Nikola Tesla, una voz que se quiso callar (segunda parte)

Continuamos nuestro trabajo de búsqueda en la Hemeroteca Digital de la Biblioteca Nacional de España, que con tanto acierto proporciona información de los diarios de ese país a los que digitaliza y comparte en la Web. De esta manera, podemos entender cómo se interpretaban por aquella época, principios de 1900, los increíbles inventos del gran Nikola Tesla, muchos de los cuales hoy "damos por sentado" pero en realidad, no hubiera existido sin este gran, gran hombre. ¡Incluso uno de los textos fue escrito por él!
Veamos las otras publicaciones:

Diario El Día, viernes 29 de abril de 1899, año XX, número 6794. 
Los inventos de Tesla 
        "El famoso electricista Nikola Tesla ha declarado en una interview, que está haciendo experimentos con aparato telegráfico de su invención, con el cual espera poder trasmitir hasta 2.O0O palabras por minuto, sin necesidad de hacer uso de los hilos ordinarios. Éste y otros muchos inventos de Tesla, cuya solución se ha anunciado para muy en breve, son acogidos por los electricistas ingleses con la mayor incredulidad".
http://hemerotecadigital.bne.es/issue.vm?id=0002406003&page=2&search=nikola+tesla&lang=es

Diario La Reforma, Madrid, martes 23 de mayo de 1899, Año II, Número 149.
 Telegrafía sin hilos
        "París 22 de mayo. Dicen de Nueva York, que el electricista profesor Nikola Tesla ha llegado á Colorado Spring, donde se dedicará por espacio de tres meses á estudios completos sobre telegrafía sin hilos, trabajando sobre alturas de 10.000 á l1.000 pies sobre el nivel del mar. Para ello ha construido una torre do acero, de 80 pies de alto, en la cima del pico de Peak. 
         Los aparatos en la plataforma de su torre señalan 14.22.3 pies y un área de 50.000 millas cuadradas. M. Tesla dice que necesita estudiar las más altas capas del aire y las perturbaciones eléctricas que allí se verifican por enrarecimiento del aire. Cuando haya dominado esa materia, intentará dibujar un aparato que pueda sor usado para trasmitir despachos á largas distancias. Tesla espera perfeccionar de tal manera sus aparatos, que puedan enviarse telegramas desde el pico de Peak, á través del Atlántico, á París". 
http://hemerotecadigital.bne.es/issue.vm?id=0029034608&page=1&search=nikola+tesla&lang=es

Revista La Energía Eléctrica, año 1899, Número 9, página 6.
 Crónica científica 
        "La luz diurna artificial.— Se asegura que Nikola Tesla, el gran electricista húngaro, acaba de fabricar la luz diurna artificial. A todos los curiosos que visitan su laboratorio les enseña numerosos globos de cristal de diferentes tamaños que parecen soles en miniatura. Están aparentemente vacíos, no tienen alambres dentro, no hay tampoco alambres exteriores, ni se queman los dedos al tocarlos. La luz no afecta la vista, como sucede con la luz solar y con la luz eléctrica. Se dice también que gran número de los principales fotógrafos de Nueva York y de Chicago están haciendo instalar la nueva luz en sus salones y estudios. «He presentado mi luz á los fotógrafos en primer lugar—dice el inventor—porque, siendo tan escrupulosos en cuanto á la luz, serán indudablemente mis más severos críticos. Si logro satisfacer á los fotógrafos, estoy seguro de satisfacer al mundo entero.» 
http://hemerotecadigital.bne.es/issue.vm?id=0005194334&page=6&search=nikola+tesla&lang=es

EL MUNDO NAVAL ILUSTRADO  - Publicación de Madrid, 1ero. de enero de 1899, Año III, Número 41.  Director D. Pedro de Novo Colson.
