Los sábados y domingos de septiembre, Casa Doña Rosa presentará “La Asamblea de las Mujeres”, versión libre de la obra de Aristófanes. Mucha música, muchos cambios de ropa, mucho color, y mucha, mucha diversión. Las mujeres toman el poder y sólo Dios sabe cómo terminará el asunto. Para no dejar de ver!
¡Último momento! Nos llegan noticias desde Atenas: la revolución ha sido consumada. ¡Las mujeres han tomado el poder y están dictando sus propias leyes!. Y Casa de Arte Doña Rosa no es ajena a esta verdadera muestra de poder femenino, ya que es en su sala donde todo comenzó. O un poquito antes, con don
Aristófanes, que muy contento estará, allí en el
Inframundo (ya que para los griegos no había un
“Cielo” tal como nosotros lo concebimos), viendo a la gente reír, como era su oficio y su vocación. Hacer reír y hacer pensar, una dupla que no siempre va de la mano, pero aquí, en
“La Asamblea de las Mujeres”, se hace realidad todos los sábados a las 21 y los domingos a las 20. ¡Y con entrada libre y gratuita!
Sabemos que
Aristófanes es el escritor de comedia más recordado del antiguo Teatro Griego. Una de sus muchas obras, que hacían destermillar de risa a todos los atenienses, fue
“La Asamblea de las Mujeres”, y es sabido que en sus textos marca muchas situaciones donde el humor es una de las formas de la crítica social. Incluso en su obra
"Las Nubes" representa al querido
Sócrates como un ancianito molesto que daba cháchara (vana, por cierto) a los jóvenes de la Hélade. Pues bien, este humor crítico recorre todas sus obras, mostrando aspectos que son propios de la sociedad griega pero… son de todos los tiempos. Y recorren la Historia.
Así en esta obra se habla del patriarcado, del matrimonio, de la situación de las mujeres, del amor, y fundamentalmente, del poder. Porque el dicho dice que
“el amor es más fuerte” pero lo cierto es que el poder lo es más. Y el poder está en manos de los hombres, al menos lo estaba hasta hace muy, muy poquito tiempo. Y por eso esta versión libre no se limita a la referencia griega, sino que da unas pinceladas de tango
“bien reo”, de vaqueras dispuestas a todo, de temas de
“rap griego revolucionario” y muchas cosas más. Hasta que llega el amor, de la mano de un baile americano (de muy buena factura, por cierto) lo que nos indica que, como siempre, la Biblia tiene razón cuando dice en el
Eclesiastés: “No hay nada nuevo bajo el sol”. Es decir, la lucha de la mujer no es sólo griega, sino es la lucha de la historia del mundo.Y el Amor no muere jamás.
Aquí, en la versión de la Directora Susana Herrero Markov, como en la obra de Aristófanes, las mujeres les quitan la ropa a los hombres, van a la Asamblea vestidas como tales y toman el poder, dictando leyes revolucionarias que marcan la igualdad de los sexos, el compartir hijos y responsabilidades, y muchas otras leyes más (no las vamos a contar todas, para que la obra no pierda el suspenso). Así vemos en escena a Alfredo Villa, Ana María Zanini, Eduardo Campos, Estela Garrido, Graciela Schtutman, Laura Abarzúa, Laura Lucía Sallal, Marcela Mateos, María Cristina Finoli, María Mercedes Soria, Nicolás Gulo, Patricia Ortega, Ricardo Antequeda, Romina Luque, Silvia Olano, Stella Maris Romano, y como cantante (tan especial, tan personal), María Cristina Finoli. Todos muy bien puestos en sus puestos, y transmitiendo todo el cariño que sienten por el teatro y por el contacto con el público.
