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Esparta, la madre de los espartanos

¡Qué fascinante historia de la mitología griega! La leyenda de Lacedemón y Esparta es un relato de amor, realeza y fundación de una gran ciudad.

Taigete, una de las muchas pléyades que tuvo Zeus en sus amoríos, dio a luz a Lacedemón, un atractivo varón que creció para convertirse en un guerrero notable. En las tierras donde Lacedemón vivía, reinaba Eurotas, quien no tenía hijos varones y solo contaba con Esparta como su única hija. Esparta era única en su belleza y habilidades, siendo el brazo derecho de su padre en el reino.

Cuando Lacedemón conoció a Esparta, se enamoró perdidamente de ella. Eurotas, viendo que Lacedemón era un joven admirable, decidió dar su bendición para que se casara con la hermosa princesa. Además, al no tener herederos varones, le cedió tanto a Esparta como el trono de su reino.

Así, Lacedemón, ahora convertido en gobernante, decidió cambiar los nombres del país y de sus habitantes en honor a sí mismo. El país se llamó Lacedemonia o Laconia, y sus habitantes fueron conocidos como lacedemonios. Luego, fundó una gran y hermosa ciudad a la que llamó con el nombre de su amada esposa, Esparta.

De esta unión entre Lacedemón y Esparta, surgieron los lacedemonios en el Peloponeso, dando inicio a una poderosa ciudad-estado que se destacaría en la historia de Grecia.

Además, Esparta y Lacedemón tuvieron una hija llamada Eurídice, quien llegaría a ser la esposa del rey Acrisio de Argos y la abuela de Perseo, uno de los héroes más famosos de la mitología griega.

Esta historia no solo es un relato de amor y matrimonio real, sino también el origen legendario de una de las ciudades más influyentes en la antigua Grecia, Esparta.

Fuente: Del sitio de facebook de Ricardo García


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