Imagen de un hombre que busca a Dios

por Blaise Pascal 
Imagen de un hombre que se ha cansado de buscar a Dios por el razonamiento y que empieza a leer la Escritura
        "Veo la ceguera y miseria del hombre, observo al universo mudo, y al hombre sin luz, abandonado a sí mismo, y como perdido en este recodo del Universo, sin saber quién le ha puesto en él, ni qué ha venido a hacer, ni lo que le pasará cuando muera, incapaz de todo conocimiento, entre su espanto como un hombre que se hubiera dormido en una isla desierta y espantosa, y que se despertase sin saber dónde está y sin medio para salir. Y admiro ciertamente que todo el mundo no se encuentre ya en desesperación por semejante estado; veo a otras personas cerca de mí y en situación análoga. Las interrogo, para saber si son más instruidas que yo; me dicen que no; y, a pesar de esto, los desgraciados, como miraron alrededor y encontraron algunos objetos agradables, se han dado a ellos. Yo no, yo no puedo darme así; considerando cuando más hay de apariencia que de otra cosa de cuanto veo, he buscado si este Dios no habría dejado alguna señal de sí".

Grandeza del hombre
        "Lo cierto es que aunque conozcamos todas las miserias que nos tocan, que nos aprietan el cuello, tenemos un instinto que no podemos reprimir, y que nos eleva, y que es justamente buscar la grandeza.
        La grandeza del hombre es grande, justamente, porque el hombre conoce su miseria. Un árbol no conoce su miseria. Es, pues, ser miserable el hecho de sentirse miserable; pero es ser grande el hecho de conocer que se es miserable.
        Por eso no es en el espacio en donde debo yo buscar mi dignidad, sino en el arreglo de mi entendimiento. Por el espacio, el universo me comprende y me contiene, como un punto; por el entendimiento yo lo comprendo a él.
        El hombre no es más que un junco, el más débil de la Naturaleza, pero es un junco que piensa. No es necesario que el universo entero se arme para aplastarle. Un vapor, una gota de agua son bastante fuertes para hacerlo morir. Pero, aun cuando el universo lo aplaste, el hombre sería más noble que lo que le mata, porque él sabe que muere. Y la ventaja que el universo tiene sobre él, el universo no la conoce.
        Y ahora, que el hombre sepa su precio. Que se ame, porque hay en él una naturaleza capaz del bien; pero que no ame por eso la bajeza que en él está. Que se odie, que se ame; tiene en sí la capacidad de conocer la verdad y de ser dichoso; pero no posee una verdad constante o que satisfaga.
        Porque a medida que posee más luz, más se descubre la grandeza y la bajeza del hombre. 
        El común de los hombres. Los más elevados.
        Los filósofos asombran a los filósofos. 
        ¿Quién se asombrará, pues de ver que la religión conoce a fondo aquello que se reconoce tanto más cuanto más luz se tiene?" 
Blaise Pascal
del libro “Pensamientos” - Selección
Editorial  Losada y Diario Página 12 de Argentina
Año  2003 
Los “Pensamientos” de Blaise Pascal fueron originalmente los fragmentos de una inconclusa “Apología de la religión cristiana”, como tales figuran en la edición de Port Royal.
Dice Pascal:
“Los hombres desprecian la religión, la odian y temen que sea verdadera. Para curar esto es necesario empezar por demostrar que la religión no se opone a la razón; luego, que es venerable y hacerla respetar; tornarla luego amable, hacer desear a los buenos que sea verdadera para demostrar luego que es verdadera; venerable, porque conoció bien al hombre; amable, porque promete el bien”.
Pascal representa, en la historia del pensamiento y la literatura franceses, toda la altura moral e intelectual de la doctrina cristiana jansenista de Port-Royal, a la que sirvió con la fuerza y la vastedad de su genio.
Imágenes pictóricas del muro de facebook de Pierre Ragonneau. 

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