Como dijimos, el Concepto y Dirección está a cargo de Susana Herrero Markov, y luego, como siempre, el mejor equipo técnico: Diseño de luces a cargo de José Ignacio Oreguy, las Coreografías de Daniela Fernández, la Asistencia de escenografía a cargo de Carlos Romero, el Diseño de Sonido y Vestuario a cargo de Susana Herrero Markov. Realización de túnicas (hermosísimas), de Alejandra Bajosh, Asistencia de Vestuario de Laura Abarzúa y elenco, Asistencia de Utilería de Estela Garrido y elenco, y Asistencia de Sala de Cristian Cremonte, mientras que la Asistencia de Dirección es de Romina Luque. Muy buena factura, puesta en escena, música e iluminación: aseguramos que no falta nada, ni siquiera la lira que se tañía en los Banquetes.
Pues bien, con un ejército tan nutrido se puede hacer la revolución y se hará, todos los sábados y los domingos de septiembre, entre risas y aplausos, tanto como
Aristófanes lo querría. María Cristina Finoli nos canta sus tangos, que nos marca la vuelta, una y otra vez a lo largo de la Historia, del tema del amor, del tema de la mujer. Los hombres, por supuesto, protestan y se niegan a acatar las leyes dictadas por las mujeres. Los jóvenes, a Dios gracias, se siguen enamorando y bailan, siguen luchando y la revolución llega. Y desde su palco, las mujeres mandan.
“Somos las mejores mujeres de la ciudad, las que valemos algo”, dicen, y dicen más:
“Nos lanzaremos a un objetivo importante, nos apoderaremos de los asuntos públicos de la ciudad”.
Y para buscar “guía espiritual” las mujeres van a consultar el Oráculo, y el Oráculo les recita un texto de Lao Tsé con precisión y gran profundidad. Ellas no comprenden mucho, pero deciden “tomar el toro por las astas” y dictar las normas que su propio pensamiento les indica. Y con las cacerolas, marchan al grito de
“¡Y ya lo vé, y ya lo vé, para los hombres que lo miran por tevé!”. Y en algún momento habrá un gran banquete, pero no diremos nada. Habrá que ir hasta Colon 279, de Quilmes Centro, donde toda esta situación revolucionaria se está gestando. Será cuestión de agarrar al marido del brazo y llegarse hasta allá, con cacerola o sin ella, porque las cosas están cambiando.
Y si las cosas están cambiando, usted, señora, ¿se va a quedar afuera de la Historia?
Biografía de Aristófanes
Leyendo a Aristófanes es posible hacerse una idea de las intensas discusiones ideológicas (políticas, filosóficas, económicas y literarias) en la Atenas de aquella época.
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| Aristófanes |
Su postura conservadora le llevó a defender la validez de los tradicionales mitos religiosos y se mostró reacio ante cualquier nueva doctrina filosófica. Especialmente conocida es su animadversión hacia Sócrates, a quien en su comedia Las nubes lo presenta como un demagogo dedicado a inculcar todo tipo de insensateces en las mentes de los jóvenes. En el terreno artístico tampoco se caracterizó por una actitud innovadora; consideraba el teatro de Eurípides como una degradación del teatro clásico.1Desde su juventud escribió comedias. Se conservan once obras suyas, desarrolladas con una estructura definida en la que alternan el diálogo y el canto:
- Los acarnienses, 425 a. C.
- Los caballeros, 424 a. C.
- Las nubes, 423 a. C. Una sátira contra los nuevos filósofos, como Sócrates.
- Las avispas, 422 a. C.
- La paz, 421 a. C.
- Las aves, 414 a. C. Una sátira del imperialismo ateniense.
- Lisístrata, 411 a. C.
- Las Tesmoforias, 411 a. C.
- Las ranas, 405 a. C.
- Las asambleístas, 392 a. C.
- Pluto, 388 a. C
Aristófanes presenta su primera comedia a un certamen siendo tan joven que no la puede hacer con su nombre, esto es más por una cuestión tradicional ya que era perfectamente legal. Esta pieza, hoy desaparecida, se estrenó en el año 427 a. C. y fue llamada Los convidados. Su segunda obra es Los babilonios, y fue representada en 426 a. C. Esta comedia tampoco ha llegado hasta nuestros días.
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