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La poesía de "Los cálices vacíos" (segunda parte)

Continuamos con la segunda parte de la transcripción de poemas de "Los cálices vacíos", de la poetisa Delmira Agustini, publicados en 1913 en nuestra hermana República de Uruguay
Imagen de Delmira Agustini en la primera edición de
"Los cálices vacíos" 
DÍA NUESTRO
— La tienda de la noche se ha rasgado hacia Oriente.—
Tu espíritu amanece maravillosamente;
Su luz entra en mi alma como el sol á un vergel.. .

—Pleno sol. Llueve fuego. — Tu amor tienta, es la gruta
Afelpada de musgo, el arroyo, la fruta,
La deleitosa fruta madura á toda miel.

—El Ángelus— Tus manos son dos alas tranquilas,
Mi espíritu se dobla como un gajo de lilas,
Y mi cuerpo te envuelve.. . tan sutil como un velo.

—El triunfo de la Noche— De tus manos, más bellas,
Fluyen todas las sombras y todas las estrellas,
Y mi cuerpo se vuelve profundo como un cielo!
LA RUPTURA
Érase una cadena fuerte como un destino,
Sacra como una vida, sensible como un alma;
La corté con un lirio y sigo mi camino
Con la frialdad magnífica de la Muerte.. . Con calma

Curiosidad mi espíritu se asoma á su laguna
Interior, y el cristal de las aguas dormidas,
Refleja un dios ó un monstruo, enmascarado en una
Esfinje tenebrosa suspensa de otras vidas,
VISIÓN
¿Acaso fué en un marco de ilusión,
En el profundo espejo del deseo,
O fué divina y simplemente en vida
Que yo te vi velar mi sueño la otra noche?

En mi alcoba agrandada de soledad y miedo,
Taciturno á mi lado apareciste
Como un hongo gigante, muerto y vivo,
Brotado en los rincones de la noche
Húmedos de silencio,
Y engrasados de sombra y soledad.

Te inclinabas á mi supremamente,
Como á la copa de cristal de un lago
Sobre el mantel de fuego del desierto;
Te inclinabas á mi, como un enfermo
De la vida á los opios infalibles
Y á las vendas de piedra de la Muerte;

Te inclinabas á mi como el creyente
A la oblea de cielo de la hostia.. .
—Gota de nieve con sabor de estrellas
Que alimenta los lirios de la Carne,
Chispa de Dios que estrella los espíritus.—
Te inclinabas á rríi como el gran sauce
De la Melancolía
A las hondas lagunas del silencio;
Te inclinabas á mi como la torre
De mármol del Orgullo,
Minada por un monstruo de tristeza,
A la hermana solemne de su sombra.. .
Te inclinabas á mi como si fuera
Mi cuerpo la inicial de tu destino
En la página oscura de mi lecho;
Te inclinabas á mí como al milagro
De una ventana abierta al mas allá.

¡Y te inclinabas más que todo eso!

Y era mi mirada una culebra
Apuntada entre zarzas de pestañas,
Al cisne reverente de tu cuerpo.
Y era mi deseo una culebra
Glisando entre los riscos de la sombra
A la estatua de lirios de tu cuerpo!
Tú te inclinabas más y más.. . y tanto,
Y tanto te inclinaste,
Que mis flores eróticas son dobles,
Y mi estrella es más grande desde entonces.
Toda tu vida se imprimió en mi vida.. .

Yo esperaba suspensa el aletazo
Del abrazo magnífico; un abrazo
De cuatro brazos que la gloria viste
De fiebre y de milagro, será un vuelo!
Y pueden ser los hechizados brazos
Cuatro raíces de una raza nueva:

Y esperaba suspensa el aletazo
Del abrazo magnífico. . .
Y cuando,
Te abrí los ojos como un alma, y vi
Que te hacías atrás y te envolvías
En yo no sé que pliegue inmenso de la sombra!
Fuente: Del sitio digital de la Biblioteca Digital Hispánica.
http://bdh-rd.bne.es/viewer.vm?id=0000041909&page=1

La imagen de portada pertenece al artista Robert Hefferan, y pertence al sitio digital Arte y Cultura de Facebook.
"Nacido en Manchester en 1968, las bellas pinturas al óleo de Rob Hefferan son casi indescriptibles. Tiene la rara y misteriosa habilidad de crear escenas realistas con solo su imaginación y un pincel. La forma en que capta los tonos de piel, el movimiento y la tela es notable".
Fuente: Del sitio My Modern Met.
https://mymodernmet.com/fine-art-rob-hefferan-12/

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