Cine ambiental, para que cada vez el Pueblo sea más Verde

        El pasado viernes 23 de junio, la Universidad Nacional de Quilmes hizo un nuevo aporte, de los tantos que realiza a la cultura y a la soberanía, con la proyección de uno de los filmes de su ciclo “Cine Ambiental”, en su sede de Roque Sáenz Peña 352, de la localidad de Bernal, Provincia de Buenos Aires.
        En esta oportunidad, y con la presencia de alumnos, docentes, y demás protagonistas de la lucha anti-agrotóxicos, se proyectó “Pueblo Verde – Un viaje al interior de la producción de alimentos”, del director Sebastián Jaurs, y contó con la organización y promoción de la Cátedra Libre de Soberanía Alimentaria de la UNQ, actualmente en formación.
        La película, que cuenta con gran cantidad de testimonios que apoyan la idea central, sostiene firmemente la idea que ya se está difundiendo, lenta pero indeteniblemente, en la mente de los ciudadanos: la agricultura moderna, tan alejada de los parámetros tradicionales, simplemente mata. Mata la vida en todas sus formas. Mata el aire, el agua y la tierra, y a todo lo que en ellas vive. Mata seres humanos. Y no tiene pensado dejar de matar…
        Y “Pueblo Verde”, en forma contundente, denuncia esta situación y concientiza sobre el auténtico peligro de estas prácticas que nos llevarán a todos a la destrucción. ¿Qué por qué decimos esto? Veamos.
La destructiva deforestación 
La supuesta “Revolución Verde”
        Fruto del concubinato de agricultura y técnica, nació la agricultura actual, hace más de 20 años. La idea era aprovechar al máximo los avances en biotecnología, para tratar de obtener mayor cantidad de cultivos de mejor calidad, en tiempos mucho más cortos y en épocas en que esos cultivos no se obtienen, luchando contra las plagas y malezas que dificultan la obtención de mejores rindes y hacen bajar los rendimientos económicos por tonelada obtenida. Hasta aquí, no parece mal.
        El problema es que este contubernio, que no es más que la unión de las rentas y la tecnología para obtener más ganancias a partir del mal uso de la ciencia, ocasiona contaminación y muerte, porque el uso de pesticidas (prohibidos incluso en otros países como el glifosato, en endosulfán y otros) destruyen la flora, la fauna, los insectos necesarios para realizar un trabajo sensato en el manejo de la tierra, matan abejas, cortan la polinización, en fin, los males no tienen número. Vamos ahora al aspecto humano: no sólo los pájaros mueren, mueren los niños después de que mueran sus mascotas. Nacen los niños con malformaciones, con pieles de cristal, y mueren. Todos en el mundo lo saben. Los argentinos no, porque no se quieren enterar.
        Claro, las ganancias son astronómicas. Son tan altas, como jamás en la Historia de la Humanidad lo fueron con relación a la agricultura. Y el dinero hace enloquecer a las grandes corporaciones que manejan el mundo, y que luchan centímetro a centrímetro para defender sus malhabidos réditos. Porque no les interesa la enfermedad que ocasionan. No les interesa la muerte que provocan. No les importa más que sus réditos.
        Es lo que se conoce con el ingenuo (no por eso menos interesado) mote de “Revolución Verde”. Que de verde, lo único que tiene es el color del dinero.