Cartas desde New York 
(fragmento) 
        “Los movimientos de los barcos americanos en el mar de las Antillas durante el bloqueo de la isla de Cuba llenarían un volumen. Los torpederos prestaron muy buen servicio por su mucho andar; pero con frecuencia ocurrían roturas de máquina, y á no haber sido por la previsión de este Gobierno de hacer acompañar la Escuadra mandada por el Almirante Sampson por el Vulcan, buque-taller, no sólo aquellos barcos pequeños, sino los grandes, en más de una ocasión hubieran tenido que abandonar las aguas de Cuba para hacer indispensables reparaciones en Norfolk. ( Se refiere a la Guerra entre España y Cuba, que fue su última colonia en independizarse). 
        En tanto los americanos no se apoderaron de Guantánamo ó Santiago, la necesidad de hacer carbón en alta mar ponía á los Comandantes de los barcos en serios aprietos, y las carboneras nunca se vieron llenas. Parece ser cierto que los americanos tenían casi de continuo un barco carbonero en un puerto ó bahía deshabitada de Haiti, adonde acudían ciertos buques de la Escuadra á hacer carbón; también frecuentaban con igual objeto Kingston, en Jamaica. 
        El bloqueo de varios puertos de Cuba fué mantenido casi de continuo por barcos de poco porte, habiéndose habilitado para este servicio una docena de remolcadores tomados de la industria particular y varios yates, amén de varios torpederos y cañoneros; también se comprendieron al principio varios monitores, pero esta clase de barcos ha dado pocos resultados prácticos por su poca fuerza de máquina, escaso andar y malas condiciones marineras; dos de ellos fueron tomados á remolque al ir el Almirante Sampson á Puerto Rico en busca de nuestra Escuadra, y al bombardear los fuertes de San Juan, tal era el balance de estos buques que con dificultad apenas si pudieron hacer ningún blanco. 
        Durante la guerra el Gobierno tenía un ojo puesto en el submarino Holland, las varias pruebas que se habían hecho con este barco resultaron satisfactorias, y á prolongarse la guerra se hubiese indudablemente utilizado para explorar la  entrada de los puertos de nuestras Antillas. 
        En la actualidad se construye en Baltimore, por cuenta del Gobierno, un barco submarino  de mayores dimensiones que el anterior y basado en los mismos principios. También se pensó entonces en transportar á Cuba él Argonauta, que va montado sobre ruedas cual un vehículo para recórrer el fondo del mar. Estos proyectos y otros estupendos  propuestos al Gobierno el notable electricista Nikola Tesla, para destruir nuestra Escuadra con la electricidad, no llegaron a ponerse en práctica con la inesperada terminación de la guerra".

El último invento de Tesla 
        "NICOLAS Tesla, el sabio de verdad — hay que especificarlo así, porque hoy, decir sabio á secas, es no decir nada,—el que, trabajando en unión de Edison—otro gran sabio verdadero á quien la senectud obliga á dormir sobre laureles—consiguió la celebridad hace ya tiempo, acaba de solicitar patente de invención por un procedimiento cuya importancia es capital para el mundo entero, proceder que está suscitando grandes discusiones y muchas envidias, hijas, como casi siempre, de la vulgar injusticia, más digna de compasión que de desprecio. 
        Leyendo el New York Herald del 13 de Noviembre anterior, pueden conocerse las afirmaciones hechas por este genio, y, descartando las exageraciones que atribuirse deben al repórter, darse idea aproximada del importante descubrimiento logrado por el ilustre electricista. 
        Por más que no consta el nombre del joven sabio Marconi— también sabio de veras—en los escritos de dicho repórter, á cuantos sigan con interés estos estudios se alcanza que,  el nombre del notable italiano debe unirse al de Tesla en este asunto, porque á Marconi débese en primer lugar la base del invento de Tesla y, si han coincidido, Marconi tiene con justicia la prioridad; hace ya tiempo que experimentó su telegrafía sin hilos, y la facilidad comprobada de impresionar á distancia, sin conductor visible alguno, un aparato preparado para obedecer los mandatos de otro aparato puesto en manos del operador, que es el hecho primordial y, por lo tanto, la base en la que se funda el nuevo invento de Tesla
        Ahora bien, Marconi no ha logrado vencer las distancias que Tesla asegura haber vencido, y este mérito indiscutible le sobrepone en lauro al que merecidamente alcanzó Marconi; Tesla afirma que podrá transformar la fuerza del Niágara en energía eléctrica, transportable sin necesidad de hilos hasta París, pudiendo utilizarla en la próxima Exposición para cuantos usos sea precisa. 
