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Cuento del pueblo basuto

Los cuatro jóvenes y la mujer
        Cuentan que había en otro tiempo cuatro jóvenes. Había también una mujer. Esta mujer vivía en la vertiente de una colina pequeña. Los cuatro mozos vivían en otra colina. Los mozos se dedicaban a cazar animales fieros. La mujer no sabía cazar; permanecía sentada, sin hacer nada, sin tener qué comer. Los mozos cazaban animales fieros y se alimentaban de su carne.
  Uno de ellos dijo:
-Allí hay un ser semejante a nosotros. ¿Quién caza para él, puesto que se pasa el día sentado?
        Otro respondió:
-No es semejante. Es un ser que no puede cazar animales como nosotros cazamos.
        Replicó el primero:
-Tiene manos, pies y cabeza, como nosotros. ¿Por qué no ha de ir también de caza?
        Otro dijo:
-Voy a ir a ver qué clase de persona es
        La encontró sentada, como siempre. Le preguntó:
-¿Cómo eres tú?
        Respondió ella:
-No como nada; me alimento de agua.
-¿De veras?
-Sí.
        Volvió a sus compañeros y les dijo:
-No es un ser de nuestra especie; es de una especie muy diferente; es un ser que no puede ir de caza.
        Le preguntaron:
-¿Qué forma tiene?
-Tiene, como nosotros, manos, pies y cabeza; en lo demás no se nos parece. 
-¿Enciende lumbre?
-No, vive sin lumbre.
-¿Qué come?
-Bebe agua, no come absolutamente nada.
        Los otros mozos se maravillaron. Y, acostándose, se durmieron.
 Thaba Bosiu, también reconocida como Thaba Bosigo, es una maceta de piedra arenisca que tiene un área de aproximadamente dos kilómetros cuadrados y una altura de más de 1.800 metros sobre el nivel del mar. Este lugar se encuentra entre los ríos Caledon y Orange en el Distrito Maseru de Lesoto, a sólo unos veinticuatro kilómetros de la capital del país, Maseru.
        Al día siguiente fueron de caza y volvieron con las piezas cobradas. Entonces uno de ellos dijo:
-Compañero, voy a dar un pedazo de carne a esa persona, a ver si la come.
        Y efectivamente, cortó un pedazo de carne, tomó lumbre, reunió estiércol seco y fue donde estaba la mujer, echó lumbre, asó la carne y se la dio, diciendo:
-Toma y come.
        La mujer tomó la carne y se la comió. El mozo la vio comer y se maravilló. Entonces le dio otro pedazo de carne, diciendo:
-Toma y ásalo tú misma.
        Después se volvió con sus compañeros y les dijo:
-Esa persona ha comido carne igual que nosotros; pero no es de nuestra especie, porque no puede matar caza.
        La mujer estaba desnuda: también los mozos, pero ellos se cubrían con pieles frescas de los animales que mataban; no sabían curtirlas ni conservarlas. Llevaban las flechas enredadas en la cabellera. Al día siguiente el joven volvió a buscar a la mujer y le llevó carne. Los otros le dijeron:
-Si vas a estar cazando para esa persona, no te daremos ya parte de nuestras presas.
        Cuando la mujer se hartó de carne tuvo sed; entonces tomó arcilla y formó un vasito; lo puso al sol para secarlo, y en seguida fue a tomar agua en el vaso; pero el vaso se rajó. La mujer, disgustada, fue a beber, como siempre, de bruces en el agua.
        Empezó a hacer otro vaso de arcilla, después otro, los secó al sol, reunió estiércol seco y encendió lumbre para cocer los vasos; terminados, fue a buscar agua y vio que el agua no los destruía. Puso en uno de ellos agua y carne y lo arrimó a la lumbre. Cocida la carne, la sacó del vaso, la puso en una piedra lisa y se la comió; pero dejó un pedazo en el vaso.
        El hombre llegó, trayendo la caza que acababa de matar. Ella le dijo:
-Come un poco de esto, ya verás lo bueno que está.
        El mozo comió la carne, bebió el caldo y se maravilló. Después volvió con sus compañeros, y les dijo:
-Compañeros: aquella persona moldea la arcilla; en un vaso toma agua, en otro hierve la carne; probad la carne que ha cocido. Seguramente, esa persona no es de nuestra misma especie.
        Maravillado, fue otro de ellos en busca de la mujer, la miró, comió la carne, bebió el caldo y se quedó estupefacto al ver los vasos de arcilla que había moldeado. Volvió a sus compañeros y les dijo:
-Es un ser de otra especie.
        Entonces, el joven que se había ocupado primero de ella, permaneció con la mujer, y le llevaba todos los días la caza que mataba; ella, por su parte, se la preparaba lo mejor que podía. Los otros tres mozos se fueron, dejando a su compañero con la mujer. De este modo vivieron juntos.
Tierra natal del pueblo basuto, actualmente Lesotho, en la República Sudafricana.
“Los cuatro jóvenes y la mujer” (cuento basuto) – del libro “Leyendas y cuentos folklóricos”, Biblioteca Básica Universal, Centro Editor de América Latina, Estudio preliminar y selección de Graciela Dragoski y Eduardo Romano, Buenos Aires, año 1981.
Dentro de la República Sudafricana se encuentra un país independiente, Lesotho

Vean aquí a los misioneros de la Iglesia Bautista actual visitando al pueblo basuto (o basotho) en la actual Lesotho, en Youtube: 
Un pueblo donde el 60% de la población está infectado con el HIV, y padecen mucha necesidad.
Alan y Babs Dial están trabajando con los Basuto, una etnia no alcanzada en las montanas Maluti en Lesotho. Juntos con los voluntarios que llegan desde iglesias Americanas, ellos ayudan a los que están muriendo de sida, hambruna, y los que están perdidos sin las buenas noticias de la Biblia.
Para mas información sobre los Basuto visita:
Foto de portada, mujer del pueblo basuto - Del sitio Trip Down Memory Lane.
http://kwekudee-tripdownmemorylane.blogspot.com.ar/2013_02_01_archive.html
Fotos de la patria del pueblo basuto - Del sitio Ser Turista de Maritza Cárdenas.

Maritza Cárdenas

Escritora, periodista y amante de descubrir el mundo. Comunicadora Social y periodista de profesión, y una viajera por pasión que quiere compartir lugares y curiosidades del mundo.
http://serturista.com/libia/thaba-bosiu-fortaleza-del-pueblo-basuto/
Mapa de Sudáfrica y Lesotho - Del sitio Fanguide (en alemán)
http://www.fanguide-wm2010.de/index.php?id=spielorte

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