Arteterapia y salud

Ayudarse con Arte cada día
 
 Hablamos mucho en nuestro programa de radio de la “Arteterapia”, y la proponemos como fórmula para sentirse bien. Darse una oportunidad de ponerle palabras a las cosas, sea en un escenario, sea a través de la música o el mosaico, es una gran ayuda para mantener el equilibrio que esta vida actual nos empuja a perder. Conozcamos esta forma de sanar. 
A lo largo de nuestro programa “Algo Especial Protagonista del Presente”, y ya desde nuestros días en programas anteriores, hablamos de la “Arteterapia”, tal vez sin conocer sus alcances teóricos. Pero conociendo sus efectos benéficos aplicados en nuestras propias vidas, podemos decir que es una terapia eficaz, económica y saludable para ayudarnos en el día a día.
Bucear en las fuentes
Analicemos primero las definiciones de quienes la enseñan y practican, la Asociación Argentina de Arteterapia, la que en su blog explica su definición:
Arteterapia es una disciplina del campo de la Psicoterapia en la que se emplean recursos de las artes con objetivos terapéuticos. Ella resulta de la convergencia de las teorías de la Psicología y las técnicas y conocimientos artísticos, abarcando así las especialidades de Musicoterapia, Danza/movimiento terapia, Psicodrama, Biblioterapia y Arte Terapia (plástica)
Veamos ahora su objetivo:
Su objetivo es utilizar herramientas que faciliten la expresión y comunicación de aspectos internos del individuo, cuya puesta en palabras resulta incompleta o dificultosa por diversas causas, apelando a medios no verbales.
¿Cómo se trabaja desde una disciplina tan bella como la Plástica?
Se trabaja con dibujos, armados, esculturas de pequeño tamaño, collages,  y otras técnicas provenientes de las artes plásticas. Nos interesa permitir que emociones y sensaciones que intervienen en un proceso terapéutico tomen colores, líneas, formas y movimientos para profun-dizar en los contenidos que afloran. De tal manera, hacemos que el material inconsciente se haga presente en forma visual para trabajar sobre el mundo de las imágenes internas del psiquismo de la persona.
El arte como fuente de  vida
Desde las famosas e impactantes Cuevas de Altamira a esta parte, la visión del arte siempre nos conmueve. Tal vez porque el arte ES la mano del hombre, nace de la mano del hombre. No podría nacer de otra mano. Dice Vicente Huidobro: “El poeta es un pequeño Dios”. Y el artista también, resida en la Prehistoria o en un quinto piso en Manhattan. Recuerdo todavía la impresión que me causó un documental donde se veía un picacho de piedra, totalmente cubierto de verde, inaccesible por los cuatro lados, casi completamente vertical. Nada podía residir allí, simplemente porque nadie podría llegar. Tendría muchos metros de alto, treinta o cuarenta, y sus paredes caían a pico. Pues bien, entre la espesura, en pleno corte de piedra vertical, tras las matas, había una hendija. Era la entrada de una caverna, una entrada muy baja.
Pero adentro, en plena selva, en una oscura cueva inaccesible, había pinturas. Y eso lo cambiaba todo. Los dibujos parecían iluminar todas la cueva. Y enseguida nos preguntamos ¿quién vivía allí y cuándo? ¿cómo accedía por ese peñasco? ¿Cómo subían y bajaban sus hijos? ¿Cuál era la antigüedad de las pinturas rupestres que allí estaban pintadas sobre los fríos muros? ¿Cientos de años? ¿Miles de años?.
Y la pregunta de siempre, la más importante: ¿por qué? ¿para qué?
El valor de decir lo que sentimos 
Una respuesta, o una parte de ella, la contesta el mismo blog de la Asociación de Arteterapia:
El arte se presenta a lo largo de la historia de la Humanidad como parte de cada cultura, represen-tando las vicisitudes presentes en cada sociedad y en cada época, siendo inherente a la expresión y a la comunicación del hombre.
Es decir, que para el hombre y su consabida “capacidad de abstracción”, el imperativo es DECIR. Porque a diferencia de los animales, al ANIMAL HUMANO lo gana la angustia y la angustia lo mata. "Angustia" se emparenta con lo "angosto", con lo que nos hace creer que nuestros caminos se van cerrando. Por eso mata al ANIMAL HUMANO. Lo mata conduciéndolo por caminos que lo alejan de sí mismo, lo mata de a poco con adicciones que intentan calmar la angustia, lo enferman somáticamente al “enviar” esa angustia al cuerpo.