        No discutiré esta aseveración, porque está fuera de lo razonable, ni me mostraré incrédulo, porque de la electricidad todo puede creerse: me limitaré á estudiar lo esencial de la nueva patente de Tesla, singularizándola á la dirección de barcos conseguida desde la costa por medio de su ya famoso oscilador sin necesidad de que los referidos barcos lleven tripulantes ni de que los una al oscilador conductor alguno. 
        Los cronistas que ya han dicho algo de este prodigioso invento, han dejado correr la pluma fantaseando lo bastante para perjudicarle inconscientemente, al extremo de haber afirmado que desde New York podría Tesla dirigir los barcos, destruir las Escuadras europeas y que sé yo cuántas inexactitudes más. Tesla no pudo afirmar esto, porque su invento, como antes he escrito, se refiere á impresionar un aparato con otro aparato, y solamente los barcos preparados previamente dotándoles del aparato receptor, pueden obedecer los mandatos del operador desde la costa manipulando en el aparato impresor; hase asegurado, además, que la visibilidad no era necesaria para el operador; tampoco es cierto: es imprescindible que el operador conozca la situación del objeto al que se dirige, pudiendo, á lo más, perder de vista al aparato receptor lanzado, pero sin dejar por eso de conocer los incidentes de su marcha, dada la estrecha vinculación de ambos aparatos, que se preguntan y responden á cada momento en tanto que funcionan con la regularidad prevista. 
        Es decir, que el invento de Tesla se refiere á dar dirección á un barco especialmente construido sin necesidad de tripulantes ni de conductores metálicos, siendo la electricidad la que realiza este hecho sin otro conductor que la misma atmósfera. Quien haya visto funcionar la telegrafía de Marconi se explica claramente el invento de Tesla, que el New York Herald ya repetido, demuestra gráficamente en el dibujo que va á seguida, en el que puede verse al operador dirigiendo desde la costa á un barco dinamitero que irá á explotar contra uno de los grandes acorazados colocados allá en el horizonte. 
        ¿Es esto posible.? Sí que lo es; el feliz resultado depende de la precisión dada á los aparatos, precisión que Tesla debe haber estudiado concienzudamente, desde el momento que le han visto dirigir así un pequeño barco en un estanque y, sobre todo, desde que ha solicitado la patente en cuestión; la seriedad de su buen nombre no permite creer en impaciencias temerarias. 
        Si hubiéramos de tomar en consideración todo lo que el New York Herald pone en labios de Tesla, desde luego juzgaríamos al electricista austríaco de soñador y de perturbado, porque le hace decir cosas de las más inverosímiles y descabelladas. Lanzar alrededor del  globo terrestre millones de millones de volts, atravesarle con ellos, acaparar todas las fuerzas electro-magnéticas de nuestro planeta, es una afirmación que por lo rotunda hace sonreír, y sin negar á su oscilador el mérito que tiene, no puede convertírsele en la palanca soñada por Arquímedes, haciendo de él un poder tan soberano, tan fijo é infalible como la frase le define. 
        Trasladar hasta París, Londres, Nueva York, San Petersburgo y Pekín, sin necesidad de conductores, las energías logradas por trasformación eléctrica de las grandes caídas del Niágara, del Yellowstone, de Alaska y de las barrancas del Colorado, con ser de ejecución dificilísima, pudiera ser más posible, pero aun siéndolo, no debe ser afirmado tan rotundamente porque predispone en contra de inventor tan eximio, y si con el oscilador impresiona á distancia de cincuenta millas al dinamitero provisto del aparato perceptor, pudiera no suceder lo mismo tratándose de distancias tan considerables como las que le separarían de las fuentes de fuerza á los puntos marcados para su aprovechamiento, teniendo que salvar obstáculos tal vez insuperables, por elevada que pudiera ser la situación en la que se colocase al oscilador dicho. 
