Taller

por Adriana Sylvia Narvaja 
Al fin
cierren la puerta
sin una lágrima,
pero por favor:
          no enmudezcan
y cuéntele a los más chicos
cómo era la vida entre nosotros.

Cuando yo no esté
cierren el taller, 
apilen las lanas,
guarden los corazones.

Cuando yo no esté
y bajen la persiana,
junten los cartones,
las tizas, 
los lápices,
los alfileres,
entornen los ojos.

Cuando yo no esté,
cierren de una vez,
definitivamente,
la vieja máquina de coser,
la aguja de crochet,
el sisal,
los trapos,
las manos.

Pero no olviden lo que hicimos,
lo que compartimos,
recuerden lo que sentimos juntos.

Recuérdenme. 

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