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Herencia para un hijo gaucho


  por José Larralde,
poeta y cantautor argentino (1937-)

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Cuando el canto me llega, me llega ansí

Decidor y sentido pa' no o pa' sí

Cuando el canto me llega, suelo decir

Lo que siente el que siente y quiere sentir

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Cuando me llega el canto me meto en él

Él me cuenta sus cosas y yo, y yo también

Cuando me llega el canto, le doy mi voz

Porque quiero a esta tierra que me ha da'o Dios

Cuando suelto mi canto lo habrán de ver

Desnudo como el alma que pongo en él

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Vení y te canto, hermano, estoy aquí

Esperando tu copla en el vivir

Y abraza'o a tu copla me han de encontrar

Los que miden el tiempo que fue y vendrá

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Nocheador de recuerdos me sé esperar

Madrugadas de sueños de acá y de allá

Cuando el tiempo me llegue han de quedar

El calor de mis coplas pa' los demás

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De mirar p'arriba, se me endureció el pescuezo

De ahí, de ahí aprendí a mirar p'bajo

Y lo primero que vi me dejó asombra'o

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Vi a la raíz retorcida de una planta

Que asomaba como si fuera un callo crecido en el pecho de la Tierra

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Alrededor, las hojas caídas y el ramerío seco y derrota'o

Con un silbido gemidor y agonizante

Que acompañaba el viento del invierno

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Perdone, m'hijo, y no crea que le voy a dar consejos

Solamente en el reflejo de un parecer sin pasión

Quiero darle la ocasión de verle el alma a su viejo

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Seguro que de mi charla nada malo va a sacar

Si hasta puedo asegurar que sin tener mucha esencia

Le va a alegrar la concencia alguna que otra verda'

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Verdades que fueron yagas, verdades que alivio fueron

Verdades que se metieron con arrogancia salvaje

Es el grito del gauchaje que se escucha hasta en el cielo

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En toda la huella larga donde mi voz se escuchó

Hasta el viento se calmó para poderse enterar

Que un hombre quiso cantar y porque quiso, cantó

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Ah, m'hijo, cuando usted sepa lo mucho que puede andar

Cuando sepa la verdad de lo que el mundo atesora

Verá que el que canta llora y el que llora, canta más

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Es lindo sentirse sano y con la frente limpita

Es lindo ver de cerquita lo que de lejos se almira

Los placeres de la vida se gozan cuando palpitan

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Cuando no se quiere ver, no hay más que cerrar los ojos

Pero no es bueno, a mi antojo, ser ciego por voluntad

Castiga más la verdad en rancho que usa cerrojo

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Abra grande la brazada cuando es pa' dar bienestar

No espere a que pidan má' cuando es amor lo que imploran

Respire con las auroras y cante por la amistad

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Déle abrigo al que precisa, que su padre precisó

No olvide que si nació y una mujer fue su madre

Sabe bien que por su sangre usted recibió calor

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Siempre es poco lo que dé si de cariño se trata

Si de su pecho desata el ñudo de la bondad

Amará la libertad y ya habrá honra'o a su tata

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Nunca se sienta humilla'o ni se arrodille ante nada

Pero no gaste en parada ni se haga el lomo ladia'o

El fierro más afila'o se mella de una mirada

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Sepa morderse la lengua cuando no tenga razón

El hombre que es moscardón nunca gana una partida

La palabra bien medida tiene el doble de valor

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Si el perro mueve la cola, el perro sabe lo que hace

Nunca se meta ni pase por juez de problema ajeno

El rancho suyo está lleno de cosas por arreglarse

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Si un día le da por cantar, trate de hacerlo solito

Aprienda del pajarito que canta por ser cantor

Pero sepa que la flor primero fue capullito

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Trate de ser llegador con palabras decidoras

Las cosas más entradoras son las que el pueblo compriende

Y sepa que no se vende la idea que se atesora

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Si quiere ser hombre libre, cante por la libertad

La lucha por la verdad xe ha hecho para los varones

Ladiarse de los maulones alcanza para empezar.


Fuente: Del sitio de facebook de Javier Jimenez Lopez para Amigos de poemas y canciones.

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