        Por lo demás, bien se comprende que, si el oscilador manda á cincuenta millas con tal que á esta distancia funcione un aparato perceptor que obedece, salvando los obstáculos, bien pudiera otro oscilador gigante por su condición de impresionar hacer ejecutar sus mandatos á otro aparato perceptor tan considerablemente distanciado; la cuestión está en esos obstáculos que al paso encuentre, en conocer la ruta de la corriente, en tener idea exacta del lugar donde las energías eléctricas transportadas han de accionar, en fin, en infinidad de dificultades que á la voluntad de un hombre ni de muchos no es dado prever ni aun, previstas, dominar. 
        Lord Kelvin, al decir del periódico norteamericano, quedó admirado ante el oscilador que tales fenómenos  produce, viéndole funcionar, y la descripción que hace de los mismos es de las más extrañas cuanto pintorescas. Truenos, rayos, centellas, auroras boreales, de todo tiene, y no con dulzura ni parsimonia, en la descripción, sino que adornándola de lo más mayúsculo, de lo más espantoso y retumbante. No dudo de que el oscilador origine rayos, efluvios, centellas, etc., porque sin él, por mí mismo los produzco en mi gabinete electroterápico; mas paréceme exagerado esas tronadas y tempestades violentas. La electricidad estática origina todos esos fenómenos menos el trueno, que yo no he llegado á producir. ¿Es la electricidad estática la que usa Tesla para su invento?          Me inclino á creerlo, si bien es indudable que otras nuevas energías eléctricas y electromagnéticas la complementan. Y muéveme á creerlo así el hecho, por mí comprobado, de poder actuar electroestáticamente sobre cuerpos ligeros para moverlos á mi antojo; pero, de todos modos, esa influencia que á tantas millas alcanza es digna de admiración grande y escapa á la experimentación propia de mis modestísimos medios de estudio. 
        El repórter del New York Herald dice así hablando del oscilador repetido:—Ayer vi la máquina; al tocarla Tesla con el dedo se iluminó con miles de centellas en color y en forma parecida á una aurora boreal de veinte pies de diámetro, acompañadas de lenguas flamíferas que explotaban constantemente con el rugido de un ciclón. 
-¿Y qué es esta fuerza eléctrica?
—Luz invisible—dijo Tesla. — 
        Sin la exageración en estas frases, la última exclamación de Tesla corresponde á la electricidad estática. Haced, si no, funcionar á una máquina de Carré y notaréis bien pronto, estando en obscuridad, que del peine de tierra, como del que recoge la electricidad para el acumulador, se desprende una luz azulada; esta misma luz la podréis obtener más viva colocando los dedos á cierta distancia del disco de ebonita, lo mismo que dirigiéndolos sobre el banquillo aislador sin llegarle á tocar; al mismo tiempo oiréis el ruido propio de un viento fuerte, y si os colocáis sobre el banquillo y mano ajena os excita, percibiréis la sensación del aire que os azota.
        Acelerando más la excitación surgirán las chispas, pequeños rayos iguales á los de las tormentas. Hace tiempo que yo estudio el modo de colorear á esta electricidad, y ya una vez conseguí formar una especie de nube azulada sobre el banquillo aislador, sin que en sucesivos ensayos haya vuelto á conseguirlo; sabe Dios qué circunstancias especialísimas concurrieron á mi experimento, pero sería de grande valor el hacer visible la atmósfera electrizada que se produce estáticamente; bueno es saber que sirve á los rayos X lo mismo que la producida por una bobina, para comprender que la electricidad estática es digna de mejor estudio, y bien pudiera ser que Tesla se haya fijado en ella con el cariño que merece, consiguiendo los maravillosos resultados que nos cuentan.