Momentos previos a la proyección de "Pueblo Verde", con la presencia de  muchos interesados en el tema 
La gran mentira de las corporaciones
        Claro que, como todo en este mundo moderno, no es cuestión de lo que “sucede”, sino de lo que “decimos que sucede”. Goebbels, Ministro de Propaganda del régimen Nazi,  lo sabía mejor que nadie, y las grandes empresas son muy rápidas para aprender de los “maestros”. Por eso han dicho hasta el cansancio que este manejo agrícola es “inevitable”, ya que es el único que asegura que “los que sufren hambre tengan qué comer”. Sería risible si no fuera tan despreciable como es: las ganancias se las quedan ellos, y los que sufren hambre, lo sufren más que nunca. Jamás les ha llegado una sola brizna de soja, ni de maíz a los hambreados pueblos del Planeta. Jamás. A ellos sí, el viento les ha dejado muchos, muchos billetes conseguidos a fuerza de obligar a los productores a comprar su semillas, a llevarlos a la ruina y a muchos, al suicido, como muestra la película “El Mundo según Monsanto”, empresa que, frente al descrédito en el que cayó su nombre, optó por “vender” a Bayer su capital. Como si Bayer no tuviera su propia historia…
        Lo cierto es que los años pasan, y han sido millones de millones de toneladas de agrotóxicos (palabra que hoy por hoy el INTA  -Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria-  prohibió, como si al prohibir palabras se prohibiera morir por culpa de ellas) los vertidos en los otrora fértiles campos argentinos. Algún desavisado se desgañita hablando de las “rutas que se mejoraron gracias a la soja”. De “la luz que llegó a los pueblos donde no había luz”, como si el supuesto “progreso” deba llegar de la mano de la destrucción y la muerte. Y que si el Estado Argentino lo debía, es culpa absolutamente del Estado Argentino. No se lo debemos agradecer a quien nos contamina y nos mata.
 Previo a la proyección, los asistentes se reunieron para comentar el tema en un sector de la prestigiosa UNQ 
Y que viva el desmonte
        Miles y miles de hectáreas de monte han sido talados. Hoy hay zonas en donde ya no queda ni siquiera el 5% del monte nativo que supo haber a lo largo de la Historia. Hace unos años se contabilizaba un 10% en promedio de zona de monte o boscosa comparándola con los números de la época de la Revolución de Mayo (1810, aclaramos…). Hoy, ya ni eso queda.
        Después vinieron las tragedias. Las inundaciones que lo devoraron todo. La aparición del dengue, el zika y el chikungunya que se llevaron vidas. La desaparición de la biodiversidad. Nada. Los ciudadanos argentinos siguen pensando en otra cosa. Y pueden hacerlo porque los medios de comunicación, que día a día los atosigan con crímenes y terrores nocturnos y diurnos, jamás les han comentado ni una sola palabra del tema. Jamás. Ni lo harán: las grandes corporaciones son avisadores de las corporaciones mediáticas, y se cuidan muy bien a sí mismas. Si hay una publicidad del temido herbicida Round Up, jamás se hablará de glifosato. Mostrarán a un supuesto chacarero, hoy con mucha plata y una enorme camioneta que compró gracias a la muerte de niños, manejando mientras se regodea mirando sus campos sojeros, y explicando que está contento porque su hijo también sigue sus pasos. Lástima los pasos de los chacareros pobres, que deben abandonar sus campos porque el avión fumigador les pasa por encima de sus casas y les mató a todos sus animales. Y a otros, sus hijos, que no seguirán a ningún padre. Ah, pero como diría Quevedo, “Poderoso Caballero es Don Dinero”. Poderoso, por cierto…
        Todos estos temas se tocan en "Pueblo Verde". La soja se plantó incluso en las cunetas de las autopistas, tanto que en la estupenda película que el director Jaurs presentó, están al costado de las autovías los carteles pidiendo que no se plante en las banquinas. Y así se van sumando testimonios que van desde los habitantes más pobres, dañados, enfermos, hasta los especialistas como Elio Brailovsky. Lo que comenzó con 50 testimonios, pasó los 100. Pero el dolor recién empieza…
El director del film comenta la historia de la producción y sus inquietudes como realizador 
Palabras del director de “Pueblo Verde” 
        El director del film, Sebastián Jaurs, explicó a los presentes que llenaban el aula 64 de la UNQ que la película que veríamos se pudo realizar gracias a un subsidio que el INCAA, el Instituto Nacional de Cine Argentino, ofrecía en años pasados a los realizadores de documentales, y que hoy ya no se dan. “La idea surgió a partir de ver ‘El Mundo según Monsanto’ y aunque el guión era crítico con la situación del agro, lo otorgaron igual”, comentó Jaurs.
