No seré feliz pero tengo marido

por Viviana Gómez Thorpe

“Soy la mujer más liberada del mundo.
Cualquier mujer puede liberarse si lo desea.
Primero tiene que convencer a su marido”
Martha Mitchell

¿Conviene ser autosuficiente?
        “¡Qué mal me enseñó mi papá! Él me dijo que la gente se divide en dos: los que hacen y los que miran. Lo que no me advirtió es que si me metía en las filas de los que hacen (y yo me puse en ese bando), iba a estar rodeada de gente que sólo mira.Tarde o temprano, entonces, una se plantea lo siguiente: ¿Conviene ser autosuficiente, competente, eficaz, o es mejor ser una inútil? ¿Quién lo pasa mejor? ¿La mujer luchadora, resolvedora de cosas, la que dice: ‘Se rompió la plancha. Vos dejámela a mí, que yo la arreglo’, o la incapaz, asumida y feliz, que pone cara de carnero degollado y dice: ‘¡Ay! Yo no sé, pregúntele a mi marido'? ¿Quién lo pasa mejor? Bueno, ya tengo la respuesta: como mujer es mejor ser una nula. Como ser humano, no. Pero en esta sociedad eso no importa. Si a una le sale fácil, obtiene más réditos haciéndose la tonta. Y esto me lo han asegurado muchas mujeres inteligentes.
        Jamás me olvidaré el día en que me tocó entrevistar a la diputada Florentina Gómez Miranda para una revista y me confesó: ‘Pobre mi marido, se murió creyendo que yo no sabía cebar mate.¡Lo engañé todos estos años!’. ‘¿Y porqué hizo eso?’, le pregunté. ‘Porque, si no , hubiera tenido que pasármela cebando mate ahí al ladito de él, inmóvil, ya que no hay nada más esclavo que cebar mate. De esa manera, él se lo cebaba solo y a veces me traía alguno a mí, mientras trabajaba’. Debí haber aprendido de ella. No tener el falso orgullo de decir: ‘¡Ah, no, que nadie vaya a pensar que yo no sé hacer esto!’. Ahora ya lo sé porque soy una mujer de experiencia. Y ‘experiencia- dice un refrán- es lo que obtienes cuando no obtienes lo que quieres’. Como la peregrina ocasión en que decidí hacer un asado. Fue un día en que exclamé: '¡Estoy harta de depender de un hombre cada vez que quiero comer un asado!’. Cuántas veces hemos pasado por esta situación: ‘Gordo, ¿por qué no hacés un asadito?’. ‘No, hoy no tengo ganas' o ‘Voy a llegar tarde porque tengo partido de tenis'. Por consiguiente, una termina comienzo asado solamente cuando ellos tienen ganas. Que los hombres nos sometan permanentemente al asqueroso chantaje de “la carne”, vaya y pase, pero el chantaje de la “carne a la parrilla”, ya es demasiado. ¿Cómo es posible que una mujer resulta y corajuda como yo admita eso?, me reproché. Eso de andar humillándose, pidiendo, rogando, casi con miedo: ‘Querido, ¿te gustaría, tenés ganas, cómo andás de ánimo para un asadito’
        Así que decidí resolver esta situación como lo hago siempre, poniéndole “los pechos” a las cosas. Después de todo, si bien nunca había hecho un asado, de observar conocía perfectamente los pasos a seguir. No podía fallar… aunque los varones siempre anden compitiendo y haciendo un misterio de su técnica, como si se tratara de la habilidad para abrir una caja fuerte”. 
Viviana Gómez Thorpe
“No seré feliz pero tengo marido”
Editorial Autores de Argentina
décimosegunda edición, año 2013 

¡Compártelo!

No hay comentarios:

Publicar un comentario