Sí. Es que nuestro cerebro es muy grande, y no sabemos usarlo. No estamos preparados para usarlo para vivir todo su potencial, y nuestra sociedad no está preparada para vidas mejores. Aún. Mientras tanto, como ANIMALES HUMANOS, con mucho o poco cerebro, nuestro destino es la tristeza y la angustia, porque, a diferencia de los animales, NOSOTROS NACEMOS SABIENDO QUE VAMOS A MORIR. No nos gusta, pero lo sabemos.
Y lo que es peor, no sabemos ni tenemos la menor idea del  CUÁNDO. Queremos vivir una vida en la que podamos “hacerlo todo”, pero no podemos. La vida nos impone sus limitaciones, que son muchas. Tardamos muchos años en crecer para autoabastecernos, más que ningún animal en la Tierra. A los seis meses, un cachorro de león caza por su cuenta, o se muere de hambre. A la misma edad, un bebé humano necesita muchos años todavía para alimentarse por su cuenta, si contamos lo que lleva “autoabastecerse” y no sólo comer la comida proporcionada por los padres.
Luego de una época de fuerza y vitalidad, como es la juventud y la adultez, la madurez nos impone algunas limitaciones. Si hemos llevado una vida digna y cuidadosa, viviremos mejor. Llegaremos con fé en la Vida y ganas de vivir, pero esto no se da en todos los casos. Hay enfermedad y achaques, a veces fruto de descuidos en la edad adulta que se han dejado de lado y “piden pista” en la tercera edad. Depende más que nada de la idea que la persona tenga de la vida, de su conciencia y de su capacidad de ubicarse en su situación humana.
“Cuéntame tu vida”
Así como en la inolvidable película de Gregory Peck e Ingrid Bergman, ella, como terapeuta, le pide que le cuente su vida, así hay que volcar esa angustia, existencial o provisional, en palabras o actos. Mucho cerebro nos pide abstracción, y la abstracción necesita símbolos o palabras.
Y cuando las palabras callan, por imposiciones propias o mensajes recibidos de figuras paternas, el arte puede hablar. Abre caminos allí donde falta el Sujeto y el Predicado de las consabidas oraciones.
Formas, colores, ritmos, arcilla, danza, teatro, entre tantas disciplinas que están dentro de la producción más hermosa y fascinante que el ANIMAL HUMANO puede producir, nos pueden ayudar. Y mucho mejor si desde niños acostumbramos a los más pequeños a expresar lo que nos quieren decir con dibujos, formas y colores.
En la vida diaria
Sin llegar a la curación de patologías, tema que no dominamos, “Algo Especial Protagonista del Presente” propone a los oyentes que se acerquen al arte, simplemente, para estar bien. Siempre desde el programa tratamos de invitar a todos a asistir a Casa de Arte Doña Rosa (de Quilmes), a Teatro Don Bosco (de Bernal), a Artenpié (Quilmes Oeste), a Centro Polaridades (Quilmes Oeste), a Centro Cultural Pampero (Bernal), a Centro Federico Vallese (Quilmes Centro). Hay también en otras localidades, en otras ciudades, en todo el mundo.
Sentirse triste y “un poco caído” se puede mejorar yendo a ver una obra cómica. Es increíble cómo la unidad de la platea, que se ríe y aplaude, nos hace sentir vivos y contentos. No dejarnos deprimir, si bien a veces sabemos que las cosas no están bien. Pero sepamos poner las cosas en su justo punto, pensando que en esta vida TODO PASA. Y nosotros, como Peregrinos, debemos caminar. Un tiempo estaremos en este Planeta, y un tiempo ya no estaremos más. Pero mientras tanto, no debemos resignarnos ni dejarnos enfermar por los mensajes negativos cercanos o de los medios de comunicación. Ellos tienen muchos medicamentos para vendernos, no nos dejemos atrapar.
Busquemos soluciones verdaderas, incluso más verdaderas y reales que las que nosotros le podemos proponer como simple programa de radio. Pero no nos dejemos vencer. Hagamos la prueba. Este fin de semana que viene, vayamos a ver alguna obra no necesariamente costosa. Escuchemos música. Pintemos. Ordenemos las fotos, pegándolas en carpetas sencillas. Riámonos con una buena película. Lloremos con una obra de amor, a moco tendido.
Expresemos los sentimientos que tenemos. Que es lo único que nadie nos puede robar  ni cobrar.
Porque al fin, SOMOS ANIMALES HUMANOS.
Pero el arte lo inventamos nosotros, y está de nuestro lado.
Fuente:  http://www.asoarteterapia.org.ar/arteterapia.php
Pinturas rupestes de elmoco.com.mx. 
Imagen de las máscaras de teatro: Charis Tsevis

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