De lagartos, culebras y otros males

Además de la permanente contaminación del río, hoy la Ribera vive su peor momento, con la llegada de peligrosos animales en los camalotes que bajan del Norte, fruto de las inundaciones. Alertar a los ciudadanos es tarea impostergable.  
        Vemos con enorme preocupación la aparición de animales peligrosos en nuestra Ribera. Justamente ahora, cuando muchos quisieran meterse al agua a pesar de las prohibiciones, no pueden acercarse e intentan llegar a la orilla de todas las maneras posibles. Quizá no sepan o ignoren que realmente las víboras y culebras son realmente peligrosas, junto con arañas que ni siquiera conocemos, lagartos e incluso jabalíes pequeños o monos, como ya ha sucedido en años pasados, en inundaciones crueles como fueron las de décadas anteriores.
        Y cuando decimos “ignoren”, es porque creemos que es la ignorancia la raíz de todos los males. ¿Y qué es la ignorancia? El creer que las cosas son como las conocemos, iguales a las que conocemos. Y no sabemos cuál es su peligrosidad o las  consecuencias de su uso o de su accionar. No sabemos, ignoramos. Y como ignoramos, no pensamos en el daño que pueden causarnos.
        Hace algunos años visité un hogar humilde allá por Villa Alcira. Gente buenísima, muy amable. Había muchos chicos, de todas las edades, que se juntaban con otros de familias vecinas. Juntos, todos los pibes, iban al río de Bernal “a cazar viboritas”, como ellos les decían. Se traían quién sabe qué, alguna culebrita o algo parecido. Todos juntos, en familia, las comían fritas, y cuando les pregunté si el bebé de 9 meses comía, me miraron divertidos y me dijeron que “claro que come, se chupa los dedos” comiendo lo que para nosotros quizá sea una extraña comida. Pero no para ellos.
        Y esto viene a cuento porque muchos habitantes de nuestro Distrito vienen de zonas en donde estos animales se comen. Ya lo comentaba un gran ídolo de boxeo, caído en desgracia, como lo fue Carlos Monzón, cuando recordaba en sus memorias que de chico su familia era tan pobre, pero tan pobre, que comían lo que podían cazar: lagartitos, nutrias, viboritas. Por eso no es tan extraño lo que estoy contando.
        El problema es el siguiente: la ignorancia. Los que quizá piensen que estas peligrosas yararáes que están llegando a nuestras costas son iguales a aquellas que siempre comen algunos, fritas o no fritas. Y es ABSOLUTAMENTE IMPRESCINDIBLE alertar a los vecinos de que NO SE ACERQUEN a estos animales. No los conocen, por más que crean que son iguales a los que conocen. Especialmente a los chicos, hay que alertarlos y enseñarles que DE NINGUNA MANERA se vayan “a cazar viboritas”, porque no lo son. Son ofidios peligrosos, de los cuales, sin el correspondiente suero antiofídico, nadie se salva.
        Y ahí está la tarea del Estado, una tarea incansable e indelegable. La de pensar qué piensa el otro, y alertarlo si su acción lo pone en riesgo. Nadie tiene la culpa de no saber. La culpa es del que sabe, y no da el alerta. Así se derrota la ignorancia, y se salva a los ciudadanos.
La nota pertenece a Adriana Sylvia Narvaja, periodista y docente de Quilmes, República Argentina.
Imagen: del sitio Serpientes Argentinas.
http://serpientesargentinas.blogspot.com.ar/2010/05/familia-viperidae-bothrops-alternatus.html

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