 -Así como algunos miles de volts usados para el alumbrado eléctrico, tranvías ó para electrocutar en Sing Sing, producidos por una dinamo, alumbran, mueven y matan, así millones de volts de esta electricidad que inunda una habitación de centellas, rayos y ruido de un ciclón de  flameante tempestad no hacen mal alguno, no matan, no obstante de desarrollarse una fuerza millones de veces mayor que la producida por la dínamo más poderosa—dice Tesla.
— Y el repórter añade:—Con esta máquina, creadora de millones de volts, Tesla precipita el vastísimo océano de la electricidad de la tierra en un verdadero ciclón. Esta electricidad es tan rígida como el acero, es miles de millones de veces más ligera que el aire, se halla en todas partes, en la tierra, en el mar, en la atmósfera, en el éter... 
        Así es la electricidad estática, y pues llega el caso, no está demás aprovecharle para combatir las preocupaciones del vulgo que, no distinguiendo esta electricidad de la dinámica, la confunde en sus efectos creyéndoles los mismos que origina el cable del tranvía eléctrico, los conductores del alumbrado eléctrico, etc., etc.; esas chispas que se escapan de los dichos cables son distintas a las producidas  electroestáticamente; aquéllas peligrosas, éstas inofensivas y de  acción terapéutica, notable como tratamiento de muchas enfermedades, especialmente nerviosas. Acerca de este asunto hace ya días que La Época  tiene un artículo mío, lo publicará cuando asuntos de interés más palpitante para todo diario político dejen lugar a la sección  especial de la que estoy encargado, bajo el rubro Conversaciones
        Tesla compara al universo entero con un saco inmenso lleno de electricidad (“all the universo is a big bag of electricity”), y la presión hecha sobre el saco en un punto repercute en los otros más distantes. Por cierto que, al citar puntos como ejemplos, dice “en nuestras Filipinas” ("in our Philippines") anticipándose a los hechos. Estas presiones comparadas, manifestadas como ejemplos prácticos, son la base de su sistema, y así asegura que, dado un saco que se extendiera desde New York hasta Chicago, comprimiéndole con el puño en la primera de las citadas poblaciones, sentiríase la presión en la última antes dicha ciudad a 800 millas de distancia; puede dar la vuelta a la tierra –dice- diez y seis veces en un segundo. 
        Cuando al funcionamiento de su máquina, lo explica merced al establecimiento de dos circuitos eléctricos, uno en tierra y otro en el barco que maneja, función que ilustra en la memoria que acompaña a su patente con el dibujo que copio. Ambos circuitos dispuestos en perfecta consonancia, compáralos a dos violines en íntimo acuerdo y preciso diapasón; si se hace sonar uno de ellos responde el otro en el mismo tono, asegurando además que el oscilador que produce estas transmisiones puede llevarse en el bolsillo como una petaca. Esta afirmación es verdaderamente extraña, y debe ser cierta, porque el número posterior del  Herald aparece una carta firmado por Tesla en la que autoriza la especie; allá veremos. 
        A primera vista este invento representa un poder infinito para la guerra; más haciendo justicia a Tesla, no ha sido éste su principal pensamiento, que clara y francamente expresa diciendo así: “No puede calcularse su valor para salvar vidas en el mar y en los naufragios. El operador puede lanzar así un bote salvavidas, recoger los naúfragos en lucha con los elementos, revolver el barco y traerlo nuevamente  a la costa con la preciosa carga. También puede emplearse como barcos pilotos, como transportes de cartas, provisiones ó material de cualquier género; para establecer comunicación con regiones inaccesibles, para matar y apoderarse de ballenas, etc., porque con el procedimiento al igual pueden moverse barcos que carros ó globos".
