El planeta hambriento

Casi una de cada siete personas en todo el orbe, es decir, más de 850 millones, no cuenta con comida suficiente. Aunque la producción global basta para alimentarnos a todos, la incidencia de individuos que comen menos del mínimo requerido (alrededor de 2.100 calorías diarias en adultos) aumenta en más de 10 millones cada año, cifra que afecta, sobre todo, a las naciones más pobres. Aquellas con fuentes de alimento inestables están al borde de la hambruna, y muchas veces los desastres naturales o provocados por el hombre las llevan a rebasar el límite.

La sequía ocasiona más de la mitad del déficit alimentario:  hace pocos años, la “seca” dañó las cosechas de Haití, Mongolia y Laos.  El África subsahariana también se ha visto asolada por repetidas temporadas de secas. Desde 1992, el porcentaje de emergencias alimentarias ha ocasionado que se dupliquen los conflictos bélicos en lugares como Afganistán, Iraq y Sudán. El mal gobierno es otra causa del hambre. El rechazo de Corea del Norte a solicitar ayuda tras las inundaciones de los años ’90 ocasionó una hambruna generalizada. “Cada año se gestan desastres potenciales” afirma Jennifer Parmelee, del Programa Mundial de Alimentos de la ONU. “Necesitamos hallar una solución a largo plazo”.

Revista National Geographic.

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