barrios, e incluso hay emprendimientos en los que se llevan cajas a domicilio para ponerlos en la mesa de  los usuarios. 
De todos modos, hay que decir que la mejor manera de consumir los vegetales es cruda, porque el hervor destruye sus vitaminas. Si hay que hervir, que sea con la menor cantidad de agua posible, para que este agua no se lleve los nutrientes. En cuanto a la variedad, la mayor combinación de colores es salud: variedad es salud.
Fuente: “Como luego existo”, un documental del Canal Encuentro de la República Argentina.
Imagen de portada de Frutas y Verduras - Del sitio "Alimentación Sana" de España.
http://www.alimentacion-sana.org/informaciones/novedades/frutas%20en%20dietas.htm
Imagen del Mandala de Frutas y Verduras de la página de Sustentator de facebook.
https://www.facebook.com/sustentator?fref=ts

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