        Los anteriores dibujos se refieren á detalles del barco destinado para la destrucción de otros, enemigos. Los cito á título de curiosidad, sin entrar en otros detalles que harían interminable este
artículo; bastará saber que, al decir del inventor, todo está de modo tal previsto, que el barco es manejado desde la costa á voluntad; el timón F' lo dirige con la precisión más exquisita, valiéndose del aparato que va representado en otro anterior dibujo, en el que se detalló con el dicho aparato al barco lejos de él y sobre el agua, y que, á las objeciones, sátiras y críticas hechas hasta ahora Tesla ha respondido con las siguientes frases, que le honran y desde luego predisponen á su favor: «La vida es demasiado corta para emprender la defensa de mi obra; prefiero dedicar cada hora y cada minuto a perfeccionar mi invento, dejando que los resultados justifiquen mi juicio y mi habilidad". 
        Que así sea es mi deseo, como el de cuantos se interesan por el universal progreso, con el que, cuando la ciencia llegue á dominar al brazo, la razón imperará como soberana y la paz, fuente del bienestar y del trabajo, será el nuevo sol que nos ilumine, vigorice y aliente después de este siglo, que acaba como anuncian las Escrituras que acabará el mundo..."
Dr. Alberto DÍAZ DE LA QUINTANA
http://hemerotecadigital.bne.es/issue.vm?id=0004263485&page=3&search=nikola+tesla&lang=es

MAR Y TIERRA, REVISTA UNIVERSAL, Barcelona, 14 de julio de 1900, Año 1, Número 24. 
 La transmisión de fuerza "Nikola Tesla" 
        "Se acaba de publicar en América una nueva patente del Sr. Nikola Tesla, para la transmisión eléctrica de la fuerza por medio de las capas superiores de la atmósfera. El inventor se propone usar globos para alzar sus conductores de despacho y de recepción y emplear presiones eléctricas tan altas que den millones de voltas, con una frecuencia de muchos miles por segundo. 
        Se hará uso de la tierra como retorno, pero no estamos muy seguros de cómo se propone el inventor impedir los inconvenientes de este medio de retorno. En la patente publicada describe el aparato experimental como uno para generar fuerzas electro motoras de entre dos y cuatro millones de voltas, y se dice que la corriente de esta clase de máquina se puede transmitir por un tubo de cristal de 50 pies de largo con una presión barométrica de entre un tercio y un quinto de atmósfera. 
        El alto calculado de los globos cautivos, se dice que será de entre cuatro y siete millas sobre el nivel del mar, y el Sr. Tesla sigue afirmando, en términos generales, la propagación de la energía eléctrica por la conducción, por la tierra y el aire. Las dificultades teóricas que se relacionan con este proyecto, por no decir nada de las prácticas, son tan tremendas, que no nos aventuraremos á entrar en detalles hasta que veamos publicados algunos datos sobre experimentos que en realidad se hayan verificado".
http://hemerotecadigital.bne.es/issue.vm?id=0004066595&page=2&search=nikola+tesla&lang=es

Diario El Día, diario independiente, Madrid, lunes 20 de agosto de 1900, Año XXI, Número 7186.
Otro invento notable 
(de nuestro corresponsal) 
        "París 20 de agosto. Telegrafían desde New York al Herald que el inventor Nikola Tesla acaba de descubrir un nuevo aparato para obtener el completo aislamiento del fluido eléctrico.
        Consiste el invento en rodear el alambre conductor con un tubo de metal lleno de agua y serrín, cuya mezclase congela por un procedimiento químico. De este modo pueda trasmitirse el fluido eléctrico desde el Niágara hasta la costa del Pacífico ó desde Londres á New York sin que pierda nada de su poder primitivo. Mr. Tesla dice que este sistema, cuya idea le fué sugerida en 1893  por el profesor Devar del Royal Institute, bajará considerablemente los precios para el suministro de la electricidad, causando una revolución en esta industria".
http://hemerotecadigital.bne.es/issue.vm?id=0002424590&page=1&search=nikola+tesla&lang=es

REVISTA GENERAL INTERNACIONAL, Director D. Gustavo Luiz y López Falcón, Madrid, sábado 30 de junio de 1900. Año II, Número 58. 