        “Fue un largo proceso que comenzó en el año 2008; a finales del 2010 presenté el proyecto en el INCAA, y ellos me pidieron cambiar algunas pequeñas partes, pero el guión no se alteró” continuó.
        Pero lo fundamental es que no faltaran voces. “La película es un relato coral, que trata de incluir la mayor cantidad de voces para que se vea que no somos ‘cuatro gatos locos’, como se dice, sino un colectivo de gente que busca luchar contra este proceso” explicó el director. Y en relación a la polifonía de la película, a sus múltiples voces, agregó: “Pensábamos en 50 testimonios y al final fueron más de 100”, refrendando así el valor investigativo de esta cinta.
        Pero no fue desde un escritorio desde donde se investigó. “El viaje duró seis semanas, a los tres o cuatro meses fui a Ituzaingó (se refiere a la ciudad de Córdoba donde luchan las ‘Madres de Ituzaingó’ encabezadas por Sofía Gatica, quien fue amenazada de muerte en varias ocasiones y sigue adelante a pesar de todo), y se termina en 2015” narra Jaurs. Y se presenta en enero de 2017, luego de un complejo trabajo de seleccionar el material hasta que quedó conformada “Pueblo Verde documental completo” que puede verse en Youtube sin pagar un solo peso, y en Facebook, adonde se van  compartiendo nuevos testimonios que no entraron en la película, y se van sumando voces y voluntades para terminar con este abuso que nos enfermará a todos. Quitándonos el futuro, mientras otros juntan dólares y se aseguran el suyo, gracias a los venenos.
Carmelo Gaglioti, quien trajo en su bolsa semillas de arbustivas para que los presentes hagan su plantación en el hogar 
Los comentarios de los presentes
        Entre los asistentes, escuchamos la palabra de Carmelo Gaglioti, firme militante contra los agroquímicos y fuerte defensor de la huerta orgánica en todo el país, pero especialmente en el ámbito de la AMBA (Área Metropolitana de Buenos Aires, que incluye tanto la ciudad capital como el Conurbano Bonaerense). Gaglioti propuso que el director Jaurs realice un tráiler para difundir el contenido de la película, propuesta que apoyaron todos los presentes y fue muy bien recibida por el realizador.
        También se debatió la controvertida “propiedad” de la semilla de soja o maíz (y que se intenta llevar a todos los productos alimenticios), a la que se introduce un gen y pasa así a ser “propiedad” de esa empresa.  Estos temas están explicados en la cinta que se ha convertido en una de las películas de denuncia más famosa, “El Mundo según Monsanto”, a la que hace referencia el director de “Pueblo Verde”.
        Esperamos que “Pueblo Verde” también sea conocida por todos, para que no suceda lo que Eduardo Mallea, escritor y poeta argentino, profetiza en su libro: “Todo verdor perecerá”.
        Luchemos para que nunca se haga realidad.
El público asistió interesado a la proyección de la película "Pueblo Verde" 
Conozcan el trailer de la película "Pueblo Verde" que se comparte en Facebook, y no dejen de difundirlo, para que todos los ciudadanos puedan conocer sobre este tema
El INTA prohíbe el uso de la palabra agrotóxico - Diario El Argentino de Entre Ríos, Argentina.
http://www.diarioelargentino.com.ar/noticias/175913/El-INTA-proh%C3%ADbe-el-uso-de-la-palabra-agrot%C3%B3xico

Las fotos pertenecen a la periodista y docente de Quilmes, Adriana Sylvia Narvaja, conductora del ciclo radial (que no está en el aire momentáneamente) "Algo Especial Protagonista del Presente". Agradecemos a nuestra querida Yani Gam por la invitación, y a la Cátedra Libre de Soberanía Alimentaria de la UNQ, y a la Universidad Nacional de Quilmes, por su lucha incansable en favor de los derechos de los pueblos.

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