 El porvenir del aluminio 
        "Estamos abocados á la edad del aluminio. No hace más que setenta años que Woehler descubrió tan maravilloso metal, y la industria del aluminio, que sólo cuenta cuarenta de existencia, ocupa ya la atención del mundo entero. No hay en la historia de la civilización ejemplo de tan rápido crecimiento.      
        No hace mucho se vendía el aluminio al fantástico precio de 30 á 40 pesos por libra: hoy se puede adquirir por igual número de centavos cuanto se desee, y, lo que es más, no transcurrir á mucho tiempo sin que este precio sea también considerado como fantástico, por la gran mejoría de que son susceptibles los métodos de su producción. 
        La consecuencia, absolutamente inevitable, del progreso de la industria del aluminio, será el aniquilamiento de la industria del cobre. No pueden coexistir y prosperar, y la segunda está irremisiblemente desahuciada . Hoy mismo es más barata la transmisión de una corriente eléctrica por alambres de aluminio que de cobre, y lo mismo acontece con el empleo de ambos metales en usos domésticos: la competencia se hace imposible, porque cuesta menos fundir aluminio que cobre ; de modo que cualquier disminución razonable en el precio del primero no puede menos de ser fatal al segundo. 
        Sin embargo, esto costará algún trabajo, porque, como sucede siempre en casos tales, la gigantesca industria del cobre se apoderará de la del aluminio, que está en la infancia, y la absorberá, reduciendo á su lento paso el ligero galope del nuevo metal. Esto aplazará, mas no impedirá la inminente catástrofe. Ni se contentará el aluminio con aniquilar el cobre. No pasarán muchos años sin que se le vea empeñado en tremendo combate con el hierro, en el que encontrará un adversario más duro de vencer. 
        El resultado de la contienda dependerá grandemente de si el hierro será ó no indispensable para la maquinaria eléctrica, y la solución de este problema pertenece al porvenir. Aunque es imposible decir cuándo se consumará esta revolución industrial, no puede haber duda de que el porvenir es del aluminio, y que llegará el tiempo en que será el medio capital de aumentar la acción de la humanidad.    
        Para ello tiene muchas más capacidades que ningún otro metal conocido. Yo calcularía su potencia civilizadora respecto del hierro en no menos que ciento á uno, cálculo que podrá asombrar, pero que nada tiene de exagerado. Ante todo debemos recordar que hay treinta veces más aluminio que hierro disponibles para la industria humana , y esto ofrece grandes posibilidades de por sí. Luego, el nuevo metal es mucho más fácil de trabajar, lo que le hace más valioso. 
        En muchas de sus propiedades participa del carácter de un metal precioso, y esto le hace valer más aún. Su conductividad eléctrica, que, para un peso dado, es mayor que la de ningún otro metal conocido, bastaría para hacerlo uno de los más importantes factores del futuro progreso humano. 
        Su extremada ligereza le recomienda especialmente como medio de transporte. Por virtud de esta propiedad revolucionará la construcción naval, y al facilitar el transporte y medios de viajar, contribuirá en modo enorme al adelanto de la humanidad. 
        Pero su más grande potencia civilizadora estará , creo yo, en la navegación aérea, que de seguro vendrá por el aluminio. Los aparatos telegráficos iluminan la barbarie, pero muy despacio; las lámparas y motores eléctricos lo hacen con más rapidez ; pero la máquina de volar lo hará más deprisa que ningún otro medio. Hacer los viajes de ideal facilidad, será la mejor manera de unificar los heterogéneos elementos de la humanidad".
Firmado: NIKOLA TESLA 
http://hemerotecadigital.bne.es/issue.vm?id=0005379360&page=1&search=nikola+tesla&lang=es

La imagen de portada pertenece al sabio Nikola Tesla, y fue obtenida por el fotógrafo Napoleón  Sarony.

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